La neumonía es una infección de los pulmones y las vías respiratorias que causa trastornos de la respiración y deficiencia de oxígeno en la sangre. Es común en potros de hasta 6 meses de edad. Las causas de la neumonía del potro incluyen infecciones víricas (como la infección por el herpesvirus equino, comentada anteriormente en este capítulo), infecciones bacterianas (como la infección por Rhodococcus equi), migración parasitaria y estrés ambiental (como fluctuaciones climáticas, condiciones polvorientas o hacinamiento). A menudo, parece estar implicada una combinación de factores en el desarrollo de la neumonía del potro. A continuación se comentan algunos de los tipos más importantes de neumonía del potro.
Neumonía por Rhodococcus equi
Aunque no es la causa más común de neumonía, Rhodococcus equi es la causa más grave de neumonía en potros de 1-4 meses. Tiene importantes consecuencias económicas debido a la muerte, el tratamiento prolongado, los programas de vigilancia para la detección precoz y las estrategias de prevención relativamente caras. Este tipo de neumonía es poco frecuente en caballos mayores de 8 meses de edad.
La bacteria Rhodococcus equi está muy extendida por el suelo y es probable que esté presente en todas las instalaciones en algún grado. Sin embargo, la incidencia de la enfermedad varía de una granja a otra. Un ambiente con temperaturas de verano elevadas, suelo arenoso y unas condiciones polvorientas favorecen la multiplicación y diseminación del microorganismo en el medio ambiente. La inhalación de partículas de polvo que contienen cepas de la bacteria causantes de la enfermedad es la principal vía de infección pulmonar. El estiércol procedente de potros infectados es la fuente principal de bacterias que contaminan el medio ambiente. Los potros se exponen o infectan durante la primera semana de vida.
La infección progresa lentamente, y los signos de la enfermedad son difíciles de detectar hasta que las lesiones pulmonares alcanzan una masa crítica. Estas lesiones pulmonares incluyen neumonía, abscesos en los pulmones e inflamación de los nódulos linfáticos. Cuando comienzan los signos, la mayoría de los potros están letárgicos, tienen fiebre y respiran rápidamente. La tos es un signo ocasional, mientras que la descarga nasal con pus es menos común. El veterinario puede oír crepitaciones y sibilancias en el tórax. Algunos potros también tendrán las articulaciones inflamadas.
Además de los abscesos pulmonares, pueden aparecer abscesos intestinales y abdominales en la infección por Rhodococcus equi. Los potros con afectación abdominal suelen presentar fiebre, depresión, pérdida de apetito, pérdida de peso, cólico y diarrea. El pronóstico de los potros con formas abdominales de R equi es menos favorable que en aquellos con la forma pulmonar. El hueso es otro punto de infección menos común. Si las vértebras están afectadas, puede producirse una fractura vertebral y compresión de la médula espinal. Se han descrito otras localizaciones de abscesos como el hígado y los riñones.
Los análisis de sangre rutinarios revelan anomalías consistentes con infección e inflamación. Las lesiones particulares observadas en las radiografías de tórax pueden sugerir la presencia de R equi; sin embargo, la identificación de las bacterias en el líquido de las vías respiratorias es necesaria para un diagnóstico definitivo.
Tratamiento y prevención
Para el tratamiento, una combinación de antibióticos es más eficaz para combatir la infección que cualquier antibiótico administrado solo. El uso de una terapia antibiótica combinada ha mejorado mucho la supervivencia de los potros. La duración de tratamiento antibiótico suele oscilar entre 4 y 9 semanas. La terapia de apoyo incluye un entorno limpio y confortable y una alimentación altamente palatable y sin polvo. Su veterinario puede utilizar la fluidoterapia intravenosa y la niebla salina (nebulización) para ayudar a su caballo a toser las secreciones pulmonares. Se pueden prescribir AINE cuando hay fiebre. El tratamiento con oxígeno es necesario en los potros con dificultad respiratoria grave.
La atención veterinaria inmediata y el tratamiento adecuado son fundamentales. La tasa de supervivencia de la neumonía por R equi es aproximadamente de un 70-90 %, con el tratamiento apropiado. Sin tratamiento (o con un tratamiento inadecuado), la tasa de mortalidad es de alrededor del 80 %.
Para ayudar a prevenir la neumonía por R equi en las granjas en las que está presente la enfermedad, los potros deben mantenerse en zonas bien ventiladas y libres de polvo, evitando los corrales de tierra y el hacinamiento. Se debe administrar plasma disponible comercialmente con anticuerpos frente a R equi a los potros durante los primeros días de vida en instalaciones de riesgo. Los potros con neumonía deben aislarse y su estiércol debe ser compostado. Se pueden poner en marcha programas de vigilancia del rebaño (que incluyan exploraciones físicas periódicas y análisis de sangre) para la detección precoz de los potros enfermos en las explotaciones en las que esté presente la enfermedad.
Neumonía broncointersticial aguda en potros
La neumonía broncointersticial aguda es una enfermedad esporádica de los potros, rápidamente progresiva, que se caracteriza por dificultad respiratoria grave y una alta mortalidad. Esta enfermedad esporádica se ha descrito en América del Norte, Australia y partes de Europa. La causa no está clara. Es probable que una serie de factores diferentes puedan iniciar una cadena de acontecimientos que provoquen un daño pulmonar grave y una dificultad respiratoria aguda. El clima cálido (temperaturas superiores a 29 °C) es un factor común. Muchos potros tienen antecedentes de haber recibido antibióticos (especialmente eritromicina) en el momento en que se desarrollaron los signos. No se ha aislado sistemáticamente ningún virus y no se ha identificado ningún agente bacteriano en los potros infectados.
La edad de los potros afectados varía de 1 semana a 8 meses. La neumonía broncointersticial aguda tiene un comienzo súbito y se acompaña de fiebre alta. La enfermedad progresa rápidamente y puede provocar la muerte súbita por insuficiencia respiratoria. Los potros son incapaces de moverse o se resisten a hacerlo y suelen tener las mucosas azuladas por la falta de oxígeno. La dificultad respiratoria grave es el signo clínico más llamativo. La evaluación veterinaria de los potros con dificultad respiratoria suele incluir gasometría arterial, análisis de sangre, radiografías de tórax y cultivo de muestras para la identificación de bacterias o virus. Los hallazgos de la gasometría arterial miden la gravedad del deterioro respiratorio y se utilizan para controlar la respuesta del potro al tratamiento.
Dado que la causa de la neumonía broncointersticial es desconocida, el tratamiento se dirige a aliviar los signos. El tratamiento incluye antiinflamatorios para controlar la fiebre y la inflamación, antibióticos, medicamentos para dilatar las vías respiratorias constreñidas, oxígeno suplementario y cuidados de apoyo. El tratamiento antiinflamatorio con corticoesteroides parece mejorar la supervivencia. Cuando su veterinario lo indique, las medidas como un baño de alcohol, un establo con aire acondicionado y/o un ventilador se usan junto con antiinflamatorios no esteroideos para ayudar a controlar la fiebre. El tratamiento adicional de soporte incluye la provisión de un ambiente limpio y confortable, alimentos muy palatables y libres de polvo, y medicamentos para evitar las úlceras.
Aunque la tasa de mortalidad es alta, los potros afectados que reciben una atención médica agresiva tienen un pronóstico de supervivencia razonablemente favorable (70 %). Sin embargo, algunos potros tendrán una lesión pulmonar a largo plazo que puede afectar al rendimiento.
Para más información
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