La fotosensibilización es una afección en la que la piel es demasiado sensible a la luz solar; no es lo mismo que las quemaduras solares. Ciertas moléculas presentes en la piel son energizadas por la luz. Cuando las moléculas vuelven al estado de menor energía, la energía liberada provoca reacciones químicas en la piel. La fotosensibilización puede ser difícil de distinguir de las verdaderas quemaduras solares.
La fotosensibilización se clasifica a menudo en función de la fuente de pigmento fotodinámico. Estas categorías son la fotosensibilidad primaria o de tipo I, la creación anormal de pigmentos o fotosensibilidad de tipo II y la fotosensibilidad de tipo III o secundaria. Una amplia gama de sustancias químicas presentes en plantas, hongos y bacterias pueden actuar como agentes fotosensibilizantes. La fotosensibilización también puede producirse en gatos que tienen daños en el hígado causados por cualquiera de varios tipos de envenenamientos.
Los signos relacionados con la fotosensibilidad son similares, independientemente de su causa. Los gatos fotosensibles se retuercen con aparente incomodidad cuando se exponen a la luz solar. Se rascan o frotan las áreas de la piel expuestas levemente pigmentadas (p. ej., las orejas, los párpados o la nariz). La luz solar intensa puede provocar los típicos cambios en la piel, incluso en los animales de pelo negro. El enrojecimiento se desarrolla rápidamente y a continuación se produce la hinchazón. Si la exposición a la luz cesa en ese momento, las anomalías se resuelven al poco tiempo. Cuando la exposición es prolongada, se produce una descarga de líquido, formación de costras y la muerte de la piel.
Los signos se reconocen fácilmente en los casos de fotosensibilidad grave, pero son similares a los efectos de las quemaduras solares en los casos tempranos o leves. Al examinar a su gato para detectar fotosensibilidad, su veterinario no solo examinará la piel, sino que también buscará signos de cualquiera de las enfermedades que pueden desencadenar esta afección. La evaluación de las enzimas hepáticas y las biopsias hepáticas pueden ser necesarias para determinar si su gato tiene una enfermedad hepática. También se pueden realizar pruebas de laboratorio. Su veterinario también le preguntará sobre el acceso de su mascota a venenos y si su gato puede haber estado expuesto a veneno para ratas u otros productos químicos venenosos.
El tratamiento consiste principalmente en aliviar los signos. Mientras continúe la fotosensibilidad, los gatos deben protegerse completamente a la sombra o, preferiblemente, mantenerse en el interior y dejar que salgan al exterior solo en la oscuridad. El estrés intenso de la fotosensibilización y la muerte extensa del tejido de la piel pueden causar enfermedades graves e incluso la muerte. Según el caso individual, los esteroides inyectables pueden ser útiles. Las infecciones cutáneas secundarias y la descarga de líquidos se tratan con las técnicas habituales de tratamiento de heridas. La exposición a dípteros debe evitarse porque el daño cutáneo causado por la fotosensibilidad atrae dípteros y puede dar lugar a infestaciones por larvas y enfermedades graves. Las anomalías cutáneas causadas por la fotosensibilidad se curan especialmente bien, incluso después de un daño importante. El pronóstico de recuperación está relacionado con la ubicación y la gravedad de la lesión primaria y/o la enfermedad hepática, y con el grado de curación.
Consulte también el contenido para veterinarios sobre la fotosensibilización.