La hiperpigmentación es un oscurecimiento y engrosamiento de la piel que se observa en los perros. No es una enfermedad específica, sino una reacción del organismo de un perro a ciertas afecciones.
La hiperpigmentación aparece como áreas de piel engrosada, aterciopelada y áspera, de color marrón claro a negro. Los sitios habituales son las patas y la ingle. Puede ser primaria o secundaria. Las enfermedades primarias que causan hiperpigmentación pueden darse en cualquier raza, pero especialmente en los Teckel. Los signos se suelen hacer evidentes al año de edad. La hiperpigmentación secundaria es relativamente frecuente y puede producirse en cualquier raza de perro, más comúnmente en aquellas razas propensas a la obesidad, anomalías hormonales, alergias, dermatitis de contacto e infecciones de la piel. La hiperpigmentación secundaria se desencadena por inflamación y/o fricción. La inflamación produce cambios adicionales en la piel, como engrosamiento de la piel, pérdida de pelo, olor y dolor.
Los bordes de las áreas inflamadas a menudo están rojos, un signo de infección secundaria por bacterias o levaduras. Con el tiempo puede extenderse a la parte inferior del cuello, la ingle, el abdomen, los corvejones, los ojos, las orejas y el área entre el ano y los órganos genitales externos. El picor es variable. Cuando se produce, puede estar causado por la enfermedad subyacente o por una infección secundaria. A medida que la afección progresa, se desarrollan pérdida secundaria de pelo, secreción de líquido e infecciones.
El diagnóstico se realiza por la aparición de signos en el animal. En un Teckel joven, su veterinario querrá eliminar otras causas de los signos. Se deben realizar una anamnesis cuidadosa y una exploración física para identificar una causa subyacente. La presencia de hiperpigmentación secundaria siempre sugiere una enfermedad subyacente. Se deben realizar raspados cutáneos para descartar otras causas (p. ej., parásitos), especialmente en perros jóvenes. Los frotis de impresión son útiles para identificar infecciones bacterianas. Dependiendo de otros signos, se pueden utilizar pruebas de función endocrina para detectar enfermedades tiroideas y adrenales para comprobar si hay anomalías hormonales subyacentes. Puede ser necesario realizar pruebas cutáneas o pruebas de alergia alimentaria, o ambas, para comprobar la existencia de alergias. Se pueden realizar biopsias cutáneas para detectar una afección llamada seborrea. En la mayoría de los casos, su veterinario querrá tratar cualquier infección secundaria bacteriana antes de proceder con otras pruebas diagnósticas.
La hiperpigmentación primaria en los Teckel no es curable. En algunos perros, la afección es solo cosmética y no necesita tratamiento. Si hay inflamación, los casos precoces pueden responder al tratamiento con champú y a las pomadas de corticoesteroides. A medida que los signos progresan, puede ser útil otro tratamiento, como la administración por la boca o inyectable. El tratamiento simultáneo de las infecciones secundarias es útil y se requiere antes de la administración de corticoesteroides. Los champús medicados suelen ser beneficiosos para eliminar el exceso de grasa y el olor, pero deben utilizarse con regularidad.
En la hiperpigmentación secundaria, las zonas afectadas desaparecerán solas tras identificar y tratar la causa subyacente. Sin embargo, esto no ocurrirá si no se tratan y controlan las infecciones secundarias bacterianas y por hongos. Muchos perros afectados se benefician enormemente de los antibióticos adecuados y de los champús medicados (2-3 veces por semana). Por eso, muchos veterinarios prescribirán estos tratamientos. Los propietarios deben ser pacientes con estos programas de tratamiento. Los signos de hiperpigmentación se resuelven lentamente; la piel del perro puede tardar meses en volver a la normalidad.
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