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Infecciones fúngicas (micosis) en los caballos

Revisado/Modificado may 2019 | Modificado jun 2019

Los hongos son organismos parásitos productores de esporas. Se alimentan absorbiendo los alimentos de los hospedadores en los que crecen. Existen muchas especies de hongos en el medio ambiente, pero solo algunas causan infecciones. La fuente principal de la mayoría de las infecciones es el suelo. Las infecciones fúngicas pueden adquirirse por inhalación, ingestión o a través de la piel (p. ej., a través de un corte o herida).

Algunas infecciones fúngicas pueden causar enfermedades en animales por lo demás sanos, mientras que otras requieren un hospedador incapacitado o inmunocomprometido (p. ej., por estrés como mala nutrición, infecciones víricas o cáncer) para establecer la infección. El uso prolongado de fármacos antimicrobianos o agentes inmunosupresores parece aumentar la probabilidad de algunas infecciones fúngicas. La infección en sí puede ser localizada o afectar a todo el organismo (sistémica o generalizada).

Aspergilosis (micosis de las bolsas guturales)

La aspergilosis es una infección fúngica causada por varias especies de Aspergillus. Se trata principalmente de una infección respiratoria que puede hacerse generalizada. La aspergilosis se encuentra en todo el mundo y en casi todos los animales domésticos, así como en muchos animales silvestres; sin embargo, la sensibilidad a las infecciones fúngicas varía entre especies.

La forma más común en caballos es la enfermedad fúngica que afecta a la bolsa gutural. Las dos bolsas guturales son sacos formados por el conducto auditivo, que conecta el oído medio con la parte posterior de la garganta. La infección suele aparecer solo en una bolsa gutural. La bolsa gutural infectada se engrosa y puede producirse una hemorragia en el tejido. La hemorragia nasal y la dificultad para respirar o tragar son signos comunes. Otros signos incluyen mantener la cabeza extendida o baja, sacudidas, hinchazón de la cabeza, signos neurológicos y secreción nasal.

La aspergilosis en caballos puede ser rápidamente mortal cuando la infección invade los pulmones. En estos casos, la inflamación del intestino es a menudo un factor predisponente que se cree que debilita el sistema inmunitario del caballo. Esto va seguido por la invasión de Aspergillus a través de un revestimiento de los intestinos roto. La coordinación física se ve afectada y pueden producirse alteraciones visuales, incluida la ceguera, cuando la infección se extiende al cerebro y al nervio óptico.

En los caballos se ha utilizado la cirugía para exponer y eliminar el material fúngico para tratar la micosis de la bolsa gutural. Se ha descrito que los agentes antifúngicos tópicos y orales son eficaces en los casos de infección por Aspergillus. El pronóstico es reservado; los caballos pueden sobrevivir, pero no recuperarse por completo, especialmente si los nervios están dañados.

Candidiasis

La candidiasis es una enfermedad fúngica localizada que afecta a las membranas mucosas y a la piel. Se distribuye mundialmente en una variedad de animales y está causada más comúnmente por especies de hongos similares a la levadura, Candida albicans. Se han descrito infecciones superficiales limitadas a las membranas mucosas del tracto intestinal en potros. También se ha descrito una candidiasis generalizada en potros sometidos a un tratamiento prolongado con antibióticos o corticoesteroides. Las infecciones son poco frecuentes en caballos. No obstante, las especies de Candida se han considerado una causa de artritis en caballos.

Los signos son variables e inespecíficos y pueden estar más asociados a las afecciones primarias o predisponentes que a la propia candidiasis. Una pomada o aplicación tópica puede ser útil en el tratamiento de la candidiasis oral o cutánea. Su veterinario también puede recomendar diferentes fármacos administrados por la boca o en la vena para resolver con éxito la artritis inducida por la infección por Candida fumata en un caballo o para tratar la candidiasis generalizada en potros.

Coccidioidomicosis (fiebre del valle)

La coccidioidomicosis es una infección no contagiosa transmitida por el polvo y causada por el hongo Coccidioides immitis. Las infecciones se limitan a las regiones secas y desérticas del sudoeste de EE. UU. y a zonas similares de México y América Central y del Sur. La inhalación de esporas fúngicas (a menudo transportadas en partículas de polvo) es el único modo establecido de infección. Pueden producirse epidemias cuando los periodos lluviosos van seguidos de sequía, lo que da lugar a tormentas de polvo.

La enfermedad varía desde infecciones con pocos o ningún signo hasta formas progresivas, diseminadas y mortales. En los caballos, los signos más comunes son pérdida de peso, tos, fiebre, dolor musculoesquelético y abscesos en la piel. En los caballos se han descrito infecciones de la placenta que provocan aborto e inflamación de los huesos. El diagnóstico se confirma identificando el hongo en los tejidos corporales.

La coccidioidomicosis puede resolverse sin tratamiento, pero si hay signos respiratorios crónicos o enfermedad multisistémica, es necesario un tratamiento antifúngico a largo plazo. En la actualidad no se conoce ninguna forma de prevención, aparte de disminuir la exposición de su caballo al suelo y al polvo del desierto en la medida de lo posible en las zonas donde se sabe que existe el hongo.

Criptococosis

La criptococosis es una enfermedad fúngica sistémica. El hongo causante, Cryptococcus neoformans, se encuentra en el medio ambiente y en los tejidos en forma de levadura. El hongo se encuentra en todo el mundo en el suelo y en las heces de las aves, especialmente en los excrementos de las palomas. La transmisión se produce por inhalación de esporas o por contaminación de heridas. La criptococosis es poco frecuente en los caballos.

La enfermedad en los caballos es, casi siempre, una dolencia respiratoria con crecimientos obstructivos en las cavidades nasales. El diagnóstico se basa en el examen microscópico de los exudados o las muestras de las masas. Las levaduras tienen un aspecto inconfundible. El tratamiento de la criptococosis puede incluir cirugía para extirpar las lesiones de la cavidad nasal. Se pueden utilizar diversos fármacos antifúngicos para el tratamiento de la criptococosis.

Linfangitis epizoótica

La linfangitis epizoótica es una enfermedad que afecta a la piel, los vasos linfáticos y los nódulos linfáticos de las extremidades y el cuello de los caballos. Está causada por el hongo Histoplasma farciminosum. La infección parece limitarse a caballos, burros y, en ocasiones, a mulas. La linfangitis epizoótica se da en zonas asiáticas y mediterráneas, pero es desconocida en EE. UU. La infección probablemente se adquiere por contaminación de heridas o transmisión por insectos chupadores de sangre como mosquitos.

La enfermedad suele afectar a la piel y a los vasos y nódulos linfáticos asociados. A veces hay afectación de las vías respiratorias. Algunos caballos desarrollan lesiones pequeñas y poco visibles que se curan espontáneamente. Más típicamente, los nódulos se desarrollan debajo de la piel. Estos aumentan de tamaño y sufren ciclos de granulación y curación parcial seguidos de una nueva erupción. Los tejidos circundantes se endurecen, duelen y se hinchan. Las lesiones pueden observarse en la piel de la cara, alrededor y dentro de los ojos y la nariz, y en las patas delanteras, el tórax, el cuello y, ocasionalmente, en el interior de las patas traseras. Pueden estar afectados otros órganos internos.

El diagnóstico puede confirmarse mediante el examen microscópico de las secreciones de la zona infectada o de las muestras de biopsia, ya que las formas de levadura tienen un aspecto característico. No se conoce ningún tratamiento que sea completamente satisfactorio. Se puede intentar la extirpación quirúrgica de las lesiones combinada con fármacos antifúngicos. En la mayoría de las regiones del mundo, sin embargo, es una enfermedad de declaración obligatoria; el tratamiento de los animales no está permitido y la eliminación de los caballos afectados suele ser obligatoria.

Las precauciones higiénicas estrictas son esenciales para prevenir la propagación de la linfangitis epizoótica. Se debe tener mucho cuidado para evitar la propagación por el equipo de aseo o el arnés. La cama contaminada debe quemarse. El microorganismo puede persistir en el medio ambiente durante muchos meses.

Pitiosis

Nódulos de pitiosis, caballo

La pitiosis es una enfermedad causada por Pythium insidiosum, que no es un hongo verdadero sino un moho acuático. Se da en algunas áreas tropicales y subtropicales del mundo y se observa en las zonas más cálidas de EE. UU. En EE. UU., la enfermedad se observa más a menudo en los meses de otoño e invierno. Los caballos son los animales más comúnmente afectados, seguidos de los perros y, raramente, de los gatos y las personas.

Las infecciones en los caballos se limitan con mayor frecuencia a la piel y a los tejidos que se encuentran justo dentro de la piel. Puede haber nódulos grandes y circulares o áreas de hinchazón que se pueden convertir en úlceras abiertas que supuran. Estas lesiones suelen estar en la parte inferior de las patas, el abdomen y el tórax, pero pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. Las lesiones suelen provocar un intenso picor, y los caballos se pueden mutilar las heridas si no se vigilan de cerca. Las lesiones cutáneas suelen contener masas firmes y amarillentas de tejido muerto conocidas como "kunkers".

Después de la infección inicial, el microorganismo puede diseminarse a áreas distantes a través del sistema linfático. Los nódulos linfáticos, los huesos o los pulmones pueden estar afectados.

Los caballos rara vez desarrollan una enfermedad gastrointestinal similar a la que se produce en los perros. Los caballos con pitiosis gastrointestinal pueden presentar signos de obstrucción gastrointestinal, pérdida de peso, falta de apetito, diarrea y dolor abdominal agudo. En otros caballos, la enfermedad gastrointestinal puede no ir acompañada de signos de enfermedad generalizada.

El diagnóstico se puede basar en la aparición de las lesiones específicas y confirmarse mediante la identificación del organismo en los tejidos infectados. La extirpación quirúrgica de las lesiones, el tratamiento antifúngico, el tratamiento dirigido al sistema inmunitario o una combinación de estos pueden recomendarse para tratar a los caballos afectados. El pronóstico es reservado, pero el reconocimiento y el tratamiento oportunos pueden conducir a un resultado más exitoso. Otros factores que influyen en el pronóstico son el tamaño y la localización de las lesiones y la duración de la infección.

Feohifomicosis

La feohifomicosis es un término general para la infección por cualquiera de los hongos de la familia Dematiaceae. Este tipo de infección fúngica es poco común en los caballos. Los hongos conocidos como causantes de la feohifomicosis se han recuperado de la materia vegetal en descomposición y del suelo en todo el mundo. La infección puede producirse cuando el hongo entra en el organismo en el lugar de una lesión.

En la mayoría de los casos, la infección está confinada a la piel y los tejidos debajo de la piel. Los signos más comunes son nódulos en la piel, signos respiratorios superiores y masas que se forman en el revestimiento de las fosas nasales y en las patas y el tórax. Los nódulos pueden ulcerarse y presentar tractos drenantes. La afección se diagnostica mediante el examen microscópico de la secreción de una masa o biopsia.

La extirpación quirúrgica de la lesión puede ser curativa. En los casos en los que la cirugía no es posible, se puede considerar el tratamiento con antifúngicos. El tratamiento antifúngico es a largo plazo (6-12 meses), caro y tiene resultados variables.

Rinosporidiosis

La rinosporidiosis es una infección crónica, principalmente del revestimiento de las fosas nasales y ocasionalmente de la piel. Está causada por el hongo Rhinosporidium seeberi y rara vez es mortal. Poco frecuente en América del Norte, se observa más a menudo en India, África y América del Sur. Esta enfermedad no se considera transmisible.

La infección de la mucosa nasal se caracteriza por crecimientos similares a pólipos que pueden ser blandos, rosados, desmenuzables y lobulados con superficies rugosas. Los crecimientos pueden llegar a ser lo suficientemente grandes como para obstruir o cerrar los conductos nasales. Las lesiones cutáneas pueden ser únicas o múltiples, adheridas a una base o tener una conexión en forma de tallo. Los signos de infección incluyen secreción nasal y estornudos.

El tratamiento estándar es la extirpación quirúrgica de las lesiones, pero las recidivas son frecuentes.

Esporotricosis

La esporotricosis es una enfermedad crónica esporádica causada por Sporothrix schenckii. Este microorganismo se encuentra en todo el mundo en el suelo, la vegetación y la madera. En EE. UU., Sporothrix schenckii se encuentra con mayor frecuencia en regiones costeras y valles fluviales. La infección suele producirse cuando el organismo entra en el cuerpo a través de heridas en la piel por contacto con plantas o tierra o por la penetración de cuerpos extraños como una rama afilada. Puede producirse la transmisión de la enfermedad de animales a humanos.

La infección puede permanecer localizada en el punto de entrada (afectando solo a la piel) o puede extenderse a los nódulos linfáticos cercanos. Ambas formas se dan en los caballos. Se desarrollan nódulos pequeños y duros en el punto donde la infección penetra en el organismo. Aunque al principio no se observa una enfermedad generalizada, la enfermedad crónica puede dar lugar a fiebre, apatía y depresión. En raras ocasiones, la infección se extiende a través del torrente sanguíneo o de los tejidos desde el punto inicial de la inoculación a los huesos, los pulmones, el hígado, el bazo, los testículos, el tracto gastrointestinal o el sistema nervioso central.

Para diagnosticar la esporotricosis en caballos puede ser necesario tomar muestras de tejidos infectados, cultivarlos o examinarlos con un microscopio para encontrar levaduras con un aspecto típico.

Se suele recomendar el tratamiento a largo plazo con fármacos antifúngicos (continuado de 3 a 4 semanas después de la curación aparente). Opcionalmente, se ha utilizado con cierto éxito una solución de yoduro de potasio, administrada por la boca; el tratamiento se continúa 30 días después de la curación aparente. Durante el tratamiento, se debe vigilar al caballo para detectar signos de intoxicación por yoduro.

Dado que la esporotricosis puede transmitirse de su caballo a usted, debe observarse una higiene estricta al manipular animales con esporotricosis sospechada o diagnosticada.

Cigomicosis (basidiobolomicosis, conidiobolomicosis)

El término cigomicosis se usa para describir la infección por hongos de la clase Zygomycota y dos géneros del orden Entomophthorales (Basidiobolus y Conidiobolus). Estos hongos se encuentran por todo el entorno natural y están presentes en el suelo y en la vegetación en descomposición. Las verdaderas infecciones por cigomicetos son raras, pero la conidiobolomicosis y la basidiobolomicosis son más comunes y causan lesiones similares a las que se observan en la pitiosis, anteriormente.

Esta es principalmente una infección del revestimiento de la boca, las fosas nasales y el tejido debajo de la piel de los caballos (especies de Conidiobolus y Basidiobolus) o los lados de la cabeza, cuello y cuerpo (especies de Basidiobolus).

Cuando la infección causa úlceras o crecimientos nodulares en la membrana mucosa de la fosa nasal o la boca, las lesiones pueden crecer tanto que bloqueen los conductos. Estos bloqueos mecánicos causan dificultad para respirar y secreción nasal. Cuando Basidiobolus afecta a la piel de la parte superior del cuerpo, se pueden formar nódulos que son grandes, por lo general únicos, circulares, ulcerativos y con picor. La infección se puede extender a los nódulos linfáticos cercanos, provocando su inflamación y el desarrollo de áreas amarillas focalizadas de células muertas.

La cigomicosis puede confundirse con la habronemiasis cutánea y la oomicosis basándose solo en los signos. El examen microscópico de los tejidos puede diferenciar la causa de las lesiones. Su veterinario puede recomendar la extirpación quirúrgica de la lesión, fármacos antifúngicos, medicación para mejorar la respuesta del sistema inmunitario o una combinación de estos.

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