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Traqueobronquitis (bronquitis) en los perros

PorNed F. Kuehn, DVM, MS, DACVIM
Revisado/Modificado jun 2018

La traqueobronquitis es una inflamación repentina o de larga duración de la tráquea y las vías respiratorias bronquiales; también puede extenderse a los pulmones. A menudo se produce en perros ya afectados por una enfermedad respiratoria o un trastorno de los pulmones o las vías respiratorias. Por ejemplo, la traqueobronquitis infecciosa (tos de las perreras, véase más adelante) suele ser consecuencia de una infección vírica del aparato respiratorio. Otras causas de traqueobronquitis en perros incluyen parásitos, enfermedades de la boca y faringe, tos crónica relacionada con enfermedades cardiacas o pulmonares, inhalación de humo y exposición a humos químicos.

Traqueobronquitis

La bronquitis crónica en perros de mediana edad y mayores puede empeorar tras cambios repentinos en el clima u otras tensiones ambientales. Los animales con cuerpos extraños en las vías respiratorias o con anomalías de desarrollo, como deformidades de la laringe, pueden tender a desarrollar bronquitis. La bronquitis crónica afecta con mayor frecuencia a las razas pequeñas de perros, aunque también se observa en las razas grandes. La bronquitis crónica implica una tos que persiste durante al menos 2 meses y que no se debe a ninguna otra enfermedad respiratoria.

Los espasmos de tos son el signo más prominente. El acto de toser es un intento de eliminar las acumulaciones de mucosidad y secreciones de las vías respiratorias; es más grave después del descanso o de un cambio de ambiente o al comienzo del ejercicio. La temperatura del perro puede estar levemente aumentada. La fase aguda de la bronquitis pasa en 2-3 días; la tos, sin embargo, puede persistir durante varias semanas. La bronquitis grave y la neumonía son difíciles de diferenciar; de hecho, la bronquitis a menudo se extiende desde los bronquios hasta las células pulmonares y produce neumonía.

El diagnóstico del veterinario se realiza a partir del historial, la exploración física, los signos clínicos y descartando otras causas de tos. Las herramientas diagnósticas incluyen radiografías de tórax, el uso de un endoscopio para visualizar los bronquios (broncoscopia) y recogida de muestras de biopsia y frotis para análisis de laboratorio. El lavado bronquial es una ayuda diagnóstica adicional que puede demostrar el agente causante de la enfermedad (p. ej., un parásito) o la respuesta del animal a la enfermedad (p. ej., la producción de ciertos tipos de glóbulos rojos). Estas pruebas diagnósticas pueden ser necesarias en los casos en que el tratamiento inicial del veterinario no sea eficaz para proporcionar alivio.

En los casos leves o de reciente aparición de los signos, el tratamiento de apoyo puede ser eficaz, pero también es necesario el tratamiento de la enfermedad subyacente (si está presente). El reposo, el calor y la higiene adecuada son importantes. Los corticoesteroides se usan a menudo para disminuir la inflamación de las vías respiratorias en los perros con bronquitis crónica. Si hay infección bacteriana se pueden prescribir antibióticos. Una tos persistente y seca (no productiva) puede controlarse con un supresor de la tos prescrito que contenga codeína. El veterinario puede realizar o prescribir un tratamiento como el uso de una nebulización o el vapor de una ducha caliente para ayudar a aflojar las secreciones y estimular la expulsión de secreciones.

Traqueobronquitis infecciosa canina (tos de las perreras)

La traqueobronquitis infecciosa canina se produce por una inflamación de las vías aéreas superiores. Es una enfermedad leve que suele mejorar por sí sola. Sin embargo, puede evolucionar hacia una bronconeumonía mortal en los cachorros o hacia una bronquitis crónica en perros debilitados, enfermos o de edad avanzada. La enfermedad se disemina rápidamente entre los perros sensibles alojados en espacios cerrados, como hospitales veterinarios o perreras.

Varios organismos víricos y bacterianos pueden causar tos de las perreras. Es común tener infecciones con más de uno de estos microorganismos al mismo tiempo. El estrés y los cambios ambientales, como la ventilación, la temperatura y la humedad extremas, parecen aumentar la sensibilidad del perro a la enfermedad, así como su gravedad.

El signo más común son los espasmos de tos dura y seca, que pueden ir seguidos de arcadas y náuseas. La gravedad de la tos suele disminuir durante los primeros 5 días, pero la enfermedad persiste 10-20 días. Los perros afectados presentan pocos signos adicionales, si es que los hay, salvo cierta pérdida de apetito. La temperatura corporal y el recuento de glóbulos blancos suelen ser normales. La aparición de signos más graves, como fiebre, secreción nasal con pus, depresión, pérdida de apetito y tos productiva, especialmente en los cachorros, suele indicar la presencia de una infección adicional, como moquillo o bronconeumonía. El estrés, especialmente el derivado de condiciones ambientales adversas y de una nutrición inadecuada, puede contribuir a una recidiva durante la recuperación.

La traqueobronquitis suele sospecharse cuando un perro presenta la característica tos irritativa y tiene antecedentes de exposición a otros perros sensibles o afectados. Las pruebas de laboratorio suelen ser normales. Las radiografías de tórax son importantes para determinar la gravedad de la enfermedad y para descartar otras causas de tos.

En la mayoría de los casos, los perros afectados no se deben hospitalizar porque la enfermedad es muy contagiosa y porque por lo general mejora por sí sola. La recuperación del perro puede acelerarse con una buena nutrición e higiene, y (si es necesario) la mejora del entorno de vida del animal según las recomendaciones del veterinario. A veces se prescriben antitusivos para controlar la tos persistente no productiva. Los antibióticos no suelen ser necesarios, excepto en los casos crónicos graves. Se pueden prescribir corticoesteroides para ayudar a aliviar los signos en perros que no están gravemente enfermos. Los tratamientos en aerosol ("tratamientos respiratorios") que contienen antibióticos también pueden ser útiles.

Hay vacunas disponibles para proteger frente al moquillo, la parainfluenza, el adenovirus canino 2 y Bordetella bronchiseptica, algunos de los principales organismos responsables de la tos de las perreras. Su veterinario le recomendará los tipos de vacunación y el programa de vacunación más apropiado para su perro.

Para más información

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