El vómito en los gatos es la expulsión forzada del contenido (como comida o líquidos) del estómago y de la parte superior del intestino delgado a través de la boca. Suele ir precedido de salivación excesiva, deglución repetida, arcadas y contracciones enérgicas de los músculos abdominales y del diafragma. Hay muchas causas de vómitos en los gatos. El vómito puede estar causado por una enfermedad del aparato digestivo, insuficiencia renal o hepática, pancreatitis o trastornos del sistema nervioso. Algunas causas adicionales de vómitos incluyen venenos, envenenamiento (p. ej., picaduras de insectos o mordeduras de serpientes), parásitos internos (incluida la enfermedad del gusano del corazón [dirofilariosis]), infecciones, inflamación, fármacos, ingestión de un cuerpo extraño, alergia alimentaria y tumores.
El vómito es diferente de la regurgitación, que es un movimiento pasivo que no requiere esfuerzo ni contracción de los músculos abdominales. En la regurgitación, el alimento y el líquido expulsados tienden a no estar digeridos y pueden tener una forma cilíndrica que refleja la forma del esófago. La tos o la dificultad para respirar se asocian más a menudo con la regurgitación que con el vómito.
Los vómitos de corta duración u ocasionales no suelen estar asociados a otras anomalías. Los vómitos a largo plazo pueden asociarse a debilidad, letargo, pérdida de peso, deshidratación y desequilibrio de electrolitos (sales). Siempre que sea posible, el control de los vómitos se logra identificando y eliminando la causa mientras se permite que el aparato digestivo se recupere.
Vómitos ocasionales o de corta duración
Cuando un gato ha estado vomitando ocasionalmente durante un periodo corto de tiempo (menos de 1-2 días) y no hay otros signos de enfermedad, es posible que su veterinario solo necesite proporcionar tratamientos de apoyo para aliviar los signos. Por lo general, el tratamiento para los vómitos a corto plazo requiere retirar los alimentos durante 24 horas para permitir que el aparato digestivo descanse. El agua solo debe retirarse si su veterinario proporciona fluidos debajo de la piel (vía subcutánea) o por inyección en los vasos sanguíneos (vía intravenosa). Es de esperar que los vómitos provoquen deshidratación y otras anomalías internas, y retirar el agua puede empeorar estos efectos. Los gatos con enfermedades renales o cardiacas pueden requerir hospitalización con tratamiento de fluidos intravenosos durante este tiempo. Si los vómitos han parado después de 24 horas, se puede ofrecer al gato pequeñas cantidades de agua. Si no se producen más vómitos, por lo general se puede reanudar la alimentación lentamente.
Vómitos prolongados o graves
Los vómitos prolongados, los que se producen más de una o dos veces al día y los que van acompañados de sangre, dolor abdominal, depresión, deshidratación, debilidad, fiebre, pérdida de peso u otros signos adversos requieren un examen detallado por parte de su veterinario. Algunas causas de vómitos graves o de larga duración son potencialmente mortales. El diagnóstico puede incluir análisis de sangre, heces y orina, así como radiografías abdominales y ecografía. En muchos casos, la evaluación endoscópica y las biopsias de estómago e intestino delgado constituyen las únicas pruebas que pueden determinar la causa de los vómitos.
Es necesario tratar la causa subyacente de los vómitos. Un gato con vómitos prolongados o graves también puede necesitar tratamiento para afecciones como la deshidratación, los desequilibrios de sales y los trastornos ácido-base que se han desarrollado. Esto puede requerir una hospitalización con la administración de fluidos intravenosos. Se pueden recetar fármacos para controlar los vómitos en animales con vómitos persistentes, deshidratación y debilidad.