Las plaquetas son pequeñas partículas parecidas a células producidas en la médula ósea. Su función principal es iniciar la formación de coágulos sanguíneos. Las plaquetas se acumulan donde se produce el sangrado y se agrupan para formar el tapón inicial que detiene o ralentiza el flujo sanguíneo. Las plaquetas también liberan otras sustancias necesarias para completar el proceso de coagulación.
Los trastornos plaquetarios pueden ser el resultado de tener muy pocas o demasiadas plaquetas o de una función plaquetaria alterada. En general, cuando el recuento de plaquetas es muy bajo existe un mayor riesgo de hemorragia. La disminución del número de plaquetas puede estar causada por fármacos, tóxicos o trastornos de la médula ósea. Las afecciones que consumen un gran número de plaquetas (como hemorragias masivas o trastornos graves de la coagulación) también pueden reducir el número de plaquetas.
Un aumento anormal en el número de plaquetas es poco frecuente y a menudo se desconoce la causa. Puede asociarse a una enfermedad de la médula ósea o a una pérdida de sangre a largo plazo y a una carencia de hierro. También hay trastornos en los que las plaquetas no funcionan correctamente.
Para más información
Consulte también el contenido para veterinarios sobre las plaquetas.