La infección por herpesvirus canino es una enfermedad grave, a menudo mortal, de los cachorros. En los perros adultos puede asociarse con infección de las vías respiratorias superiores, enfermedad ocular, inflamación de la vagina marcada por dolor y secreción llena de pus (en las hembras) o inflamación del prepucio del pene (en los machos).
La enfermedad está causada por un herpesvirus canino que se da en todo el mundo. La transmisión se suele producir por contacto entre cachorros o perros sensibles y las secreciones orales, nasales o vaginales infectadas de su madre o las secreciones orales o nasales de los perros afectados. La transmisión también puede producirse antes del nacimiento.
La enfermedad es más grave en los cachorros recién nacidos menores de 3 semanas. La muerte debida a la infección suele producirse en cachorros de 1-3 semanas de edad, ocasionalmente en cachorros de hasta 1 mes y raramente en cachorros de hasta 6 meses. El inicio de la enfermedad suele ser repentino, y la muerte se produce tras una enfermedad de menos de 24 horas. Si se observan signos, pueden incluir letargo, disminución de la succión, diarrea, secreción nasal, enfermedad ocular y erupciones. Los cachorros no suelen tener fiebre. Los perros mayores expuestos al virus pueden desarrollar una inflamación leve de las vías nasales (que puede contribuir a la "tos de las perreras"), enfermedad ocular o inflamación de los genitales. Las infecciones en las perras gestantes pueden ir asociadas a abortos, nacidos muertos e infertilidad.
Las pruebas de laboratorio se usan para diagnosticar el virus. Lamentablemente, el tratamiento no suele ser eficaz. Los tratamientos pueden ser más eficaces en cachorros que han estado expuestos a perros infectados, pero que todavía no muestran signos. Al igual que con otros tipos de herpesvirus, la infección permanece dentro del organismo de los perros infectados durante el resto de sus vidas, causando signos de forma intermitente. Los perros adultos a menudo experimentan signos leves que mejoran sin tratamiento.
No hay ninguna vacuna disponible. Para proteger mejor a los cachorros de la infección, las perras gestantes deben mantenerse alejadas de otras perras durante sus últimas 3 semanas de gestación y durante las primeras 3 semanas después del nacimiento de los cachorros. Además, las personas en contacto con perros durante este tiempo deben lavarse las manos a fondo y con frecuencia. Las hembras infectadas desarrollan anticuerpos y las camadas nacidas después de la primera camada infectada reciben anticuerpos transmitidos por la madre en el calostro. Los cachorros que reciben estos anticuerpos maternos pueden infectarse con el herpesvirus canino, pero no muestran signos de enfermedad. El pronóstico de los cachorros que sobreviven a la infección temprana por el herpesvirus canino es reservado porque la enfermedad puede causar daño irreparable a los nódulos linfáticos, el cerebro, los riñones y el hígado.
Consulte también el contenido para veterinarios sobre el herpesvirus canino.