Las glándulas adrenales se localizan justo delante de los riñones. La glándula adrenal tiene dos partes: la corteza y la médula.
La corteza adrenal se subdivide en tres capas, y cada capa produce un conjunto diferente de hormonas esteroideas. La capa externa produce los mineralocorticoides, que ayudan a controlar el equilibrio de las sales de sodio y potasio del organismo. La capa intermedia produce glucocorticoides, que intervienen en la metabolización de los nutrientes y en la reducción de la inflamación y las respuestas inmunitarias. La capa interna produce hormonas sexuales como el estrógeno, la progesterona y los andrógenos.
La médula adrenal desempeña un papel importante en la respuesta al estrés o al bajo nivel de azúcar en sangre (glucosa). Libera epinefrina (a veces también llamada adrenalina) y norepinefrina, que aumentan el gasto cardiaco, la presión arterial y la glucosa en sangre y ralentizan la digestión.
Enfermedad de Addison
La enfermedad de Addison, también conocida como hipoadrenocorticismo, está causada por una deficiencia de las hormonas de las glándulas adrenales. Es poco frecuente en gatos. La causa no se suele conocer, pero es probable que exista una afección autoinmunitaria en la que el organismo destruya parte de su propio tejido. La glándula adrenal también puede ser destruida por otras afecciones, como el cáncer en otras partes del organismo. Se reduce la secreción de aldosterona, la principal hormona mineralocorticoide, lo que afecta a los niveles de potasio, sodio y cloro en la sangre. El potasio se acumula gradualmente en la sangre y, en casos graves, puede hacer que el corazón se ralentice o lata irregularmente.
Los signos de la enfermedad de Addison incluyen pérdida de apetito, letargo, deshidratación y una pérdida gradual de la condición corporal. Se pueden observar vómitos y diarrea. Aunque los signos pueden ser difíciles de identificar mientras se desarrolla la enfermedad de Addison, las consecuencias graves, como el shock y los indicios de insuficiencia renal, pueden aparecer de forma súbita (lo que se denomina crisis adrenal).
Un veterinario puede hacer un diagnóstico tentativo basado en la anamnesis, los signos y ciertas anomalías de laboratorio, como niveles muy bajos de sodio y niveles muy altos de potasio en la sangre. El diagnóstico se confirma mediante una evaluación específica de la función adrenal.
Una crisis adrenal es una urgencia médica y requiere tratamiento con fluidos intravenosos para restaurar los niveles de líquidos corporales, sal y azúcar a la normalidad. El tratamiento hormonal sustitutivo puede iniciarse a menudo mientras se estabiliza al animal. Para el tratamiento a largo plazo, las hormonas de reemplazo se pueden administrar por la boca o en inyección. El gato se debe controlar regularmente para evaluar la respuesta al tratamiento y ajustar las dosis si es necesario. El estrés puede desencadenar una crisis adrenal, por lo que su veterinario puede recomendar ajustes de dosis durante situaciones estresantes (p. ej., la introducción de una nueva mascota o una mudanza).
Consulte también el contenido para veterinarios sobre las glándulas adrenales.