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Trastornos reproductivos de las perras

PorAutumn P. Davidson, DVM, MS, DACVIM
Revisado/Modificado jun 2018

Hay muchas enfermedades reproductivas que pueden afectar a las perras. Las enfermedades más comunes se tratan en esta sección.

Parto anormal o difícil (distocia)

Muchos factores pueden causar un parto difícil (distocia), incluyendo problemas uterinos, un canal de parto demasiado pequeño, un feto demasiado grande o una posición anormal del feto durante el parto. Algunas razas, como el Boxer, son más propensas a tener partos difíciles que otras. La distocia debe considerarse en cualquiera de las siguientes situaciones: 1) perras que tienen antecedentes de distocia; 2) nacimiento que no ocurre dentro de las 24 horas siguientes a una caída en la temperatura rectal a menos de 37,8 °C (un signo de parto inminente); 3) contracciones fuertes y continuas durante más de 1-2 horas sin nacimiento; 4) parto activo durante más de 1-2 horas sin nacimiento; 5) un periodo de descanso durante el parto que dura más de 4-6 horas; 6) dolor evidente o enfermedad en la madre (p. ej., llanto, lamido o mordedura de la vulva); y 7) secreción anormal del área vulvar. Una vez que se identifica la causa, se puede determinar el tratamiento apropiado. Las radiografías o la ecografía pueden mostrar cuántos fetos están presentes. La medicación puede ayudar a que el parto progrese si la madre y los fetos todavía están en estado estable y no hay obstrucción. La cirugía (cesárea) se realiza si la madre o los fetos no están estables, hay una obstrucción, el parto activo es prolongado o los medicamentos no funcionan.

Falsa gestación (pseudogestación)

La falsa gestación (pseudogestación) es común en las perras. Se produce al final del ciclo de celo y se caracteriza por aumento de peso, dilatación del abdomen, inflamación de las glándulas mamarias, producción de leche y cambios de comportamiento. Algunas perras se comportan como si hubieran parido, desempeñando el papel de "madres" haciendo nidos para objetos inanimados (como juguetes o zapatos) y negándose a comer. Su veterinario eliminará la posibilidad de una gestación real mediante la anamnesis, la exploración física y las radiografías o la ecografía. No se suele recomendar ningún tratamiento dado que la afección se resuelve sola en 1-3 semanas. No debe ordeñar las glándulas mamarias, porque esto solo estimulará la producción de más leche. Puede administrarse tratamiento a los animales que están incómodos por la producción de leche o a los que tienen un comportamiento molesto.

Quistes foliculares

Los quistes foliculares son estructuras llenas de líquido que se desarrollan en el interior del ovario y provocan una secreción prolongada de estrógenos y continuos signos de estro (celo) y atracción por los machos. Durante estos ciclos anormales del estro puede que no se produzca la ovulación. Se debe sospechar la existencia de quistes foliculares en toda perra que presente signos de celo durante más de 40 días. La afección se diagnostica mediante ecografía y pruebas de laboratorio. El tratamiento de elección es la extirpación de los ovarios y el útero ("esterilización"), que es curativa. Si se va a cruzar a la perra, la administración de fármacos que provocan la ovulación puede resolver la afección; sin embargo, estas perras se deben controlar de cerca para detectar enfermedades uterinas.

Mastitis

La mastitis es la inflamación de la(s) glándula(s) mamaria(s) que se produce en las perras después del parto. Está causada por una infección bacteriana. Los factores de riesgo para desarrollar mastitis incluyen condiciones sanitarias deficientes, traumatismos provocados por las crías e infección de todo el organismo. La mastitis puede afectar a una sola glándula o a varias. La leche puede tener un color o una consistencia normal o anormal. Las glándulas afectadas pueden estar calientes y doler. Si la mastitis progresa hasta convertirse en una infección generalizada, pueden observarse signos de enfermedad como fiebre, depresión, falta de apetito y letargo. La madre también puede descuidar a sus cachorros. En las perras con inflamación de larga duración, el único signo puede ser la falta de desarrollo de los cachorros. La enfermedad se diagnostica basándose en la exploración física, la historia clínica del perro y la evaluación de la leche de la perra. Su veterinario puede realizar pruebas de bacterias para determinar qué antibiótico usar en casos de mastitis infecciosa. Las perras deshidratadas o en shock pueden necesitar fluidos intravenosos. Se deben aplicar compresas calientes sobre las glándulas afectadas de 4 a 6 veces al día y se debe animar a los cachorros para que se alimenten de estas glándulas. Las glándulas mamarias con abscesos se deben perforar, drenar y tratar del mismo modo que una herida abierta.

En el momento del destete puede haber abundancia de leche y glándulas calientes, hinchadas y dolorosas al tacto, pero la perra debe permanecer alerta y sana. La lactación puede reducirse volviendo a la cantidad de comida y agua que consumía la perra antes de la gestación. Se pueden aplicar compresas calientes, pero se debe tener cuidado de no estimular las glándulas (lo cual estimula la producción de leche). Se deben proporcionar alimentos y agua apropiados para los cachorros.

Metritis

La metritis es la infección del útero que se produce después de la gestación. Suele estar causada por una infección bacteriana. Los factores como el parto prolongado o difícil y la retención de fetos o placentas pueden causar metritis. Las bacterias Escherichia coli son una causa común de infección del útero. El signo principal de infección es una secreción similar a pus de la vulva. Las perras con metritis suelen estar deprimidas o febriles, tienen poco apetito y pueden desatender a sus cachorros. Los cachorros pueden volverse inquietos y llorar incesantemente. La infección se diagnostica mediante exploración física, radiografías, ecografía y pruebas de laboratorio. El tratamiento incluye la administración de fluidos, cuidados de apoyo y antibióticos. También se pueden administrar medicamentos para expulsar el feto o la placenta retenidos. Su veterinario le recomendará si la esterilización es apropiada para perros con metritis.

Síndrome de ovario remanente

El síndrome de ovario remanente está causado por tejido ovárico que quedó cuando una perra fue esterilizada. Se trata de una complicación de la cirugía. Los signos más comunes son de celo (hinchazón de la vulva, muestra al macho y estar de pie para la monta). Se realizan pruebas de laboratorio para confirmar la presencia de tejido ovárico funcional. El tejido ovárico se extirpa mediante cirugía.

Piometra

La piometra es una infección bacteriana del útero debida a cambios hormonales en perras no esterilizadas. Se ha descrito principalmente en perras de más de 5 años y tiende a aparecer 4-6 semanas después del celo. Después del estro, el nivel de progesterona permanece elevado para preparar el útero para la gestación al engrosar su superficie. Si no se produce la gestación durante varios ciclos, el revestimiento interior del útero continúa engrosándose y se pueden formar quistes dentro del útero. Estos quistes y los líquidos uterinos acumulados proporcionan un entorno ideal para la infección bacteriana. La piometra puede producirse debido a la administración de medicamentos a base de estrógenos o progesterona.

Los signos son variables y comprenden letargo, falta de apetito, aumento de la sed y la micción, y vómitos. Cuando el cuello uterino está abierto, hay una secreción de pus, que a menudo contiene sangre. Cuando el cuello uterino está cerrado no hay descarga y el útero dilatado puede causar aumento del tamaño abdominal. Los signos pueden evolucionar rápidamente hasta el shock y la muerte. La infección se diagnostica mediante exploración física, determinación de la naturaleza de la descarga, ecografía, radiografías y análisis de laboratorio y de sangre.

La extirpación de los ovarios y el útero ("esterilización") es el tratamiento recomendado en la mayoría de los casos. Para los animales más jóvenes que no están gravemente enfermos y que se reproducirán en el futuro, se pueden administrar antibióticos, fluidos intravenosos y prostaglandinas. Sin embargo, los tratamientos médicos conllevan un mayor riesgo en las perras con el cuello uterino cerrado porque el útero infectado puede estallar. Los animales se deben reexaminar 2 semanas después de completar el tratamiento médico para asegurar el vaciado completo de la secreción del útero. Las perras con antecedentes de piometra deben reproducirse en cada ciclo de celo después del tratamiento, ya que la piometra finalmente recidivará. Las perras afectadas se deben esterilizar tan pronto como termine su vida reproductiva.

Subinvolución de los sitios placentarios

La subinvolución de los sitios placentarios es un trastorno que se produce después de la gestación como resultado de una reparación anormal del revestimiento del útero (donde estaba adherida la placenta). Después del parto, el útero vuelve lentamente a su tamaño normal en un proceso llamado involución. Por lo general, una descarga sanguinolenta acompaña a este proceso hasta 16 semanas después del nacimiento. En algunas perras, la descarga dura mucho más. Este trastorno es más común en perras menores de 3 años de edad después de su primera camada. No hay signos excepto la secreción del útero que contiene sangre. La pérdida de sangre no suele ser grave con esta afección. Se resuelve por sí sola y no se suele repetir. La esterilización es curativa, pero no es necesaria a menos que el sangrado sea grave.

Sobrecrecimiento vaginal (prolapso vaginal, hiperplasia vaginal)

En el sobrecrecimiento vaginal, el tejido vaginal se hincha durante el estro (celo). El tejido vaginal inflamado puede verse a través de la vulva. Esta afección está causada por los estrógenos y es más común en perras jóvenes. La enfermedad se diagnostica mediante la historia clínica, la exploración física y las pruebas de laboratorio. El sobrecrecimiento vaginal se resuelve por sí solo tan pronto como termina la fase del ciclo que produce estrógenos. Sin embargo, se suele repetir con cada celo. Si no causa problemas, el tratamiento puede no ser necesario. El tratamiento puede incluir la limpieza diaria de la zona afectada, la prevención de traumatismos y la aplicación de una pomada antibiótica. Un collar isabelino (un collar grande en forma de embudo que evita que la perra se lama a sí misma) puede ser necesario para evitar el autotraumatismo. La enfermedad suele interferir en la cría, pero estas perras pueden cruzarse mediante inseminación artificial. La esterilización cura la afección en las perras que no se reproducirán en el futuro.

Vaginitis

La vaginitis o inflamación de la vagina puede producirse antes de la pubertad o en perras maduras. Es especialmente común en cachorros. La vaginitis se debe principalmente a una infección bacteriana. Las infecciones víricas, los cuerpos extraños vaginales o el cáncer también pueden causar vaginitis. El signo más frecuente es descarga de la vulva. Los animales también se pueden lamer la vulva. Las perras afectadas pueden orinar con frecuencia y atraer a los machos, pero por lo demás parecen estar sanas. La enfermedad se diagnostica mediante exploración física, endoscopia, radiografías, ecografía y pruebas de laboratorio. La vaginitis en los cachorros se suele resolver por sí sola cuando el cachorro ha alcanzado la madurez física. En el caso de una infección persistente, se administran antibióticos.

Para más información

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