La melioidosis es una infección bacteriana poco común de los humanos y los animales. El agente causante de la enfermedad es Burkholderia pseudomallei, que se encuentra en el suelo y en el agua en todo el sudeste asiático, el norte de Australia y el Pacífico Sur. La enfermedad también se observa esporádicamente en otras regiones templadas. Los brotes de melioidosis han coincidido con fuertes lluvias, inundaciones, grandes excavaciones y alteraciones en las tuberías que provocan la contaminación del suministro de agua.
La melioidosis se ha diagnosticado en muchos animales, incluidos los gatos y los humanos. Los gatos pueden morir por la infección debido a un sistema inmunitario debilitado. La infección se suele transmitir del entorno al animal y no de animal a animal. Las vías más frecuentes de infección son por inoculación cutánea, contaminación de heridas, ingestión de tierra o cadáveres contaminados, o inhalación.
Los signos pueden variar ampliamente y la infección sin signos es frecuente. La infección puede estar asociada a nódulos o abscesos únicos o múltiples con aspecto de cuajada, que pueden estar localizados en cualquier órgano. Los órganos afectados con mayor frecuencia incluyen los pulmones, el bazo, el hígado y los nódulos linfáticos. Se puede observar fiebre, pérdida de apetito o inflamación de los nódulos linfáticos. Cuando la infección entra a través de la piel, a menudo se desarrolla en puntos distantes sin indicios de infección activa en el punto de entrada. La neumonía es la forma más común de la enfermedad tanto en animales como en humanos. Puede producirse cojera. Es posible que una infección permanezca inactiva antes de hacerse evidente. La muerte puede producirse en animales con infecciones repentinas e intensas o cuando se ven afectados órganos vitales.
La melioidosis se diagnostica con pruebas de laboratorio que identifican las bacterias en las lesiones y las secreciones. También se pueden utilizar análisis de sangre. Es posible que esta enfermedad implique la supresión del sistema inmunitario, especialmente en los gatos, por lo que su veterinario puede realizar pruebas para otras enfermedades subyacentes. El tratamiento con antibióticos puede ser caro y prolongado. Se espera que los protocolos de tratamiento adoptados para las infecciones humanas tengan más éxito que el enfoque habitual con antibióticos veterinarios convencionales. Existe el riesgo de que los signos vuelvan a aparecer después de suspender el tratamiento. En las áreas donde existen las bacterias causantes de la enfermedad, la prevención implica procurar a su mascota un alojamiento y áreas para dormir que no estén expuestas a la tierra y proporcionarle agua potable que haya sido clorada y filtrada (la mayoría de los suministros de agua municipales cumplen con estos requisitos). Otras medidas preventivas incluyen restringir el acceso de su mascota a la materia fecal de otros animales y a los animales muertos en el medio ambiente.
La melioidosis puede transmitirse a las personas, por lo que se deben tomar las precauciones adecuadas cuando se manipulan mascotas infectadas. La bacteria puede excretarse de las heridas y, según el lugar de la infección, de otras fuentes, como las secreciones nasales, la leche, las heces y la orina.
Consulte también el contenido para veterinarios sobrela melioidosis.