El complejo granuloma eosinofílico es poco frecuente en los perros. Se reconoce con más frecuencia en gatos y caballos. Cuando se observa en el perro, este trastorno se asocia con reacciones inusuales a las picaduras de insectos u otras reacciones de hipersensibilidad. A menudo aparecerán como protuberancias o nódulos en la boca, en los labios o en cualquier parte del cuerpo. Con el tiempo, estos pueden ulcerarse o formar costras. Cualquier raza puede estar afectada, pero los Huskies Siberianos y los Cavalier King Charles Spaniels pueden tener mayor riesgo.
Algunos casos pueden tratarse con corticoesteroides. El control de insectos puede tener cierto valor. Si el trastorno reaparece, se puede prescribir un tratamiento con corticoesteroides a dosis bajas.
La forunculosis eosinofílica canina es una enfermedad estrechamente relacionada. Se ha descrito en muchas razas, pero se suele observar en razas grandes de hocico largo o razas pequeñas curiosas (p. ej., Terriers) con acceso potencial a avispas, abejas, hormigas, arañas, etc. Se cree que la enfermedad está causada por picaduras de insectos. La enfermedad puede desarrollarse rápidamente y ser dolorosa. Las protuberancias rojas, hinchadas y grandes se desarrollan con mayor frecuencia en el hocico, pero también se pueden observar en la cabeza y alrededor de los ojos y las orejas. El diagnóstico se suele hacer en función del aspecto de los bultos, pero se pueden hacer biopsias. El tratamiento consiste en el control de insectos, el manejo de cualquier alergia asociada, los antibióticos y los corticoesteroides.
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