La ehrlichiosis canina suele estar causada por la rickettsia Ehrlichia canis, aunque a veces están implicados otros tipos de Ehrlichia. (Las rickettsias son un tipo especializado de bacteria que vive solamente dentro de otras células). El microorganismo, transmitido por garrapatas, infecta un determinado tipo de glóbulos blancos (llamados monocitos) y provoca fiebre y otros signos. Un microorganismo relacionado, Ehrlichia ewingi, se dirige a otros tipos de glóbulos blancos llamados granulocitos y se ha aislado en perros y personas del sur, oeste y medio oeste de EE. UU. Anaplasma platys, otra rickettsia, causa trombocitopenia cíclica infecciosa en perros. Esta infección produce pérdidas periódicas de plaquetas, lo que causa problemas de coagulación sanguínea. Anaplasma phagocytophilum causa anaplasmosis en humanos y se ha descrito como causa de enfermedad en perros. Se sabe que causa enfermedad humana en los EE. UU., principalmente en los estados del nordeste, medio oeste y oeste.
Las rickettsias Ehrlichia y Anaplasma están presentes en muchas partes del mundo, incluyendo los EE. UU. Se transmiten por garrapatas (incluidas la garrapata marrón del perro, la garrapata estrella solitaria y la garrapata de patas negras) que se infectan después de alimentarse de animales infectados. Las personas, los gatos y otros animales domésticos pueden ocasionalmente infectarse con estos microorganismos, pero los perros son el hospedador principal.
En las infecciones causadas por Ehrlichia canis, los signos suelen evolucionar de corto a largo plazo, dependiendo de la cepa del organismo y del estado inmunitario del hospedador. En los casos a corto plazo hay fiebre, inflamación generalizada de los nódulos linfáticos, aumento del tamaño del bazo y disminución del número de plaquetas en el torrente sanguíneo. Además, puede haber pérdida de apetito, depresión, pérdida de resistencia, rigidez y resistencia a caminar, hinchazón de las extremidades o del escroto, y tos o dificultad para respirar. La mayoría de los casos a corto plazo se observan en los meses más cálidos, cuando las garrapatas están activas. Durante esta fase de la infección, la muerte es rara y el animal infectado puede recuperarse espontáneamente. El perro recuperado puede permanecer libre de signos a partir de entonces o puede desarrollar una enfermedad a largo plazo.
La ehrlichiosis a largo plazo causada por Ehrlichia canis puede desarrollarse en cualquier raza de perro, pero algunas razas (como los Pastores Alemanes) pueden estar predispuestas. La infección a largo plazo no varía con las estaciones. Los signos dependen de los órganos afectados y pueden incluir agrandamiento del bazo, insuficiencia renal e inflamación de los pulmones, el ojo, el cerebro y la médula espinal. Si el cerebro y la médula espinal están afectados, puede haber problemas con el sistema nervioso, como falta de coordinación, depresión, parálisis parcial y aumento de la sensibilidad a un contacto normalmente indoloro. Es frecuente una pérdida de peso grave. Los perros afectados a menudo tienen niveles anormalmente bajos de plaquetas u otras células sanguíneas. Las plaquetas son necesarias para la coagulación de la sangre, por lo que un perro con niveles muy bajos de plaquetas puede presentar hemorragia nasal, sangre en la orina o heces o hematomas anómalos en la piel o las encías.
Los perros infectados por Anaplasma platys suelen mostrar signos mínimos o nulos de infección, aunque el microorganismo está presente en las plaquetas y provoca pérdidas periódicas. La infección por otras rickettsias provoca signos similares a la infección por Ehrlichia canis de corta duración, pero la enfermedad suele ser más autolimitante. Puede haber fiebre y cojera que cambia de una pata a otra. La enfermedad crónica, como se observa en la infección por E canis, no se suele observar en otras infecciones ehrlichiales.
Se realizan análisis de sangre de laboratorio para diagnosticar estas infecciones. Para el tratamiento, su veterinario le recetará un antibiótico. El medicamento se suele administrar durante un periodo de 10-21 días. La fiebre suele desaparecer en 1-2 días tras el inicio del tratamiento de las infecciones a corto plazo. En los casos a largo plazo, las anomalías sanguíneas pueden persistir 3-6 meses, aunque el alivio de los signos suele producirse mucho antes. Algunos perros también pueden necesitar cuidados de apoyo. Si el perro tiene una hemorragia generalizada o grave, se puede prescribir una transfusión de plaquetas o sangre completa.
Los pasos preventivos más importantes son los que controlan las garrapatas, la fuente más común de la enfermedad. Mantener a su perro alejado de las áreas conocidas por albergar garrapatas es una medida que puede tomar. Su veterinario también le puede proporcionar medicamentos preventivos que evitarán que las garrapatas infesten a su perro. Cualquier garrapata que se encuentre en su perro debe eliminarse rápida y adecuadamente para prevenir la propagación de la enfermedad. Quite cualquier garrapata usando unas pinzas de punta fina para agarrar la cabeza de la garrapata (justo donde entra en la piel). Tire de la garrapata hacia fuera, asegurándose de no agarrar o apretar su cuerpo. Si hay varias garrapatas, puede ser mejor que su veterinario las retire y examine a su perro.
Algunos tipos de bacterias Ehrlichia pueden transmitirse a las personas. A pesar de la aparición de la enfermedad tanto en los animales como en las personas, se necesita una garrapata para la transmisión, por lo que los perros y otros animales infectados no suponen un riesgo de transmisión directa en circunstancias normales. La infección en los perros puede indicar un mayor riesgo de infecciones humanas relacionadas con la exposición a garrapatas en un área determinada.
Consulte también el contenido para veterinarios sobre la ehrlichiosis.