Varias enfermedades reproductivas pueden afectar a los gatos machos. Aunque la mayoría de estos trastornos (aparte de la criptorquidia) son raros, a continuación se describen las afecciones más frecuentes.
Criptorquidia
La criptorquidia es la incapacidad de uno o ambos testículos para descender al escroto. Es el trastorno reproductivo más frecuente en los gatos machos. La afección tiene una base genética y puede heredarse de cualquiera de los padres. Si solo se afecta un testículo, el gato seguirá siendo fértil. Dado que suele ser un trastorno hereditario, los gatos criptórquidos no deberían utilizarse para la cría. El testículo no descendido también es más propenso a desarrollar cáncer, por lo que se recomienda la castración.
Inflamación de los testículos y el epidídimo
La inflamación a corto plazo de los testículos o del epidídimo puede estar causada por un traumatismo, una infección o una torsión (torsión testicular). La inflamación de los testículos y el epidídimo también puede seguir a la infección en otros órganos. Además de los casos debidos a traumatismos, estas afecciones son raras en los gatos.
Los signos son dolor e inflamación de los testículos, los epidídimos o el escroto. Puede haber heridas u otras anomalías en la piel del escroto. La enfermedad se diagnostica mediante exploración física, ecografía y pruebas de laboratorio. Dado que la afección es dolorosa, la sedación o la anestesia pueden ser necesarias para el diagnóstico. El tratamiento es difícil a no ser que se pueda identificar la causa de la inflamación. El pronóstico es desconocido incluso con un tratamiento rápido, porque la inflamación puede causar daño permanente. La aplicación de bolsas de agua fría puede reducir el daño testicular causado por la inflamación. Si hay infección bacteriana se administrarán antibióticos. Si la causa es un trastorno inmunitario, se pueden administrar medicamentos que suprimen el sistema inmunitario, pero a menudo no tienen éxito y también pueden causar infertilidad. Cuando no es importante mantener la fertilidad, la castración es una opción de tratamiento razonable para la inflamación de los testículos o los epidídimos por cualquier causa.
La inflamación a largo plazo del testículo o del epidídimo puede seguir a la inflamación a corto plazo, aunque en algunos casos no hay antecedentes de inflamación testicular. También puede haber tumores. Otras causas de esta enfermedad son la exposición previa a presión excesiva, calor, frío o agentes tóxicos. Las causas hormonales también son posibles. Muchos animales no presentan ningún signo de la enfermedad, excepto la infertilidad; sin embargo, puede haber disminución de tamaño o ablandamiento de los testículos. El diagnóstico y el tratamiento son los descritos anteriormente para la afección a corto plazo. Es poco probable que los animales con inflamación a largo plazo recuperen su fertilidad.
Parafimosis
La incapacidad de retraer completamente el pene dentro de la cavidad prepucial (parafimosis) puede producirse después de la erección. Se suele observar a menudo después de la monta. La causa más frecuente de parafimosis en gatos es una banda de pelo que se enreda en el pene. La parafimosis es una urgencia médica porque el pene expuesto se hincha rápidamente (debido a la acumulación de líquido), se seca y duele. Si se reconoce a tiempo, antes de que se produzca una inflamación y un dolor graves, la parafimosis se puede tratar fácilmente. El tratamiento consiste en cortar el pelo, limpiar con cuidado y lubricar el pene expuesto. El pene se vuelve a colocar dentro del prepucio y la hinchazón se resuelve una vez que se restablece la circulación. Puede ser necesaria la sedación o anestesia general. Algunos casos avanzados requieren cirugía para recolocar el pene dentro del prepucio. Si la uretra está dañada, puede ser necesaria temporalmente una sonda urinaria.
Priapismo
El priapismo es una erección persistente que no se debe a la estimulación sexual. Se diagnostica mediante exploración física. También puede producirse una parafimosis parcial. El priapismo puede estar causado por disfunción neurológica, fármacos, anomalías de los vasos sanguíneos, masas en el pene, traumatismos o una causa desconocida. Si la circulación sanguínea está bloqueada, es una urgencia médica. Algunos medicamentos pueden ayudar, pero la castración no. Si el daño es grave, puede ser necesaria la amputación del pene.
Fimosis
La fimosis puede deberse a una abertura prepucial anormalmente pequeña, que da lugar a la incapacidad para extruir el pene. Puede estar presente al nacimiento o adquirirse como resultado de un traumatismo, inflamación o infección bacteriana. Los signos son variables. Por lo general, el problema pasa desapercibido hasta que el gato intenta aparearse y es incapaz de copular. El diagnóstico se establece mediante la exploración física del prepucio y el pene. El tratamiento depende de la gravedad de la fimosis y del empleo que se va a dar al gato. Si el gato no se va a utilizar para la reproducción, probablemente no sea necesario un tratamiento, aunque se debe considerar la castración para evitar la excitación sexual.
Trastornos de la próstata
La próstata se localiza dentro de la pelvis y detrás de la vejiga. La próstata no es necesaria para la producción de esperma, pero es importante para el éxito de la reproducción. La próstata proporciona la mayor parte del líquido en el eyaculado y es importante para nutrir a los espermatozoides y aumentar su movimiento. Las enfermedades prostáticas no son frecuentes en gatos.
El agrandamiento hormonal de la próstata se llama hiperplasia prostática benigna. La inflamación de la próstata se llama prostatitis y por lo general se debe a una infección bacteriana. Los abscesos (focos de infección), quistes y tumores también pueden aparecer dentro de la próstata. Estos trastornos provocan el agrandamiento de la próstata y pueden causar esfuerzo al defecar, sangre en la orina, infecciones urinarias repetidas y dolor. Otros signos, como fiebre, malestar, falta de apetito, rigidez y dolor en el vientre, suelen deberse a infecciones bacterianas o tumores. Las enfermedades prostáticas se diagnostican mediante exploración física, examen rectal, radiografías, ecografía y análisis de sangre y de semen. El tratamiento y el pronóstico varían según el tipo de trastorno.
Para más información
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