Los trastornos de la columna y la médula espinal incluyen los defectos congénitos (descritos anteriormente), las enfermedades degenerativas, inflamatorias e infecciosas, los tumores, las enfermedades nutricionales, las lesiones y los traumatismos, los trastornos tóxicos y las enfermedades vasculares.
Enfermedades degenerativas
La estenosis lumbosacra degenerativa es un trastorno de las vértebras de la parte baja del dorso que causa compresión de las raíces nerviosas. Es más frecuente en perros de razas grandes, especialmente los Pastores Alemanes. Se desconoce la causa. Los signos suelen empezar entre los 3 a 7 años de edad y pueden incluir dificultad para usar las extremidades traseras, debilidad en la cola e incontinencia. Los perros a menudo experimentan dolor cuando se toca o mueve la zona lumbar. Otros signos incluyen pérdida del sentido de la posición de la pata, atrofia muscular o debilidad de los reflejos en las patas traseras. Las radiografías pueden mostrar signos de degeneración, pero el diagnóstico requiere una RM o una TC. Los perros en los que el dolor leve es el único signo pueden mejorar con 4 a 6 semanas de reposo y medicamentos para el dolor. El tratamiento específico requiere cirugía. El pronóstico para la recuperación después de la cirugía es bueno, aunque la incontinencia urinaria puede continuar.
El desarrollo anormal de las vértebras en el cuello comprime la médula espinal en perros con espondilomielopatía cervical (también llamada síndrome de Wobbler y malformación-malarticulación cervical). Hay dos formas de la enfermedad: síndrome de Wobbler asociado al disco (SWAD) y espondilomielopatía cervical asociada a los huesos. El SWAD afecta a los perros de raza grande de mediana edad (aproximadamente 7 años de edad), especialmente Doberman Pinschers. En esta afección, uno o más discos entre las vértebras del cuello se extienden dentro del canal espinal y comprimen la médula espinal. La compresión asociada al hueso afecta a perros jóvenes (por lo general de 4 años o menos), de razas gigantes, como Gran Daneses, Mastines y Rottweilers. En esta afección se produce un crecimiento óseo anormal en las vértebras del cuello y se comprime la médula espinal. Para ambas formas de la enfermedad, los signos se producen lenta o repentinamente e incluyen incoordinación y una zancada anormal al caminar sobre las cuatro extremidades. También puede haber debilidad o parálisis en todas las patas, así como dolor de cuello. Las radiografías pueden ayudar a descartar otras afecciones, pero el diagnóstico requiere una RM o una TC. Los perros con signos leves pueden mejorar con reposo y medicación, pero la cirugía suele ser necesaria. A la mayoría de los perros (~80 %) les va bien con la cirugía.
La degeneración de las neuronas motoras es una enfermedad hereditaria que se ve de vez en cuando en Spaniel Bretones, Pointers, Pastores Alemanes, Doberman Pinschers y Rottweilers. También se observa en gatos, ganado vacuno, cerdos y cabras. También llamada atrofia muscular espinal, esta enfermedad se caracteriza por debilidad progresiva, temblores, pérdida muscular y reflejos débiles. Suele aparecer a los 2 años de edad. Las pruebas musculares electrónicas y la biopsia ayudan a documentar los cambios nerviosos, pero el diagnóstico definitivo se basa en el examen de los tejidos con un microscopio.
La mielopatía degenerativa de perros (también llamada radiculomielopatía crónica degenerativa) es una enfermedad hereditaria que se produce en los Pastores Alemanes, Corgis Galeses de Pembroke, Boxers, Crestados Rodesianos, Chesapeake Bay Retrievers y otras razas. Los perros afectados muestran degeneración de las fibras nerviosas (axones) y de la vaina que las rodea (mielina). Los perros con esta afección suelen tener más de 8 años de edad y poco a poco comienzan a mostrar una falta de coordinación indolora y debilidad de las extremidades posteriores. Puede confundirse con trastornos ortopédicos (como la artritis), pero los perros con mielopatía degenerativa tienen dificultad para detectar y colocar las patas con normalidad, mientras que los perros artríticos no. Desafortunadamente, no existe un tratamiento específico para la enfermedad, y la mayoría de los perros afectados se eutanasian en 1-3 años.
La hiperostosis esquelética idiopática difusa (DISH, por sus siglas en inglés) se caracteriza por crecimientos óseos en los puntos donde un ligamento, tendón o cápsula articular se insertan en el hueso. También se conoce como enfermedad de Forestier en pacientes humanos. Aproximadamente el 4 % de los perros mayores de 1 año de edad están afectados, y el número de afectados aumenta con la edad. Al igual que con la espondilosis deformante, los Boxers tienen un mayor riesgo, ya que ~40 % muestra signos de la enfermedad. El tórax y la zona lumbar son las zonas afectadas con mayor frecuencia. No está claro con qué frecuencia la DISH causa signos clínicos y, en muchos casos, se observan cambios en las radiografías que no producen problemas clínicos. Sin embargo, es posible que exista dolor y rigidez en la columna, y en esos casos se pueden administrar analgésicos según sea necesario.
La enfermedad del disco intervertebral es una enfermedad degenerativa de la columna vertebral que produce una compresión de la médula espinal y/o los nervios espinales. Es una causa frecuente de trastornos de la médula espinal en los perros, especialmente de razas pequeñas, en particular el Teckel, el Beagle, el Shih Tzu, el Lhasa Apso y el Pequinés. En estas razas, los discos espinales pueden empezar a degenerarse en los primeros meses de vida. Un disco herniado o "desplazado" que cause signos graves puede producirse repentinamente, a partir de 1 o 2 años de edad. Por el contrario, la degeneración del disco en las razas grandes de perros se suele producir después de los 5 años de edad, y los signos continúan empeorando lentamente. Los discos herniados son más comunes en el cuello y en la parte media del dorso. Una hernia de disco en el cuello produce dolor cervical, rigidez y espasmos musculares. Puede haber debilidad muscular u otros signos, que van desde una parálisis parcial leve en las patas hasta una parálisis total de todas las patas. Un disco herniado en el centro del dorso provoca dolor dorsal y posiblemente curvatura en la columna vertebral y resistencia a moverse. Los signos neurológicos varían desde una pérdida de control motor en las patas traseras hasta parálisis e incontinencia. En los animales paralizados, es importante determinar si la sensación de dolor está presente pellizcando el dedo del pie o la cola y observando si el perro da una respuesta de comportamiento, como un ladrido o un giro de la cabeza.
El diagnóstico de hernias discales requiere radiografías, mielografía, TC o RM. Los perros con signos mínimos o moderados que aún pueden sentir dolor suelen recuperarse con unas semanas de reposo. Se pueden utilizar antiinflamatorios o analgésicos, pero por lo general solo si el perro puede reposar en una jaula. Si el perro aumenta su actividad, el/los disco/s pueden extruirse más y empeorar la compresión de la médula espinal. Desafortunadamente, los signos recidivan en un 30 % a un 40 % de los casos. En los perros con signos neurológicos graves, la cirugía debe realizarse rápidamente para aliviar la presión sobre la médula espinal. La cirugía también es necesaria si el tratamiento farmacológico no tiene éxito y los signos reaparecen. El pronóstico de recuperación después de la cirugía es bueno si el perro todavía puede sentir dolor. Si la cirugía se retrasa más de 24 horas después de la pérdida de la percepción del dolor, las posibilidades de recuperación disminuyen.
La espondilosis deformante se caracteriza por la producción de crecimientos óseos a lo largo de la parte inferior de las vértebras espinales. Se desarrolla a medida que los perros envejecen y afecta a un 25-70 % de los perros de 9 años de edad. Es especialmente común en los Boxers. No suele causar signos, pero los perros pueden experimentar dolor del dorso en casos raros.
Enfermedades inflamatorias e infecciosas
Las enfermedades inflamatorias e infecciosas de la columna vertebral y de la médula espinal incluyen infecciones bacterianas, rickettsiales, víricas, fúngicas, protozoarias y parasitarias, e inflamaciones de causa desconocida. Muchas de estas enfermedades, como la meningitis y la encefalitis, también pueden afectar al cerebro. A continuación se comentan algunas de las enfermedades infecciosas e inflamatorias más comunes que afectan a la columna vertebral o a la médula espinal.
Infecciones bacterianas
La discoespondilitis es una inflamación del disco entre 2 vértebras (los huesos de la columna vertebral). Las vértebras también pueden estar inflamadas sin infección del disco. Las causas incluyen una infección bacteriana o fúngica en el torrente sanguíneo o un sistema inmunitario debilitado que permite el desarrollo de infecciones. La discoespondilitis se produce con más frecuencia en las razas grandes. El signo más común es el dolor espinal, y algunos perros también presentan fiebre, depresión y pérdida de peso. Los signos neurológicos pueden desarrollarse debido a la presión sobre la médula espinal o, raramente, a la propagación de la infección a la médula espinal. Las radiografías se usan para diagnosticar la afección, y las muestras de sangre y orina pueden identificar la infección subyacente. Los signos suelen desaparecer a los 5 días de tratamiento con un antibiótico adecuado, pero el tratamiento debe continuarse durante al menos 8 semanas.
Enfermedades rickettsiales
Los perros que desarrollan una infección por rickettsias o bacterias relacionadas a veces muestran signos de disfunción de la médula espinal. Estas bacterias causan trastornos como fiebre maculosa de las Montañas Rocosas y ehrlichiosis, que puede producir inflamación de la médula espinal. Las muestras de sangre y líquido cefalorraquídeo pueden ayudar a identificar la infección. El tratamiento antibiótico se administra durante 2 a 3 semanas. El pronóstico de una recuperación completa es bueno con un tratamiento precoz, aunque los signos neurológicos empeoran ocasionalmente a pesar del tratamiento.
Enfermedades víricas
La encefalomielitis por moquillo canino, una infección vírica que puede causar inflamación y degeneración de las células del cerebro y la médula espinal, sigue siendo uno de los trastornos del sistema nervioso central más comunes en los perros de todo el mundo. Los signos neurológicos pueden aparecer súbitamente o pueden empeorar lenta y progresivamente, según el área afectada. Los perros pueden tener fiebre, dolor, secreción de los ojos y la nariz, cambios en la piel, depresión, diarrea y falta de apetito. Los animales con signos neurológicos pueden mostrar espasmos, movimientos de masticación de la mandíbula y convulsiones, y algunas veces pueden perder el control motor o desarrollar parálisis. El diagnóstico definitivo es difícil sin una necropsia. No hay un tratamiento específico y el pronóstico es malo para los perros con signos graves. La vacunación suele tener éxito en la prevención del moquillo.
La rabia está causada por una infección vírica que se disemina al sistema nervioso central desde los nervios periféricos. La rabia es frecuente por todo el mundo excepto en Japón y algunas otras islas, incluyendo Nueva Zelanda, Islandia y Hawái. Los signos iniciales son extremadamente variables, y la rabia debe considerarse como una posibilidad en cualquier animal sin vacunar que presente una disfunción neurológica grave. Los signos de que la infección ha llegado a la médula espinal incluyen pérdida de control motor y parálisis progresiva, por lo general con pérdida de reflejos. Los animales afectados suelen morir, aunque no invariablemente, de 2 a 7 días después del inicio de los signos. No existe tratamiento. La vacunación es esencial para la prevención.
Enfermedades fúngicas
Cryptococcus neoformans es el hongo más común que causa una infección del sistema nervioso central en los perros. Otros microorganismos fúngicos también pueden invadir el sistema nervioso central. Las infecciones suelen afectar a otros órganos, como los pulmones, los ojos, la piel o los huesos. Los signos de infección de la médula espinal incluyen parálisis parcial o total y dolor en la columna. Las pruebas de sangre o líquido cefalorraquídeo son necesarias para diagnosticar una infección e identificar el microorganismo.
El tratamiento y el pronóstico de recuperación dependen del hongo específico implicado. El fármaco fluconazol suele ser eficaz frente a las infecciones por Cryptococcus y Coccidioides. Las infecciones con los hongos Blastomyces o Histoplasma son difíciles de tratar, y el pronóstico de recuperación en los perros infectados con estos hongos es incierto.
Enfermedades protozoarias
La neosporosis está causada por Neospora caninum, un microorganismo que puede causar inflamación del cerebro y la médula espinal. La infección en cachorros jóvenes suele provocar parálisis con una rigidez muscular de una o ambas extremidades posteriores. Pueden estar afectados otros órganos, incluyendo los músculos, el hígado y los pulmones. Se puede utilizar un análisis de sangre o una muestra de tejido para diagnosticar la infección. El tratamiento farmacológico precoz puede ser eficaz, pero las posibilidades generales de recuperación son escasas.
La toxoplasmosis está causada por un protozoo llamado Toxoplasma gondii, que ocasionalmente causa inflamación del cerebro y la médula espinal. Los perros adultos no suelen mostrar signos de la enfermedad, pero los cachorros pueden tener fiebre, diarrea, dificultad para respirar y convulsiones, y algunos pueden morir. Se puede utilizar un análisis de sangre o una muestra de tejido para diagnosticar la infección. Se recomiendan varios fármacos para el tratamiento.
Enfermedades parasitarias
La mielitis verminosa es una inflamación de la médula espinal causada por un parásito. El parásito más común en perros es un gusano redondo llamado Baylisascaris procy-onis. Los signos de inflamación de la médula espinal aparecen súbita y gravemente, a menudo afectando a un lado del cuerpo más que al otro, y pueden empeorar progresivamente con el tiempo. Esta afección es difícil de diagnosticar excepto mediante el examen de los tejidos después de la muerte. El tratamiento farmacológico puede ser beneficioso, pero la recuperación completa es incierta.
Enfermedades inflamatorias de causa desconocida
La meningoencefalomielitis granulomatosa es una enfermedad inflamatoria del sistema nervioso central que afecta a perros de todo el mundo. Se desconoce la causa, pero podría ser una infección vírica. Hay dos formas diferentes de la enfermedad que tienen efectos diferentes dentro del cuerpo, pero los signos son similares y a menudo incluyen dolor de cuello y parálisis parcial en las cuatro patas. Los perros adultos de cualquier raza pueden verse afectados, pero las hembras de razas pequeñas, especialmente los Caniches, corren el mayor riesgo. Los signos pueden aparecer repentinamente o empeorar lentamente durante varios meses. El diagnóstico incluye el análisis del líquido cefalorraquídeo, la RM o la TC y descartar otras enfermedades. Los perros suelen mejorar temporalmente con tratamiento farmacológico, pero el pronóstico a largo plazo es incierto.
Tumores
Los tumores que afectan a la columna vertebral y a la médula espinal en los perros incluyen cánceres de hueso, tejido conectivo, meninges y vaina nerviosa, además de cánceres metastásicos, que son cánceres que se han diseminado desde otras partes del cuerpo. Un tumor específico llamado nefroblastoma puede afectar a perros jóvenes (de 5 a 36 meses de edad), y los Pastores Alemanes son los más afectados. Este tumor se localiza frecuentemente en la zona media o baja del dorso, causando un empeoramiento progresivo de la parálisis parcial de las patas traseras. Para identificar y confirmar el diagnóstico de cáncer espinal, se utilizan imágenes (incluyendo radiografías, mielografía, TC, RM) y biopsia quirúrgica. La cirugía es posible en algunos casos.
Trastornos nutricionales
Los perros con deficiencia de vitamina B1 (tiamina) pueden mostrar falta de apetito, depresión, debilidad de las patas traseras, convulsiones, coma y muerte. Las causas incluyen alimentos para perros mal formulados, dietas vegetarianas, alimentos conservados con dióxido de azufre y dietas de pescado crudo. La afección se diagnostica en función de los signos, la dieta y la respuesta a la suplementación con vitamina B1.
Lesiones y traumatismos
Las lesiones de la médula espinal se suelen producir como resultado de una fractura de columna o luxación vertebral. Las causas más comunes en perros y gatos son accidentes de coche, heridas por mordedura y heridas de bala. La lesión no solo causa un daño inicial a la médula espinal, sino que también causa un daño secundario por hinchazón, hemorragia, destrucción de la vaina nerviosa y deterioro tisular. Los signos de un traumatismo espinal suelen tener un inicio súbito y grave, y pueden empeorar progresivamente. Las lesiones graves de la médula espinal en la parte media o baja del dorso pueden causar una parálisis rígida, o una parálisis flácida que se extiende a todo el cuerpo durante varios días y produce la muerte por parálisis respiratoria. Las vértebras fracturadas o dislocadas a menudo se pueden ver en las radiografías, pero la TC puede ser necesaria para ver algunas fracturas. El tratamiento farmacológico puede ser útil, especialmente si comienza dentro de las primeras horas después de la lesión. Los animales con signos neurológicos leves a causa de una lesión suelen recuperarse después de 4 a 6 semanas de reposo en la jaula y con analgésicos. La cirugía es necesaria para algunos tipos de lesiones que causan signos neurológicos graves. En los perros que han perdido la capacidad de sentir dolor en lugares por debajo de la lesión espinal, el pronóstico de recuperación es malo.
Envenenamientos e intoxicaciones
Puede observarse una intoxicación retardada por organofosforados si un perro come o entra en contacto con la piel con insecticidas o pesticidas que contienen organofosforados. Además de los signos de exposición grave, puede desarrollarse una parálisis retardada de 1 a 4 semanas después de la exposición. La parálisis parcial de las patas traseras empeora progresivamente y, en ocasiones, las cuatro patas se paralizan. Un veterinario necesitará un historial de la posible exposición a químicos del perro para hacer un diagnóstico correcto. El pronóstico de recuperación es malo para los animales con signos graves.
El tétanos está causado por toxinas producidas por Clostridium tetani, una bacteria que suele penetrar en el organismo a través de una herida. Los perros son bastante resistentes al tétanos, pero a veces se producen casos. Los signos se suelen desarrollar dentro de los 5 a 10 días de la infección e incluyen rigidez muscular y extensión rígida de las patas, incapacidad para tragar, párpados protuberantes y bloqueo de la mandíbula y los músculos faciales. En los casos graves, el animal puede ser incapaz de mantenerse en pie como consecuencia de los espasmos musculares. El tratamiento consiste en el cuidado de la herida y la administración de antibióticos para eliminar cualquier organismo restante y de antitoxina tetánica. En los casos leves, el perro se puede recuperar completamente con un tratamiento precoz. En los casos graves puede producirse la muerte debido a una parálisis respiratoria.
Enfermedades de los vasos sanguíneos
Los trozos de cartílago (probablemente de los discos que se encuentran entre las vértebras) pueden bloquear el flujo sanguíneo a la médula espinal en una afección llamada embolia fibrocartilaginosa. Se suele observar en perros adultos, especialmente en razas grandes y gigantes, Schnauzers miniatura y Pastores de Shetland. Por lo general comienza después de saltar o correr y causa un cambio súbito e indoloro en la marcha del perro. La resonancia magnética se utiliza para establecer el diagnóstico. Los perros levemente afectados suelen mejorar en 1-2 semanas, pero el pronóstico es malo para los perros gravemente afectados o aquellos que no muestran signos de mejoría.
Para más información
Consulte también el contenido para veterinarios sobre enfermedades de la columna vertebral y la médula espinal.