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Trastornos óseos en los gatos

PorJoseph Harari, MS, DVM, DACVS
Revisado/Modificado ago 2018

Las enfermedades óseas pueden ser del desarrollo, infecciosas, nutricionales o debidas a tumores óseos, traumatismos o causas desconocidas.

Trastornos del desarrollo óseo

Los trastornos del desarrollo óseo aparecen en animales jóvenes cuando los huesos no crecen correctamente. Pueden ser congénitos (presentes al nacimiento) o producirse a medida que el animal crece. Algunas de las causas más comunes son las características hereditarias de la raza y los desequilibrios dietéticos.

Osteocondromatosis (exostosis múltiples)

La osteocondromatosis en gatos jóvenes es un trastorno poco común caracterizado por múltiples crecimientos óseos (conocidos como osteocondromas) que surgen de la superficie de los huesos largos, vértebras y costillas. Los animales pueden no presentar signos, y el diagnóstico se confirma mediante radiografías y exploración física de los crecimientos. Si se desarrolla cojera o dolor, las masas pueden extirparse quirúrgicamente.

Cuando la osteocondromatosis se produce en gatos mayores, se cree que está causada por la infección con el virus de la leucemia felina. El pronóstico en estos gatos es reservado (incierto).

Osteodistrofia del gato Scottish Fold

Esta afección genética de los gatos Scottish Fold se caracteriza por deformidades de los huesos de la columna vertebral (vértebras) y de las patas (los huesos metacarpianos, metatarsianos y de los dedos) debido al desarrollo de crecimientos óseos. Los gatos afectados están cojos, y los huesos en cuestión están deformados e hinchados. El tratamiento consiste en una cirugía para eliminar los crecimientos óseos. El pronóstico de recuperación es reservado.

Osteomielitis

La osteomielitis es una inflamación del hueso. La afección se asocia con mayor frecuencia con una infección bacteriana, aunque las enfermedades fúngicas también pueden causar osteomielitis. Los factores que contribuyen a la infección son un suministro inadecuado de sangre al hueso, un traumatismo, una inflamación, un daño óseo y la propagación de un agente infeccioso a través del torrente sanguíneo.

Los signos generales de la osteomielitis son cojera y dolor. Los gatos pueden presentar úlceras llenas de pus en el lugar de la herida, fiebre, falta de apetito persistente y depresión. Estos signos pueden ser repentinos o de larga duración. Las radiografías, las pruebas de laboratorio y los cultivos para identificar la fuente de infección pueden ayudar a confirmar el diagnóstico.

El tratamiento a largo plazo con antibióticos, inyectados o administrados por la boca, es el tratamiento habitual de las infecciones bacterianas. Los fármacos antimicóticos son necesarios para las infecciones fúngicas. Además, se recomienda el lavado de la herida, la eliminación del tejido muerto, dañado o infectado, y la retirada de los implantes sueltos. También se pueden llevar a cabo el drenaje abierto o cerrado de la herida así como un injerto óseo. En los casos que persisten o recidivan puede ser necesaria la amputación de la extremidad. El pronóstico de recuperación varía según la gravedad de la infección y el tiempo que ha permanecido sin tratar.

Osteopatías nutricionales

La reducción de la masa ósea, las deformidades óseas, los crecimientos óseos, las fracturas y los dientes sueltos (mandíbula de goma) son afecciones que pueden ser consecuencia de alteraciones nutricionales. Estas alteraciones afectan a la función de la hormona paratiroidea y al metabolismo del calcio y las vitaminas en el organismo. Las causas específicas que pueden causar cojera incluyen una dieta desequilibrada que da lugar a un nivel anormalmente alto de hormona paratiroidea (hiperparatiroidismo nutricional secundario) o un nivel anormalmente alto de hormona paratiroidea que causa daño renal (hiperparatiroidismo renal secundario), una deficiencia de vitamina D y una ingesta excesiva de vitamina A. El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre, radiografías y la identificación de cualquier causa nutricional subyacente. El tratamiento está dirigido a revertir la causa específica. Rara vez se necesita cirugía.

El hiperparatiroidismo nutricional secundario se refiere a una deficiencia de calcio en gatos que se alimentan con una dieta basada exclusivamente en carne, que es rica en fosfatos y baja en calcio. Con el tiempo, esta dieta hace que las glándulas paratiroides secreten hormona paratiroidea en un esfuerzo por restaurar el equilibrio normal de minerales en el organismo. Desafortunadamente, el calcio se extrae del esqueleto, lo que da lugar al adelgazamiento y debilitamiento de los huesos. La afección se observa con mayor frecuencia en gatitos, pero también puede darse en gatos de interior más mayores con una dieta basada exclusivamente en carne. Los signos incluyen cojera, dolor óseo, reticencia a caminar o estar de pie, "síndrome de la mandíbula de goma" y fracturas que se producen tras un traumatismo mínimo. Si se trata a tiempo con suplementos de calcio y una dieta equilibrada, la mayoría de los gatos tienen un buen pronóstico. Sin embargo, si se han producido deformidades óseas graves, el pronóstico es malo.

La hipervitaminosis A es una afección que se desarrolla en gatos cuyas dietas contienen cantidades excesivas de vitamina A (p. ej., dietas que incluyen una gran cantidad de hígado). Aunque se considera principalmente un trastorno del sistema nervioso, los problemas suelen comenzar cuando se forman excrecencias óseas en las vértebras. Estas causan deformidades, interfieren en el movimiento normal y pueden provocar daños en los nervios. Las excrecencias óseas también pueden producirse en los codos y otras articulaciones de las patas. Si se tratan a tiempo (con una dieta equilibrada), algunos signos pueden revertirse; sin embargo, los cambios esqueléticos suelen ser irreversibles y el pronóstico es reservado.

Tumores óseos

Los tumores esqueléticos pueden ser benignos o malignos (cancerosos). Pueden comenzar en el hueso o diseminarse a partir de tumores en otras zonas del organismo. El tumor óseo primario más común es el osteosarcoma del radio, del húmero, del fémur o de la tibia. Los tumores menos comunes son el condrosarcoma, el fibrosarcoma y el hemangiosarcoma.

Los signos incluyen cojera, inflamación ósea y fracturas óseas que no están causadas por una lesión. Las radiografías del miembro afectado pueden ayudar a confirmar el diagnóstico. Se deben realizar radiografías de tórax para buscar cualquier tumor que pueda estar diseminándose hacia o desde los huesos. La biopsia ósea es necesaria para confirmar el diagnóstico.

El pronóstico de recuperación es reservado. Los animales no tratados rara vez viven más de varios meses. Los tratamientos recomendados son la amputación de la extremidad y la quimioterapia. En promedio, los gatos viven 4 años después de la amputación.

Fracturas óseas

Las fracturas óseas están causadas con frecuencia por accidentes de tráfico, armas de fuego, peleas o caídas. Las fracturas pueden implicar roturas únicas o múltiples en el hueso y pueden ser abiertas (también llamadas compuestas) o cerradas. Las fracturas abiertas tienen una herida o rotura en la piel que está asociada con la fractura; las fracturas cerradas son aquellas que no producen una herida abierta. La forma y la gravedad de la fractura dependen de la fuerza y del tipo de traumatismo.

Tipos de fracturas óseas

Algunos sitios comunes de fracturas en gatos incluyen el hueso del muslo (fémur), la pelvis, las mandíbulas y las vértebras de la cola. Los signos de fractura son generales e incluyen cojera, dolor e hinchazón. Las radiografías son útiles para determinar el tipo y la extensión de la fractura. Los tratamientos están basados en el tipo de fractura, edad y salud del gato, el estado financiero del propietario y en la pericia técnica del cirujano. Puede ser necesaria la derivación a un cirujano ortopédico veterinario, especialmente en el caso de fracturas complicadas.

Las fracturas incompletas en gatos jóvenes y sanos pueden tratarse con férulas o escayolas externas. Otras lesiones se tratan con placas óseas, tornillos, alambres ortopédicos o agujas. Se pueden utilizar injertos óseos para ayudar a la curación. Se administran antibióticos para evitar que las fracturas abiertas se infecten. Se utilizan medicamentos contra el dolor adecuados para reducir las molestias. También puede ser necesaria la fisioterapia.

Férula incompleta para fractura, gato

El pronóstico de recuperación suelen ser bueno, dependiendo de la lesión y del éxito de la cirugía. Los cuidados de seguimiento incluyen radiografías y revisiones veterinarias para evaluar cómo se está curando la fractura. La retirada de los implantes internos, como las placas óseas o los tornillos, no es necesaria salvo que se produzcan complicaciones como la protección contra el estrés, la infección y la irritación de tejidos blandos. Las fracturas de las vértebras que producen una lesión de la médula espinal tienen un pronóstico de reservado a malo, aunque a veces es posible la reparación quirúrgica cuando la lesión no es extensa.

Para más información

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