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Linfangitis en los caballos

PorSusan M. Cotter, DVM, DACVIM
Revisado/Modificado mar 2019 | Modificado abr 2019

La linfangitis es la inflamación de los vasos linfáticos. Son vasos de baja presión similares a las venas que recogen el líquido que rodea a las células y lo devuelven al torrente sanguíneo. La linfangitis suele estar causada por una infección bacteriana que se disemina a los vasos linfáticos.

Falsa papera (pigeon fever)

La infección que provoca linfangitis en los caballos puede producirse tras una infección por la bacteria Corynebacterium pseudotuberculosis. Es probable que las bacterias entren a través de heridas en la piel, incluyendo inyecciones, picaduras de insectos, o por contacto con tierra contaminada, aparejos o equipos de aseo. La afección se suele conocer como falsa papera, pero también se llama pigeon fever y linfangitis ulcerativa. La infección se presenta de tres maneras: como pequeños bultos y úlceras en la parte inferior de las extremidades (linfangitis ulcerativa), como úlceras inflamadas y llenas de pus (abscesos) en el tórax y abdomen, y como abscesos en los órganos internos. Se trata de una enfermedad infecciosa frecuente en los caballos de California y Texas, y se observa cada vez más en otros estados del oeste y el medio oeste de los EE. UU. En estas zonas, las infecciones son estacionales, con un pico en verano y otoño.

Fiebre de las palomas, caballo

Los signos de la linfangitis ulcerativa causada por la falsa papera se desarrollan lentamente y pueden incluir una inflamación dolorosa, pequeños bultos o hinchazones (nódulos) y úlceras de curación lenta, especialmente en el menudillo. En ocasiones, la inflamación se extiende por toda la extremidad causando cojera. La secreción es inodora, espesa, parda y teñida de sangre. Por lo general, solo está afectada una pata. Si la afección no se trata rápidamente, la enfermedad puede empeorar y ser de larga duración con recidivas.

La infección también puede causar úlceras llenas de pus (abscesos) en el pecho y la parte inferior del abdomen. La infección también puede extenderse a los órganos internos. Los signos incluyen hinchazón generalizada o localizada, acumulación de líquido e inflamación de la piel en la parte inferior del abdomen, cojera, úlceras que drenan pus, fiebre, pérdida de peso y depresión. Puede haber un aumento de los glóbulos blancos. Una fiebre alta o prolongada, la falta de ganas de comer o la pérdida de peso pueden indicar complicaciones como abscesos profundos y recurrentes, abscesos internos o infección de todo el organismo y aborto. El cólico también puede ser un signo de infecciones internas. Los abscesos pueden ser grandes, de hasta 20 cm de diámetro antes de romperse, y tardan de semanas a meses en curarse. La pérdida de peso, el cólico o la falta de coordinación pueden ser signos de abscesos internos. Las úlceras cutáneas inflamadas duelen y producen un leve picor con pérdida de pelo, secreción y formación de costras. También tardan en curarse.

Para confirmar el diagnóstico de esta enfermedad, su veterinario tomará muestras de material de las úlceras. A continuación, se harán pruebas en un laboratorio para identificar el microorganismo implicado. Dado que los signos de esta enfermedad pueden confundirse fácilmente con la infección por otras bacterias, hongos o parásitos, es importante identificar las bacterias para poder iniciar el tratamiento adecuado. La ecografía abdominal puede detectar infecciones internas del hígado, bazo o riñón. También pueden ser necesarios análisis de sangre.

La linfangitis ulcerativa y las infecciones internas necesitan tratamiento con antibióticos durante un mes o más. A pesar del tratamiento apropiado, el 30-40 % de los caballos con abscesos internos mueren a causa de la infección. Los abscesos externos precoces suelen tratarse con compresas calientes, cataplasmas o lavados con agua (hidroterapia). En muchos casos se perforan las pequeñas úlceras para que salga el pus y luego se lavan con una solución de yodo. Su veterinario puede recomendarle el tratamiento más eficaz para su caballo. Los abscesos profundos en los músculos a menudo requieren ecografía y la colocación de un drenaje. En el caso de las lesiones cutáneas y las extremidades muy contaminadas, los veterinarios suelen prescribir un lavado diario con un champú que contenga yodo. Pueden ser necesarios medicamentos para aliviar el dolor y fomentar la curación. Los cuidados generales de apoyo y de enfermería también son importantes. Los caballos afectados además deben separarse de los sanos. Si el tratamiento tiene éxito, la hinchazón se reduce gradualmente en días o semanas. Las linfangitis graves o no tratadas suelen ser de larga duración, y se producen cicatrices y endurecimiento del tejido de la pata.

Las condiciones antihigiénicas y húmedas aumentan el riesgo de infección, especialmente en la parte inferior de las patas y el abdomen. Mantener una buena higiene, buenas condiciones sanitarias, y control de las moscas, y evitar la exposición prolongada de los caballos a condiciones húmedas puede ayudar a limitar las infecciones. Sin embargo, la enfermedad se produce incluso en condiciones de manejo excelentes.

Para más información

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