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Trastornos reproductivos de los perros machos

PorAutumn P. Davidson, DVM, MS, DACVIM
Revisado/Modificado jun 2018

Varias enfermedades reproductivas pueden afectar a los perros machos. En esta sección se tratan los trastornos más comunes.

Criptorquidia

La criptorquidia es la incapacidad de uno o ambos testículos para descender al escroto. Es el trastorno más común del desarrollo sexual en los perros. La afección tiene una base genética y puede heredarse de cualquiera de los padres. Si ambos testículos están afectados, el perro es estéril. Debido a que los testículos retenidos todavía producen hormonas masculinas, estos animales tienen un comportamiento de apareamiento y caracteres sexuales normales. Si solo se retiene un testículo (criptorquidia unilateral), el perro todavía puede aparearse normalmente, ya que el único testículo normal producirá espermatozoides normales. Como el trastorno es hereditario, los perros con criptorquidia no deben utilizarse para la cría. Esta afección se produce en todas las razas, pero se suele observar en el Caniche toy y el Caniche miniatura, el Pomerania, el Teckel, el Chihuahua, el Bichon Maltés, el Boxer, el Pequinés, el Bulldog Inglés, el Schnauzer miniatura y el Pastor de Shetland. Los animales afectados se deben castrar debido a un mayor riesgo de desarrollar cáncer testicular.

Inflamación de los testículos y el epidídimo

La inflamación a corto plazo de los testículos o del epidídimo puede estar causada por una lesión, una infección o una torsión (torsión testicular). Los signos son dolor e inflamación de los testículos, epidídimos o del escroto. Puede haber heridas u otras anomalías en la piel del escroto. La enfermedad se diagnostica mediante exploración física, ecografía y pruebas de laboratorio. Dado que la afección es dolorosa, la sedación o la anestesia pueden ser necesarias para el diagnóstico. El tratamiento es difícil a no ser que se pueda identificar la causa de la inflamación. El pronóstico es desconocido, incluso con un tratamiento rápido, porque la inflamación puede causar un daño permanente. La aplicación de bolsas de agua fría puede reducir el daño testicular causado por la inflamación. Si hay infección bacteriana se administrarán antibióticos. Si la causa es un trastorno inmunitario, se pueden administrar medicamentos que inhiben el sistema inmunitario, pero a menudo no tienen éxito y pueden perpetuar la infertilidad. Cuando el mantenimiento de la fertilidad no es importante, la castración es una opción de tratamiento razonable para la inflamación de los testículos o los epidídimos por cualquier causa.

La inflamación a largo plazo del testículo o del epidídimo puede seguir a la inflamación a corto plazo, aunque en algunos casos no hay antecedentes de inflamación testicular. También puede haber tumores. Muchos perros no presentan ningún signo de la enfermedad, excepto la infertilidad; sin embargo, puede haber disminución de tamaño o ablandamiento de los testículos. Otras causas no inflamatorias de esta enfermedad incluyen una exposición previa a una presión excesiva, calor, frío o agentes tóxicos. Las causas hormonales también son posibles. El diagnóstico y el tratamiento son los descritos anteriormente para la afección a corto plazo. El pronóstico con inflamación a largo plazo es malo.

Inflamación del pene y del prepucio (balanopostitis)

La balanopostitis es una inflamación del pene o de la cavidad prepucial (la piel del abdomen del perro que cubre el pene). La balanopostitis leve está presente en muchos perros sexualmente maduros y se resuelve espontáneamente sin ningún tratamiento. Hay varias causas de balanopostitis más grave, que incluyen alergias, traumatismos, cuerpos extraños, infección bacteriana, cáncer, cálculos en el tracto urinario y fimosis (una afección en la que el prepucio no puede retirarse para exponer el pene). El signo más común es una descarga de color amarillo verdoso en la punta del pene o en el prepucio. También puede observarse lamido excesivo del prepucio. La hinchazón del prepucio y el dolor se presentan muy raramente salvo en los casos de traumatismos o cuerpos extraños. La enfermedad se diagnostica mediante exploración física y pruebas de laboratorio. Puede ser necesaria la sedación o anestesia general. El tratamiento incluye la corrección de los factores predisponentes, rasurar los pelos largos de alrededor de la abertura del prepucio y un lavado a fondo de la cavidad prepucial con un antiséptico suave o solución salina estéril. En el caso de una infección bacteriana, su veterinario puede recetarle un antibiótico. La castración disminuirá, pero no eliminará, las secreciones prepuciales.

Parafimosis

La parafimosis, o la incapacidad de retraer completamente el pene en la cavidad prepucial, suele producirse tras la erección. Se observa con mayor frecuencia después de la recolección del semen o de la monta. La piel del orificio prepucial atrapa el pene extruido, dificultando la circulación sanguínea. Otras causas de parafimosis incluyen una banda de pelo constrictora en la abertura prepucial, una pequeña abertura prepucial, material extraño alrededor del pene u otro traumatismo en el pene. La parafimosis es una urgencia médica porque el pene expuesto se hincha rápidamente (debido a la acumulación de líquido), se seca y duele. Si se reconoce a tiempo, antes de que se produzca una inflamación y un dolor graves, la parafimosis se puede tratar fácilmente. El tratamiento consiste en una cuidadosa limpieza y lubricación del pene expuesto. El pene se vuelve a colocar dentro del prepucio y la hinchazón se resuelve una vez que se restablece la circulación. Los casos más avanzados de parafimosis pueden requerir tratamientos adicionales o cirugía para corregirlos.

Priapismo

El priapismo es una erección persistente que no se debe a la estimulación sexual. Se diagnostica mediante exploración física. También puede producirse una parafimosis parcial. El priapismo puede estar causado por disfunción neurológica, fármacos, anomalías de los vasos sanguíneos, masas en el pene, traumatismos o una causa desconocida. Si la circulación sanguínea está bloqueada, es una urgencia médica. Algunos medicamentos pueden ayudar, pero la castración no lo hace.

Fimosis

La fimosis es la incapacidad para exponer el pene y puede deberse a una abertura prepucial anormalmente pequeña. Puede ser hereditaria o adquirida como resultado de un traumatismo, inflamación o infección bacteriana. Los signos son variables. El problema suele pasar desapercibido hasta que el perro intenta aparearse y es incapaz de copular. El diagnóstico se establece mediante la exploración física del prepucio y el pene. El tratamiento depende de la gravedad de la fimosis y del uso previsto del perro. Si el perro no se utiliza para la reproducción, probablemente no sea necesario el tratamiento, aunque se debe considerar la castración para prevenir la excitación. La cirugía para agrandar la abertura del prepucio se puede realizar en perros reproductores o aquellos que tienen inflamación o dificultad para orinar.

Trastornos de la próstata

La próstata se encuentra dentro de la pelvis, detrás de la vejiga. La próstata no es necesaria para la producción de esperma, pero es importante para el éxito de la reproducción. La próstata proporciona la mayor parte del líquido del eyaculado y es importante para nutrir a los espermatozoides y aumentar su movimiento.

Las enfermedades de la próstata son frecuentes en los perros que no se han castrado, especialmente el agrandamiento de la próstata (hiperplasia prostática benigna). Otras enfermedades de la próstata, como la infección bacteriana, los abscesos, los quistes y los tumores, son menos frecuentes y pueden observarse en los machos castrados. Estos trastornos provocan el agrandamiento de la próstata y pueden causar esfuerzo al defecar, sangre en la orina, infecciones urinarias repetidas y dolor. Otros signos, como fiebre, malestar, falta de apetito, rigidez y dolor abdominal, suelen deberse a infecciones bacterianas o a la presencia de tumores. Las enfermedades prostáticas se diagnostican mediante exploración física, examen rectal, radiografías, ecografía y análisis de sangre y de semen.

Agrandamiento de la próstata (hiperplasia prostática benigna)

El agrandamiento de la próstata es el trastorno prostático más común. Está causado por las hormonas masculinas. Se encuentra en casi todos los perros no castrados mayores de 6 años. Puede no haber signos o puede haber esfuerzo para defecar, sangre en la orina o secreción prepucial. La castración es el tratamiento de elección. La reducción del tamaño de la próstata se suele producir a las pocas semanas de la cirugía. En los perros utilizados para la reproducción, la medicación para disminuir el tamaño de la próstata puede ser útil.

Prostatitis

La prostatitis es una inflamación de la próstata. Se suele deber a una infección bacteriana y puede dar lugar a un absceso. La inflamación a largo plazo también puede producirse debido al agrandamiento de la próstata (véase anteriormente). La prostatitis súbita (prostatitis aguda) a menudo causa malestar, dolor y fiebre. En los casos graves de abscesos prostáticos puede producirse deshidratación y shock. La enfermedad se diagnostica mediante exploración física, radiografías, análisis de sangre y orina y examen del líquido prostático. La prostatitis bacteriana a largo plazo puede no causar ningún signo, excepto la infección urinaria recurrente. La prostatitis súbita se trata mediante la administración de antibióticos y puede requerir un tratamiento prolongado. En los casos graves puede ser necesario administrar fluidos intravenosos. La castración debe considerarse después del tratamiento de la enfermedad súbita. La prostatitis a largo plazo solo se resolverá con el tratamiento de la hiperplasia prostática benigna, que implica la esterilización o la medicación para reducir el tamaño de la próstata. Los antibióticos solos suelen ser ineficaces para los casos a largo plazo.

Quistes prostáticos y paraprostáticos

Ocasionalmente se encuentran quistes grandes dentro o cerca (paraprostáticos) de la próstata. Los signos son similares a los que se observan en otros tipos de agrandamiento de la próstata y, por lo general, solo se manifiestan cuando el quiste alcanza un tamaño suficiente para causar presión sobre otros órganos. Los quistes grandes pueden causar distensión abdominal. El tratamiento farmacológico no es eficaz. El tratamiento de elección para los quistes grandes es la extirpación quirúrgica. No es probable que la castración por sí sola sea beneficiosa, pero puede estar indicada después de la extirpación del quiste.

Cáncer de próstata

El cáncer de próstata es un trastorno grave, aunque poco frecuente, en los perros. La castración no protege frente al desarrollo futuro de cáncer de próstata en los perros. Los signos son similares a los de otras enfermedades prostáticas. Puede existir dolor y fiebre. Además, el cáncer se disemina con frecuencia a otros tejidos y órganos (metástasis). Si el cáncer invade la uretra, la micción puede ser difícil o la salida de la orina puede estar bloqueada. El diagnóstico se establece mediante el examen rectal, la ecografía, la biopsia y otras pruebas (como las radiografías) para buscar evidencia de metástasis. No existe un tratamiento curativo eficaz, pero algunos medicamentos pueden prolongar el tiempo de supervivencia. Se recomienda consultar con un oncólogo veterinario (especialista en cáncer).

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre las enfermedades reproductivas de los perros machos.