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Infecciones por hongos en los gatos

PorDana G. Allen, DVM, MSc, DACVIM
Revisado/Modificado ago 2018

Los hongos son organismos parásitos productores de esporas. Obtienen su alimento absorbiendo nutrientes de los hospedadores en los que crecen. Existen muchas especies de hongos en el medio ambiente, pero solo algunas causan infecciones. La fuente principal de la mayoría de las infecciones es el suelo. Las infecciones fúngicas pueden adquirirse por inhalación, ingestión o a través de la piel (p. ej., a través de un corte o herida).

Algunas infecciones fúngicas pueden causar enfermedad en animales por lo demás sanos, mientras que otras requieren un hospedador que esté enfermo, debilitado o inmunocomprometido para establecer la infección. El uso prolongado de antibióticos o agentes inmunosupresores parece aumentar la probabilidad de algunas infecciones fúngicas. La infección en sí puede ser localizada o puede afectar a todo el organismo. En general, las infecciones fúngicas que afectan a la piel (como la tiña) son frecuentes en los gatos, mientras que las infecciones fúngicas generalizadas son muy raras.

Aspergilosis

La aspergilosis es una infección fúngica causada por varias especies de Aspergillus. Se trata principalmente de una infección respiratoria que raramente puede extenderse por todo el organismo. La aspergilosis se encuentra en todo el mundo y en casi todos los animales domésticos, así como en muchos animales silvestres; sin embargo, la sensibilidad a las infecciones fúngicas varía entre especies. En los gatos domésticos se han descrito formas de la cavidad nasal, los senos paranasales y los pulmones. Los gatos que ya están estresados por una enfermedad (como una infección vírica) o inmunodeprimidos pueden ser más propensos a infectarse. Los signos son inespecíficos e incluyen inflamación de los senos paranasales, hinchazón facial y neumonía. El hongo también puede invadir el sistema nervioso central y causar signos neurológicos (como convulsiones). Establecer un diagnóstico preciso puede ser difícil y puede requerir radiografías, tomografía computarizada y pruebas de laboratorio. La cirugía y los fármacos antimicóticos se suelen recomendar para tratar la aspergilosis; sin embargo, el pronóstico depende del estado general del gato y de la extensión de la infección.

Candidiasis

La candidiasis es una enfermedad fúngica localizada que afecta a las membranas mucosas y a la piel. Se distribuye mundialmente en una variedad de animales y está causada más comúnmente por especies de hongos similares a la levadura, Candida albicans. La candidiasis es poco frecuente en los gatos, pero se ha asociado a enfermedades orales y de las vías respiratorias superiores, lesiones oculares, infección del espacio entre los pulmones y la pared torácica, enfermedad intestinal e infección de la vejiga.

Los factores que pueden predisponer a un animal a la infección incluyen las lesiones en cualquiera de las membranas mucosas, el uso de catéteres, la administración de antibióticos y los fármacos o enfermedades inmunosupresoras.

Los signos de infección son variables e inespecíficos (p. ej., diarrea, debilidad, lesiones cutáneas) y pueden estar más asociados a las afecciones primarias o predisponentes que a la propia infección por Candida. Una pomada o aplicación tópica puede ser útil en el tratamiento de la candidiasis oral o cutánea. Su veterinario también puede recomendar diferentes fármacos administrados por la boca o por inyección para el tratamiento de los gatos infectados.

Coccidioidomicosis (fiebre del valle)

La coccidioidomicosis es una infección no contagiosa transmitida por el polvo y causada por el hongo Coccidioides immitis. Las infecciones están limitadas a las regiones secas y similares a desiertos del sudoeste de EE. UU. y áreas geográficas similares de México, América Central y América del Sur. La inhalación de esporas fúngicas (a menudo transportadas en partículas de polvo) es el único modo establecido de infección. Pueden producirse epidemias cuando los periodos lluviosos son seguidos de sequía, lo que da lugar a tormentas de polvo. Las infecciones son poco frecuentes en los gatos.

La coccidioidomicosis es principalmente una enfermedad respiratoria crónica. Los gatos infectados suelen tener problemas de piel (lesiones cutáneas que drenan, bultos bajo la piel, abscesos), fiebre, falta de apetito y pérdida de peso. Los signos menos frecuentes en gatos incluyen dificultad para respirar, cojera, signos neurológicos y anomalías oculares. La infección se disemina a múltiples lugares del organismo en aproximadamente la mitad de los gatos infectados. El diagnóstico se basa en análisis de sangre o en la identificación del hongo en muestras de tejido del animal.

El tratamiento consiste en medicamentos antimicóticos a largo plazo. El pronóstico es reservado, pero los gatos con infecciones cutáneas pueden responder al tratamiento. No existe otra forma de prevención conocida que no sea la disminución de la exposición de su mascota al suelo y al polvo del desierto tanto como sea posible en las áreas donde se produce el hongo.

Criptococosis

La criptococosis es una enfermedad micótica sistémica que puede afectar al tracto respiratorio (especialmente la cavidad nasal), el sistema nervioso central, los ojos y la piel (especialmente la de la cara y el cuello) de los gatos. Está causada por los hongos Cryptococcus neoformans y Cryptococcus gattii, que se encuentran en todo el mundo en el suelo y el estiércol de aves, especialmente en los excrementos de palomas. La transmisión se produce por inhalación de esporas o por contaminación de heridas.

La criptococosis es más frecuente en los gatos, aunque también se da en otros animales domésticos y silvestres. En los gatos, los signos de las vías respiratorias superiores después de la infección de la cavidad nasal son los más comunes. Los signos a menudo incluyen estornudos, secreción nasal con sangre, clara o llena de pus, masas parecidas a pólipos en la fosa nasal y una hinchazón dura debajo de la piel y sobre el puente de la nariz. Las áreas de pequeños bultos y nódulos pueden afectar a la piel; pueden palparse blandos (llenos de líquido) o duros. Estas áreas pueden ulcerarse, dejando una superficie en carne viva. Los signos neurológicos asociados a la criptococosis del sistema nervioso central pueden incluir depresión, cambios de comportamiento, agresividad, movimientos en círculos, parálisis ligera y ceguera. También pueden desarrollarse anomalías oculares.

Signos de criptococosis en los gatos

Infecciones de la cavidad nasal (más común).

  • Estornudos.

  • Secreción nasal de larga duración que consiste en un líquido transparente, sangre, moco y/o pus.

  • Inflamación dura debajo de la piel y sobre el puente de la nariz.

  • Masas parecida a pólipos en la fosa nasal.

Lesiones cutáneas (común).

  • Bultos elevados o nódulos que pueden ser duros o blandos.

  • Lesiones más grandes que tienden a ulcerarse, dejando una superficie en carne viva.

Signos neurológicos.

  • Depresión.

  • Cambios de temperamento.

  • Convulsiones.

  • Marcha en círculos.

  • Parálisis leve.

  • Ceguera.

Anomalías oculares.

  • Pupilas dilatadas que no responden.

  • Ceguera por desprendimiento de retina.

  • Inflamación de los tejidos del ojo.

La criptococosis se diagnostica mediante la evaluación microscópica de muestras tomadas de las áreas afectadas o mediante otras pruebas de laboratorio. Para el tratamiento de la criptococosis se pueden prescribir diversos fármacos antifúngicos. La mayoría de las mascotas afectadas necesitan un tratamiento prolongado (hasta varios meses), según la gravedad y extensión de la enfermedad. El tratamiento de la criptococosis puede incluir la cirugía para extirpar las lesiones en la cavidad nasal o en el puente de la nariz. El pronóstico de los gatos que también están infectados por el virus de la inmunodeficiencia felina es reservado, ya que estos gatos tienen una mayor probabilidad de fracaso del tratamiento.

Histoplasmosis

La histoplasmosis es una infección no contagiosa causada por el hongo Histoplasma capsulatum, que se encuentra en todo el mundo. Este hongo del suelo está ampliamente distribuido (particularmente por poblaciones de aves y murciélagos) en el medio oeste y sur de los EE. UU., especialmente en los valles fluviales y las llanuras. La infección se produce cuando se inhalan las esporas del aire. Los pulmones y los nódulos linfáticos del tórax son los lugares de infección primaria. Los microorganismos entran en el torrente sanguíneo desde estos lugares y se dispersan por todo el organismo; pueden localizarse en la médula ósea o en los ojos.

Los signos varían y no son específicos, reflejando los diversos órganos afectados. En ocasiones, la infección solo afecta a los pulmones, y los gatos muestran signos de fiebre, dificultad para respirar y tos. La infección pulmonar puede resolverse por sí sola. Sin embargo, es común que la infección respiratoria se extienda a otros tejidos, una forma más grave de la enfermedad que afecta a un gran número de órganos y sistemas orgánicos. Los órganos afectados con mayor frecuencia son los pulmones, el intestino, los nódulos linfáticos, el hígado, el bazo y la médula ósea. Son frecuentes los signos de enfermedad como depresión, fiebre y falta de apetito, así como dificultad para respirar, diarrea crónica, pérdida de sangre intestinal, anemia y pérdida de peso. Puede producirse infección de los huesos, los ojos, la piel y el sistema nervioso central. El diagnóstico requiere la identificación del hongo en líquidos o tejidos corporales. También pueden ser necesarios análisis de sangre o radiografías.

El tratamiento de la histoplasmosis diseminada es difícil. Requiere el uso de fármacos antifúngicos y un tratamiento de apoyo, como una nutrición adecuada, fluidos adicionales (hidratación) y el control de infecciones bacterianas secundarias. El tratamiento antifúngico debe continuarse durante periodos prolongados.

Micetomas

Los micetomas son infecciones de la piel y tejidos subyacentes que tienen la apariencia de nódulos o tumores. Cuando estas lesiones están causadas por hongos, se denominan micetomas eumicóticos. El hongo se multiplica en las lesiones y se organiza en agregados conocidos como gránulos o granos. Los gránulos pueden ser de varios colores y tamaños, dependiendo de la especie de hongo de que se trate. Los micetomas son poco frecuentes en gatos.

La mayoría de los micetomas eumicóticos quedan confinados en el tejido debajo de la piel, pero algunos pueden ser extensiones de infecciones fúngicas en el abdomen. En los gatos, los micetomas se suelen caracterizar por nódulos cutáneos en las patas y los pies o en la cara. Cuando se ven afectados los pies o las extremidades, la infección puede extenderse al hueso subyacente.

Un micetoma se diagnostica identificando el hongo dentro de su contenido. Puede ser necesaria una biopsia de tejido. Los micetomas de la piel, aunque no ponen en peligro la vida del animal, son a menudo difíciles de resolver. El pronóstico de los micetomas abdominales es reservado, ya que la afectación de los tejidos suele ser muy extensa. Su veterinario le recomendará las mejores opciones de tratamiento, que pueden incluir la extirpación quirúrgica (incluida la amputación) o la medicación antifúngica.

Blastomicosis

La blastomicosis, causada por el hongo Blastomyces dermatitidis, se suele limitar a zonas geográficamente restringidas en las cuencas de los ríos Misisipi, Misuri, Tennessee y Ohio y a lo largo de los Grandes Lagos y la vía marítima del San Lorenzo. También se produce en el noroeste del Pacífico. Las presas de castores y otros hábitats en los que el suelo es húmedo, ácido y rico en vegetación en descomposición pueden servir de nicho ecológico para el microorganismo, que también se ha encontrado en las heces de palomas y murciélagos. Los gatos son una de las especies más comúnmente afectadas (además de las personas y los perros), pero los gatos desarrollan signos de blastomicosis en múltiples órganos con mucha menos frecuencia que los perros.

La forma infecciosa de blastomicosis se suele inhalar hacia los pulmones. Cuando las defensas respiratorias están sobrepasadas o existe inmunosupresión, la infección se disemina desde los pulmones a través del torrente sanguíneo. La infección puede producirse través de la piel, pero la diseminación de una infección pulmonar es mucho más común.

Los animales afectados presentan signos como fiebre, letargo, falta de apetito y pérdida de peso. La afectación pulmonar provoca intolerancia al ejercicio, tos y dificultad para respirar. Los nódulos linfáticos periféricos pueden estar agrandados. Puede producirse afectación ósea y causar cojera. La infección del sistema nervioso central puede dar lugar a cambios de comportamiento, convulsiones, coma o muerte súbita. La infección del tracto urogenital puede producirse ocasionalmente y causar signos como sangre en la orina o dificultad para orinar. La afectación ocular puede causar dolor, sensibilidad a la luz y glaucoma. La afectación de la retina puede causar ceguera. Pueden encontrarse nódulos drenantes o abscesos grandes (bolsas de pus) en la piel. Si se produce blastomicosis en los sistemas urinario o reproductor, se puede observar orina con sangre o dificultad para orinar.

Su veterinario puede sospechar blastomicosis en función de los signos de enfermedad de su gato, especialmente tos o dificultad para respirar. A menudo se realizan radiografías de tórax. El diagnóstico puede hacerse identificando el hongo en el tejido afectado o con análisis de sangre u orina.

El tratamiento de la blastomicosis se basa en la gravedad de la afección y otros factores que deben ser evaluados por un veterinario. El tratamiento está dirigido al alivio de signos específicos (como dificultad para respirar, tos o problemas oculares) y a la eliminación del hongo del organismo. El tratamiento puede incluir uno o más fármacos antimicóticos, que se administran durante un periodo prolongado (a menudo 2 meses o más) hasta que la enfermedad activa no es aparente. Pueden producirse recidivas.

Feohifomicosis

La feohifomicosis es un término general para una infección por cualquiera de los hongos pigmentados de la familia Dematiaceae. La infección puede producirse por la contaminación fúngica del tejido en el lugar de la lesión. La feohifomicosis es poco frecuente en gatos. En la mayoría de los casos, la infección está confinada a la piel y los tejidos debajo de la piel. Se encuentran masas de crecimiento lento debajo de la piel en los dedos de los pies, las orejas, la cara y el revestimiento de los conductos nasales. Rara vez puede afectar al sistema nervioso central. Los nódulos pueden ulcerarse y presentar tractos drenantes. La feohifomicosis puede ser difícil de tratar. La extirpación quirúrgica de la lesión puede ser una cura. En los casos en los que la cirugía no es posible, se puede considerar el tratamiento con antifúngicos.

Rinosporidiosis

La rinosporidiosis es una infección crónica no mortal, principalmente del revestimiento de las fosas nasales y, a veces, de la piel. Está causada por el hongo Rhinosporidium seeberi. Poco frecuente en América del Norte; se observa más a menudo en la India, África y América del Sur.

La infección se caracteriza por crecimientos similares a pólipos que pueden ser blandos, rosados, desmenuzables, lobulados con superficies rugosas y lo suficientemente grandes como para obstruir o cerrar los conductos nasales. Las lesiones cutáneas pueden ser únicas o múltiples, adheridas a una base o tener una conexión en forma de tallo.

Esta infección se diagnostica identificando el hongo en una muestra de tejido biopsiado. La extirpación quirúrgica de las lesiones se considera el tratamiento estándar, pero las recidivas son frecuentes.

Esporotricosis

La esporotricosis es una enfermedad esporádica de larga duración causada por Sporothrix schenckii. Este microorganismo se encuentra por todo el mundo en el suelo, la vegetación y la madera. En los EE. UU., este hongo se encuentra sobre todo en las regiones costeras y en los valles fluviales. La infección suele producirse cuando el microorganismo entra en el organismo a través de heridas en la piel por contacto con plantas o tierra o por la penetración de objetos extraños, como una rama afilada. Puede producirse la transmisión de la enfermedad de los animales, especialmente los gatos, a los humanos. Los gatos pueden excretar grandes cantidades del hongo a partir de heridas infectadas y en sus heces.

La esporotricosis es más frecuente en los gatos que en otras especies. La infección puede permanecer localizada en el punto de entrada (afectando solo la piel) o puede extenderse a los nódulos linfáticos cercanos. En los gatos es más probable que las áreas afectadas se produzcan en la cabeza, especialmente en el puente de la nariz o en las orejas. Aunque inicialmente no se observa una enfermedad generalizada, la infección a largo plazo puede provocar fiebre, apatía y depresión. En raras ocasiones, la infección se diseminará por el torrente sanguíneo desde el punto inicial de la inoculación a los huesos, los pulmones, el hígado, el bazo, los testículos, el tracto gastrointestinal o el sistema nervioso central.

La esporotricosis se suele diagnosticar identificando el hongo en una muestra de tejido afectado o con un cultivo. Se suele recomendar el tratamiento a largo plazo con fármacos antifúngicos (continuado de 3 a 4 semanas después de la curación aparente). Dado que la esporotricosis puede transmitirse de su mascota a usted, debe observarse una higiene estricta al manipular animales con esporotricosis sospechada o diagnosticada. El cuidador del gato parece tener más probabilidades de infectarse que otros miembros de la casa. Si su gato es diagnosticado con esporotricosis, pregúntele a su veterinario acerca de las precauciones que usted y cada miembro de su familia deben tomar mientras su mascota está enferma.

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