La peritonitis es la inflamación del peritoneo, la membrana que recubre la cavidad abdominal. Es una afección grave y a menudo mortal. La peritonitis puede ser de corta o larga duración, localizada o diseminada. Lo más habitual es que se produzca por la contaminación de la cavidad peritoneal (p. ej., por la perforación de la cavidad abdominal por un cuerpo extraño, rotura de la vejiga o la vesícula biliar, apertura del cierre de una herida abdominal o rotura del intestino por la presencia de un cuerpo extraño ingerido), pero también puede estar causada por agentes infecciosos como virus o bacterias que se desplazan desde el torrente sanguíneo hasta el peritoneo. Por ejemplo, se cree que la peritonitis infecciosa felina está causada por un coronavirus mutado.
Los signos de peritonitis varían según la causa. Pueden ser signos de peritonitis la fiebre, el envenenamiento de la sangre, el shock, la disminución de la presión arterial, la hemorragia, el dolor abdominal intenso, la pérdida de apetito, la depresión, los vómitos, la obstrucción paralítica de los intestinos con reducción de la producción fecal y la acumulación de líquido dentro de la cavidad abdominal. La rotura del tracto gastrointestinal, con derrame de grandes volúmenes de contenido intestinal, da lugar a peritonitis súbita y grave. La muerte por shock producida por grandes cantidades de toxinas bacterianas puede producirse repentinamente.
Para diagnosticar la peritonitis, se pueden utilizar una exploración física, una ecografía abdominal, radiografías y análisis de sangre. Su veterinario también puede obtener una muestra de líquido abdominal para ayudar a determinar la causa y planificar los tratamientos. La primera prioridad del tratamiento es estabilizar las consecuencias de la peritonitis, como el shock, los cambios en los electrolitos, el desequilibrio ácido-base, la pérdida de líquidos y las anomalías en la coagulación sanguínea. Además, su veterinario querrá identificar el punto de origen de la inflamación y corregirlo o eliminarlo. Los antibióticos son una parte estándar del tratamiento. La hospitalización con fluidos intravenosos o transfusiones de sangre puede ser necesaria para mejorar la circulación sanguínea.
Una vez estabilizado el gato, puede ser necesaria una cirugía para explorar el abdomen y reparar cualquier defecto. Los antibióticos se continúan después de la cirugía. Puede ser necesario el apoyo nutricional con alimentación intravenosa o una sonda de alimentación, ya que muchos gatos con peritonitis no comen después de la cirugía.
La peritonitis se considera una enfermedad grave y potencialmente mortal. Desafortunadamente, la peritonitis infecciosa felina es una enfermedad mortal sin un tratamiento eficaz a largo plazo. Sin embargo, los tratamientos disponibles pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de un gato durante un periodo de tiempo limitado. En los gatos con otras causas de peritonitis, hasta el 50-70 % de los pacientes pueden sobrevivir con un tratamiento rápido.
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