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Laringitis en los perros

PorNed F. Kuehn, DVM, MS, DACVIM
Última revisión/modificación jun 2018

    La laringe es la parte de la garganta que sirve para la fonación. La laringitis es una inflamación de la laringe. Puede ser el resultado de una infección de las vías respiratorias superiores o de una irritación directa por la inhalación de polvo, humo o gas irritante u objetos extraños. También puede estar causada por el traumatismo de un tubo de respiración colocado durante la cirugía o por una vocalización excesiva (ladridos). La laringitis puede acompañar a la traqueobronquitis infecciosa y al moquillo en los perros.

    La acumulación de líquido y la inflamación de las membranas mucosas suele ser una parte fundamental de la laringitis; si es grave, las vías respiratorias superiores pueden quedar obstruidas. Los perros braquicéfalos (perros de cara aplanada con las fosas nasales y la laringe cortas, como los Carlinos), los perros obesos y los perros con parálisis de la laringe pueden desarrollar laringitis por jadeo intenso o esfuerzo respiratorio durante la excitación o por sobrecalentamiento. La inflamación de la laringe también puede producirse debido a una reacción alérgica.

    La tos suele ser el primer signo perceptible de laringitis. La tos es áspera, seca y breve al principio, pero se vuelve suave y húmeda después y puede ser muy dolorosa. Puede estar inducida por la presión sobre la laringe, la exposición al aire frío o polvoriento, la ingestión de alimentos groseros o agua fría, o los intentos de administrar medicamentos. El ladrido del perro puede sonar diferente. También puede observarse mal aliento y una respiración difícil y ruidosa, y el animal puede permanecer con la cabeza baja y la boca abierta. La deglución es difícil y dolorosa. Puede producirse la muerte por asfixia, sobre todo si el animal se esfuerza; sin embargo, esto es poco frecuente. Cuando ocurre, no es el resultado de la laringitis solamente, sino que se debe a causas subyacentes como la parálisis.

    La acumulación de líquido y la inflamación de la laringe pueden desarrollarse en horas, causando un mayor esfuerzo para inhalar y una respiración de tono agudo que surge de la laringe. La frecuencia respiratoria puede disminuir a medida que aumenta el esfuerzo del animal por respirar. Las mucosas visibles, como las encías de la boca, se vuelven azuladas por la falta de oxígeno, el pulso aumenta y la temperatura corporal se eleva. Si la inflamación obstruye las vías respiratorias, los perros afectados pueden ser incapaces de refrescarse cuando hace calor; no es infrecuente que se produzca un aumento significativo de la temperatura. Los animales no tratados con obstrucción significativa finalmente colapsan.

    El veterinario puede hacer un diagnóstico tentativo basado en los signos clínicos y la exploración física del perro. Un diagnóstico definitivo requiere el examen de la laringe con un endoscopio; en los perros, se suele necesitar anestesia durante este procedimiento.

    Si la laringe está obstruida, se hará una abertura en el cuello para permitir la colocación de un tubo de traqueotomía; este tubo permite al animal respirar mientras se corrige el problema. Se pueden prescribir corticoesteroides para reducir la hinchazón y la obstrucción. Como alternativa pueden utilizarse antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Pueden utilizarse diuréticos para aliviar la acumulación de líquido en la laringe y los pulmones. La identificación y el tratamiento de la causa primaria de la laringitis son esenciales. Los procedimientos que pueden recomendarse para acelerar la recuperación del animal y proporcionarle comodidad incluyen la inhalación de aire humidificado, el confinamiento en un entorno cálido y limpio, la alimentación con alimentos blandos o líquidos y la evitación del polvo. También pueden ser necesarios medicamentos para suprimir la tos, analgésicos y antibióticos para tratar esta enfermedad.

    Consulte también el contenido para veterinarios sobre la laringitis.