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Descripción general de los trastornos y enfermedades musculoesqueléticas en los gatos

PorJoseph Harari, MS, DVM, DACVS
Revisado/Modificado ago 2018

    Muchos sistemas del organismo dependen de los músculos. La capacidad de un gato para ver, respirar, orinar, reproducirse e incluso masticar y tragar puede verse afectada por una afección muscular. Muchos trastornos pueden manifestarse en los músculos, pero se remontan al sistema nervioso. Los trastornos que afectan principalmente a la membrana muscular o a las fibras musculares se llaman miopatías. Los trastornos de la membrana muscular pueden ser hereditarios o adquiridos. El diagnóstico de una miopatía suele requerir pruebas de laboratorio.

    Los tendones no se estiran, por lo que son propensos a lesionarse y pueden desgarrarse si se aplica una gran cantidad de fuerza sobre ellos. Estas lesiones dan lugar a tendinitis, que es una inflamación de los tendones. Debido a que los tendones y los ligamentos están relativamente mal abastecidos de sangre, cicatrizan lentamente y a veces de forma imperfecta. Las lesiones de los ligamentos y tendones requieren paciencia y una cuidadosa rehabilitación a largo plazo. Los tendones curados no son tan fuertes y son propensos a sufrir lesiones en el futuro.

    Las enfermedades óseas suelen estar presentes al nacimiento o son el resultado de deficiencias nutricionales o lesiones. Tener dedos adicionales (polidactilia) es un ejemplo de un trastorno hereditario. Un nivel desequilibrado de minerales en la dieta, especialmente de oligoelementos como cobre, zinc y magnesio, es una causa frecuente de defectos óseos. Los animales en crecimiento que se alimentan con demasiada proteína o que tienen un equilibrio inadecuado de calcio y fósforo también pueden desarrollar trastornos nutricionales que afectan a los huesos. La ingesta excesiva o insuficiente de ciertas vitaminas, en particular las vitaminas A y D, puede influir en el crecimiento y el desarrollo de los huesos. La mayoría de los trastornos óseos provienen de algún tipo de traumatismo, como fracturas o fisuras. Las infecciones que causan que el tejido óseo se rompa o se muera pueden dar lugar a trastornos óseos. En otras situaciones, las enfermedades de los ligamentos o tendones pueden causar problemas óseos secundarios.

    Las articulaciones móviles son vulnerables a enfermedades o trastornos articulares que afectan a sus membranas, así como a los ligamentos, cartílagos y huesos relacionados. Los trastornos articulares pueden estar causados por traumatismos en las articulaciones, inflamación a largo plazo, problemas del desarrollo o infecciones. Las lesiones traumáticas pueden producir consecuencias a corto plazo, como luxación, fractura o distorsión (inestabilidad) de una articulación. Los efectos a más largo plazo pueden incluir artritis o la rotura de ligamentos o membranas cercanas.

    La inflamación crónica (a largo plazo) se observa con mayor frecuencia en las articulaciones asociadas con el movimiento. Los efectos de la inflamación a largo plazo pueden ser complicados. Cualquier lesión articular cambia la composición y la cantidad de líquido dentro de la articulación, lo que afecta a la cantidad de presión sobre los huesos que la conectan.

    En los últimos años se han producido grandes avances en las técnicas de diagnóstico y tratamiento de los trastornos musculoesqueléticos. Cuando se detectan precozmente, los trastornos a menudo pueden corregirse y es posible un retorno completo a una vida sana. Es importante seguir de cerca las recomendaciones de su veterinario.

    Consulte también el contenido para veterinarios sobre trastornos musculoesqueléticos.