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Trastornos musculares en los perros

PorJoseph Harari, MS, DVM, DACVS
Revisado/Modificado mar 2018

Las miopatías son enfermedades que causan principalmente daño a los músculos o tejidos musculares. Pueden estar presentes al nacimiento o producirse debido a desequilibrios nutricionales, lesiones, trastornos metabólicos, cáncer o ingestión de una sustancia venenosa. La miositis se refiere a una reacción inflamatoria en el músculo. Las causas comunes incluyen infecciones, enfermedades parasitarias y afecciones inmunomediadas.

Miopatía del Labrador Retriever

La miopatía del Labrador Retriever es una enfermedad muscular de causa desconocida que está presente al nacimiento en algunos Labrador Retriever. Esta afección parece ser hereditaria y se sabe que se presenta tanto en los Labradores amarillos como en los negros. Los signos se hacen evidentes a menos de los 5 meses de edad e incluyen atrofia muscular, retraso en el crecimiento y debilidad. Los signos empeoran progresivamente hasta que el animal alcanza la madurez (entre los 6 y los 12 meses), cuando se estabilizan. Los animales pueden tener una esperanza de vida normal. El diagnóstico definitivo suele requerir un análisis de orina, una biopsia muscular y una electromiografía. No hay un tratamiento efectivo, pero un alojamiento cálido y la suplementación con L-carnitina puede mejorar el bienestar de los perros afectados.

Miopatía del Gran Danés

En los Gran Daneses jóvenes se produce un trastorno muscular hereditario y se ha descrito en Inglaterra, Australia y Canadá. Los signos incluyen temblores musculares después del ejercicio, debilidad y atrofia muscular. Los análisis de sangre, la electromiografía (una prueba que registra la actividad eléctrica de los músculos) y una biopsia muscular pueden confirmar el trastorno. El único tratamiento es de apoyo, para tratar de minimizar los signos.

Miopatía fibrótica

La miopatía fibrótica es un trastorno progresivo poco frecuente que da lugar a la degeneración de los músculos del muslo. La causa no se conoce. Los músculos afectados se caracterizan por una tensión anormal y permanente. Los tejidos normales se reemplazan por tejido conectivo grueso. Otros signos incluyen cojera sin dolor. La cirugía solo es útil a veces. El pronóstico de recuperación es reservado porque los signos pueden reaparecer.

Miositis osificante

La miositis osificante es un trastorno muscular en el que aparecen depósitos óseos no cancerosos en los músculos y el tejido conectivo. Se desconoce la causa. El trastorno afecta con frecuencia a los tejidos cercanos a la articulación de la cadera en los Doberman Pinscher. Puede estar relacionado con una alteración hemorrágica (enfermedad de von Willebrand) en estos perros. La extirpación quirúrgica de la masa ósea suele ser de ayuda.

Polimiositis

La polimiositis es un trastorno muscular inflamatorio en perros adultos que afecta a todo el organismo. Puede estar asociada con trastornos inmunomediados, como el lupus eritematoso o la miastenia gravis. La afección puede tener un inicio súbito o puede ser recurrente y progresiva. Los signos incluyen depresión, falta de energía, debilidad, pérdida de peso, cojera, sensibilidad o dolor muscular y la pérdida de masa muscular. Los análisis de sangre, la electromiografía y las biopsias musculares se utilizan para diagnosticar la afección. Los corticoesteroides se suelen recomendar para el tratamiento; sin embargo, también pueden usarse otros fármacos que inhiben el sistema inmunitario. El pronóstico de recuperación es favorable, aunque a veces reaparecen los signos.

Miositis masticatoria

La miositis masticatoria es un trastorno inflamatorio que afecta a los músculos que se utilizan para masticar. Se desconoce la causa exacta, aunque la propia respuesta inmunitaria del organismo desempeña un papel. En los casos agudos, los músculos están hinchados y el perro tiene dificultad para abrir la mandíbula. En los casos crónicos, los signos incluyen la pérdida persistente de apetito, pérdida de peso, dificultad para abrir la mandíbula y atrofia muscular. Los análisis de sangre, la electromiografía y una biopsia muscular pueden ayudar a confirmar el diagnóstico. Aunque la afección a veces mejora por sí sola, en la mayoría de los casos se recomienda el tratamiento con corticoesteroides administrados por la boca. Las recidivas son habituales y puede ser necesaria la medicación a largo plazo.

Hipertermia maligna

La hipertermia maligna es un trastorno del músculo esquelético que suele estar provocado por ciertos tipos de anestesia inhalatoria y por estrés. Se caracteriza por un aumento anormal de la tasa metabólica. Aunque la afección es más frecuente en los cerdos, también se sabe que se da en algunos perros muy musculosos (especialmente en los Galgos).

Los signos comprenden latidos cardiacos rápidos, aumento de la frecuencia respiratoria, fiebre, tensión y rigidez muscular e insuficiencia cardiaca y pulmonar. Los signos se desarrollan entre 5 y 30 min después de la exposición al agente anestésico. El tratamiento requiere la interrupción inmediata de la anestesia y la administración de oxígeno. También se emplean inyecciones de fluidos, corticoesteroides, bolsas de hielo y relajantes musculares. El pronóstico es malo en los casos graves.

Miopatía de esfuerzo (rabdomiólisis)

Este trastorno muscular de los Galgos de carreras y los perros de trabajo se produce después de un ejercicio intenso. Parece desencadenarse por un suministro inadecuado de sangre al músculo después del ejercicio o la excitación. Esto puede causar enfermedad renal y destrucción de células musculares. Los signos incluyen dolor muscular e hinchazón que se hace evidente de 24 a 72 horas después de las carreras o el uso excesivo. En los casos graves puede producirse rigidez, respiración profunda o rápida, colapso e insuficiencia renal. Los análisis de orina se usan para confirmar el diagnóstico. El tratamiento incluye cuidados de apoyo, como fluidos intravenosos, bicarbonato, enfriamiento corporal, descanso y relajantes musculares. El pronóstico de recuperación depende de la gravedad del caso.

Traumatismos musculares o tendinosos

La lesión (traumatismo) de los músculos y los tendones asociados puede causar muchas formas de miopatía en los perros.

Contractura anormal del músculo del hombro

La tensión o contractura anormal del músculo del hombro (infraespinoso) es una enfermedad muscular que afecta a uno o ambos hombros. Por lo general se produce después de un traumatismo en perros de caza o de trabajo. Los signos incluyen una cojera evidente, dolor e hinchazón en la región del hombro. La cojera es temporal, pero se desarrolla una marcha anormal característica de 2 a 4 semanas después de la lesión a medida que los músculos se engruesan y se tensan. Otros signos incluyen el acercamiento del codo hacia el cuerpo, el alejamiento de la pata delantera del cuerpo y la rotación externa del carpo (muñeca) y la pata. La extremidad describe una circunferencia cada vez que el animal da un paso. El tratamiento consiste en la extracción quirúrgica de una porción del músculo, incluyendo el corte de un tendón. Las funciones de la extremidad y de la articulación suelen mejorar inmediatamente después de la cirugía, y el pronóstico para una recuperación completa es excelente.

Inflamación del tendón del bíceps braquial y su revestimiento

La inflamación del tendón del bíceps braquial y su revestimiento (vaina) debido a una lesión puede producirse en una o ambas extremidades anteriores. Suele afectar a perros adultos mayores y grandes. La lesión puede ser directa, indirecta, o debida al uso excesivo o a la migración de fragmentos de hueso y cartílago denominados ratones articulares ( ver Osteocondrosis).

La cojera persistente que puede empeorar con el tiempo es un signo de esta afección. La cojera también empeora después del ejercicio y mejora con el reposo. El radio de movimiento de la articulación del hombro está reducida, y los músculos del hombro pueden atrofiarse. La aplicación de presión sobre el tendón del bíceps mientras se dobla y se extiende la articulación del hombro causa dolor intenso. Las radiografías y la ecografía se usan a menudo para ayudar a confirmar el diagnóstico. La inspección quirúrgica con un endoscopio puede ayudar a su veterinario a determinar la extensión de la lesión.

En los casos leves, los tratamientos recomendados son el reposo y los antiinflamatorios no esteroideos administrados por la boca. Los casos graves pueden tratarse con inyecciones de un agente antiinflamatorio y reposo. Los casos crónicos que son resistentes al tratamiento de múltiples inyecciones de corticoesteroides o los casos que incluyen a los ratones articulares se tratan mediante cirugía. El pronóstico para la recuperación es bueno, a pesar de que la degeneración grave en los casos de larga duración puede hacer que la cojera persista después del tratamiento.

Contractura del cuádriceps (enfermedad de la rodilla rígida)

Este grave engrosamiento y tensión de los músculos cuádriceps se desarrolla después de operaciones quirúrgicas realizadas incorrectamente en perros jóvenes para reparar fracturas del fémur. El hueso, el tejido conectivo que rodea al hueso y los músculos cuádriceps se unen. Esto da lugar a la extensión y desuso de la extremidad, huesos porosos y que se rompen con facilidad (osteoporosis), osteoartritis y deformaciones óseas y articulares. La extremidad afectada está sobreextendida y a menudo desplazada. Habitualmente se necesita una cirugía para retirar los tejidos fibrosos que conectan el hueso y los músculos y para restablecer el movimiento en la articulación de la rodilla. La reconstrucción del hueso y los tejidos blandos debe ir seguida de la aplicación de vendajes que restrinjan la movilidad de la articulación. Por lo general se necesita fisioterapia después de la cirugía. El pronóstico de recuperación es reservado. La reparación quirúrgica cuidadosa de las fracturas óseas puede ayudar a prevenir esta afección.

Desgarro del tendón de Aquiles (corvejón caído)

Esta lesión del tendón de Aquiles común afecta con mayor frecuencia a los perros de trabajo y atléticos completamente desarrollados. Suele ser el resultado de un traumatismo. El tendón puede estar parcial o completamente roto o arrancado del hueso. Los signos incluyen una cojera grave que impide que el animal apoye peso en la pata, flexión excesiva del tarso (tobillo) y una postura en la que el talón toca el suelo. También puede observarse hinchazón, dolor y extremos del tendón desgarrados o engrosados. Las radiografías son útiles para el diagnóstico y pueden revelar fragmentos desgarrados del hueso.

El tratamiento quirúrgico puede reparar los extremos desgarrados y volver a unir el tendón al hueso. Se suelen usar férulas externas después de la cirugía para inmovilizar la articulación durante varias semanas. El pronóstico para la recuperación varía, y se basa en la duración de la lesión, el éxito de la cirugía y el rendimiento que se espera del perro cuando esté sano.

Traumatismos del músculo iliopsoas

El traumatismo del músculo o tendón del músculo iliopsoas (un músculo pélvico) puede causar cojera repentina o a largo plazo en perros activos. La lesión se puede diagnosticar basándose en los hallazgos del examen veterinario, radiografías y hallazgos ecográficos. El tratamiento suele incluir reposo y antiinflamatorios no esteroideos.

Tumores musculares

Los tumores que se originan en el músculo esquelético pueden ser benignos o cancerosos (malignos). Los tumores malignos pueden diseminarse e invadir el músculo cercano. También se pueden diseminar a otras partes del organismo.

Los signos incluyen hinchazón localizada y cojera. El diagnóstico se confirma tomando una pequeña muestra de tejido llamada biopsia. Por lo general el tumor debe extirparse quirúrgicamente o la extremidad debe amputarse. Según el tipo de tumor, se puede utilizar quimioterapia o radioterapia. See also heading on page Introducción al cáncer y a los tumores

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