La laringe es la parte de la garganta que sirve para la fonación. La laringitis es una inflamación de la laringe. Puede ser el resultado de una infección de las vías respiratorias superiores o de una irritación directa por la inhalación de polvo, humo, gases irritantes u objetos extraños. También puede estar causada por un traumatismo, maullidos excesivos o un tumor de la laringe. La laringitis puede acompañar a la rinotraqueítis infecciosa y a la infección por calicivirus en los gatos. La acumulación de líquido y la hinchazón (edema) de las membranas mucosas es a menudo una parte clave de la laringitis; si es grave, la vía aérea superior puede estar obstruida. El edema de la laringe también puede ser consecuencia de reacciones alérgicas, la colocación de un tubo respiratorio durante la anestesia o una cirugía en la zona.
La tos suele ser el primer signo perceptible de laringitis. La tos es áspera, seca y breve al principio, pero se vuelve suave y húmeda después y puede ser muy dolorosa. La acumulación de líquido y la hinchazón de la laringe pueden desarrollarse en cuestión de horas, causando un mayor esfuerzo para inhalar y una respiración de tono alto que surge de la laringe. Los cambios vocales pueden ser evidentes. El mal aliento y la respiración difícil y ruidosa pueden ser evidentes, y el gato puede permanecer con la cabeza baja y la boca abierta. La deglución es difícil y dolorosa. Puede producirse la muerte por asfixia, especialmente si el animal está sobreejercitado o estresado, o si una masa, lesión o tumefacción obstruye gravemente la laringe.
El veterinario puede hacer un diagnóstico tentativo basado en los signos clínicos y la exploración física del gato. Un diagnóstico definitivo requiere el examen de la laringe con un endoscopio; en los gatos por lo general se requiere anestesia durante este procedimiento. Si la laringe está obstruida, se hará una abertura en el cuello para permitir la colocación de un tubo de traqueotomía; este tubo permite al animal respirar mientras se corrige el problema. Es esencial identificar y tratar la causa subyacente. Se pueden prescribir corticoesteroides para reducir la hinchazón causada por la inflamación. Los diuréticos pueden usarse para aliviar la acumulación de líquido en la laringe y los pulmones. También pueden ser necesarios los antibióticos. El control del dolor con medicación, especialmente en los gatos, permite que el animal coma y, por tanto, acelera la recuperación. También puede ser útil humidificar el aire, alimentar con alimentos blandos y confinar al gato en un área limpia.
Parálisis de la laringe en los gatos
La parálisis laríngea, un trastorno de las vías respiratorias superiores, es poco frecuente en los gatos. La afección se produce cuando los cartílagos de la laringe no se abren y cierran normalmente durante la respiración.
Los signos incluyen tos seca, cambios en la voz y una respiración ruidosa que progresa lentamente hacia una dificultad evidente para respirar durante el estrés y el esfuerzo, y finalmente hacia el colapso. Puede haber regurgitación y vómitos. La progresión de los signos suele durar meses o incluso años antes de que la dificultad respiratoria sea evidente. Su veterinario por lo general necesitará examinar las vías respiratorias superiores de su gato con un endoscopio (laringoscopia) para confirmar el diagnóstico. Este procedimiento se realiza con anestesia ligera.
Inicialmente, el tratamiento tiene como objetivo aliviar los signos de obstrucción de las vías respiratorias. Los tranquilizantes y los corticoesteroides son temporalmente eficaces en los casos leves. La obstrucción grave puede requerir la colocación de un tubo en la tráquea (traqueotomía). La cirugía para corregir el problema a menudo tiene éxito.
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