Los diferentes tejidos del ojo y estructuras asociadas pueden desarrollar tumores primarios o pueden ser la localización de células tumorales diseminadas.
Los tumores del párpado son el grupo de tumores oculares más frecuentes en el perro. El adenoma (un tumor benigno) y el adenocarcinoma (un tumor maligno) de las glándulas de Meibomio en el párpado son los tumores del párpado más comunes. Debido a que estos tumores tienden a desfigurar e irritar al perro, se suelen extirpar quirúrgicamente, un proceso que suele tener éxito. Los adenocarcinomas de las glándulas del párpado son localmente invasivos y dañinos, pero no se sabe que se diseminen a otras partes del cuerpo. Los melanomas del párpado, que se observan como masas coloreadas que se extienden en el párpado, suelen extirparse quirúrgicamente. Otros tumores frecuentes del párpado incluyen el histiocitoma, el mastocitoma y el papiloma. Su veterinario tomará una biopsia del tumor para determinar el mejor tratamiento y el resultado probable. La mayoría de los tumores de los párpados necesitarán cirugía.
Los tumores en la conjuntiva de los perros tienden a crecer más rápidamente que los del párpado, y tienen tendencia a destruir el tejido circundante y a extenderse a otros sitios. Suelen necesitar una cirugía más extensa para extirparlos. Después de la cirugía, se debe revisar a los perros regularmente porque estos tumores pueden volver a crecer.
Los tumores orbitarios en los perros hacen que el globo ocular sobresalga hacia delante y producen una inflamación de la conjuntiva, la córnea y el párpado. También hacen que el ojo afectado sea incapaz de moverse junto con el otro ojo. El globo ocular no se puede empujar hacia atrás. No suele haber dolor. La supervivencia a largo plazo en los perros afectados es a menudo escasa, porque alrededor del 90 % de estos tumores son malignos y alrededor del 75 % surgen dentro de la órbita. Un veterinario determinará el tipo de tumor y la extensión de la masa mediante exploración física, radiografías del cráneo y ecografía antes de la extirpación quirúrgica o la radiación del tumor. La TC y la RM también puede ser necesarias para determinar completamente la extensión del tumor. La extirpación quirúrgica de la masa orbital con el globo ocular y todos los tejidos orbitales (incluido el hueso cercano) puede disminuir la posibilidad de recidiva, pero el procedimiento cambiará significativamente la apariencia de su perro. El uso de quimioterapia además de la cirugía puede ayudar a prolongar el tiempo de supervivencia en 6 meses o más.
Los tumores de la córnea y los del borde de la córnea son poco frecuentes en los perros y pueden confundirse con la fascitis nodular (células benignas que crecen rápidamente hasta formar una masa abultada) y la queratoconjuntivitis proliferativa (inflamación de la córnea y la conjuntiva) en los Collies. Es necesaria una biopsia para saber si se trata de uno de estos tipos de masas o un tumor y para establecer un plan de tratamiento. Los melanomas malignos en el borde de la córnea suelen ser superficiales, en cuyo caso la extirpación quirúrgica suele tener éxito. Si el tumor ha penetrado en el globo ocular, se debe extirpar.
Los melanomas son los tumores de la úvea más comunes. Suelen ser de color negro y afectan con mayor frecuencia al iris y al tejido y músculo que rodea al cristalino. Los signos de tumores de la úvea pueden incluir una masa obvia, inflamación persistente del iris y del tejido que rodea al cristalino (uveítis anterior), rotura de vasos sanguíneos dentro de la cámara anterior del ojo, glaucoma (presión alta dentro del ojo) y dolor. Afortunadamente, estos tipos de melanomas no suelen extenderse a otras partes del organismo. El adenoma y el adenocarcinoma del tejido y músculo que rodean el cristalino son los tumores más frecuentes de la capa externa de la úvea. Los signos pueden incluir roturas de vasos sanguíneos dentro de la cámara anterior del ojo, glaucoma y, por lo general, una masa de color blanco a rosado detrás del iris y en la pupila. El tratamiento suele ser la extirpación del globo ocular. Los estudios recientes sobre melanomas del iris, especialmente en el Labrador Retriever, sugieren que la cirugía láser no invasiva puede ser eficaz y puede repetirse si es necesario. Los adenocarcinomas de otras localizaciones del organismo no se suelen diseminar a la úvea.
Otros tumores, como un tumor venéreo y un hemangiosarcoma, pueden extenderse a la úvea anterior. El linfosarcoma afecta con frecuencia a la úvea anterior y a otras estructuras oculares, y puede aparecer en ambos ojos. La terapia con tratamiento tópico y/o antiinflamatorio de todo el organismo para el linfoma dentro del ojo puede intentarse utilizando uno de los varios planes de tratamiento estándar, pero los perros con linfoma dentro del ojo suelen tener tiempos de supervivencia cortos.
Consulte también el contenido para veterinarios sobre cánceres y tumores del ojo en los perros.