Los leucocitos, o glóbulos blancos, en la sangre de los mamíferos incluyen los neutrófilos, los linfocitos, los monocitos, los eosinófilos y los basófilos. Estas células varían con respecto al lugar donde se producen, cuánto tiempo circulan en el torrente sanguíneo y los factores que las estimulan a entrar o salir de la intrincada red de pequeños vasos sanguíneos que se ramifican a través de los tejidos del organismo. El número normal de cada tipo de glóbulo blanco también varía entre especies. La leucocitosis es un aumento del número total de leucocitos circulantes; la leucopenia es una disminución.
Los leucogramas son análisis de sangre que cuentan el número de diferentes glóbulos blancos que circulan en el torrente sanguíneo. Al contar las células y examinar su forma, su veterinario obtiene información valiosa que puede ayudar a diagnosticar una amplia variedad de trastornos.
Trastornos relacionados con el aumento o disminución de glóbulos blancos
La neutrofilia es un aumento en el número de neutrófilos en el torrente sanguíneo y está causada por inflamación. Los cambios estructurales en los neutrófilos pueden producirse durante la inflamación grave y se denominan cambios tóxicos. La neutropenia es una disminución en el número de neutrófilos en el torrente sanguíneo. Puede producirse debido a que los glóbulos blancos se adhieren a las paredes de los vasos sanguíneos dañados, al consumo de neutrófilos (como resultado de una inflamación grave), a la destrucción de neutrófilos o a la reducción de la formación en la médula ósea. La neutropenia puede darse en todas las especies durante las infecciones bacterianas desbordantes. Las reacciones adversas a los fármacos pueden producir neutropenia o incluso pancitopenia (una reducción de los glóbulos rojos y blancos y de las plaquetas) en los gatos. El virus de la leucemia felina y la panleucopenia (moquillo felino) también se han asociado a la neutropenia.
La eosinofilia es un aumento en el número de eosinófilos, que están implicados en las reacciones alérgicas y en el control de los parásitos. La eosinofilia está causada por sustancias que favorecen las respuestas alérgicas (p. ej., la histamina) y por determinados anticuerpos. Los eosinófilos aumentan durante las infestaciones por parásitos como las pulgas. La eosinofilia también puede aparecer con la inflamación de los intestinos, los riñones, los pulmones o la piel. El síndrome hipereosinofílico (con niveles persistentes y excesivos de eosinófilos, que se acumulan en varios órganos) se ha descrito en gatos. Se desconoce la causa. El diagnóstico puede requerir varios análisis de sangre. Con menos frecuencia, la eosinofilia periférica puede estar asociada con el cáncer. En algunos gatos, los eosinófilos se acumulan en la piel o en las úlceras bucales. Una disminución de los eosinófilos se conoce como eosinopenia y puede producirse debido al estrés o al tratamiento con corticoesteroides.
Leucemia y linfoma
La leucemia es un cáncer maligno que se caracteriza por un aumento de glóbulos blancos anormales en el torrente sanguíneo. Los veterinarios pueden considerar la leucemia como una causa potencial de enfermedad cuando hay un aumento en el número de glóbulos blancos en el torrente sanguíneo de su gato.
La gravedad de la leucemia varía. La leucemia aguda (a corto plazo) a menudo causa signos generalizados de enfermedad y tiene un mal pronóstico. Estos animales tienen glóbulos blancos anormales e inmaduros en la sangre, así como un número reducido de otros tipos normales de glóbulos (glóbulos rojos o plaquetas). Por el contrario, una leucemia crónica (de larga duración) suele causar pocos o ningún signo y puede descubrirse por casualidad, tener un curso más largo y responder mejor al tratamiento. Estos animales no suelen presentar deficiencias de otros tipos de células sanguíneas. Su veterinario puede estimar el pronóstico de su mascota basándose en los resultados de las pruebas de laboratorio y recomendar un tratamiento adecuado.
El linfoma es un cáncer relacionado con los linfocitos (un tipo de glóbulo blanco) que a menudo comienza en un nódulo linfático u otro tejido linfoide (como el bazo). Sin embargo, los linfocitos están presentes en todos los órganos y el linfoma puede desarrollarse en cualquier lugar, incluyendo el tórax, el tracto digestivo, los riñones, el sistema nervioso central, los ojos, la piel y la nariz. Si las pruebas de laboratorio muestran la presencia de glóbulos blancos inmaduros en la sangre, su veterinario probablemente querrá buscar cáncer en otras partes del organismo.
Síndrome de Chédiak-Higashi
Este síndrome hereditario se observa en los gatos Persas (y en humanos). Hay una mayor sensibilidad a las infecciones bacterianas debido a la alteración de la función de los glóbulos blancos, una mayor tendencia a las hemorragias debido a los defectos de las plaquetas y una falta parcial de color en los ojos y la piel debido a la distribución anormal de la melanina (pigmento). El diagnóstico se basa en el color anormal de la piel, la presencia de glóbulos blancos anormales y la mayor sensibilidad a las infecciones.
Anomalía de Pelger-Huët
Esta afección hereditaria se caracteriza por el fallo de ciertos glóbulos blancos (granulocitos) para madurar normalmente. La función de los glóbulos blancos es normal y muchos gatos no presentan ningún signo de enfermedad. En algunos animales es mortal y se asocia con deformaciones del esqueleto y una mayor sensibilidad a las infecciones.
Para más información
Consulte también el contenido para veterinarios sobre trastornos de los glóbulos blancos.