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Anemia en los perros

PorSusan M. Cotter, DVM, DACVIM
Última revisión/modificación dic 2017

La anemia se produce cuando hay una disminución en el número de glóbulos rojos, que puede medirse mediante el recuento de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina. Puede desarrollarse por pérdida, destrucción o falta de producción de glóbulos rojos. La anemia se clasifica como regenerativa o no regenerativa. En una anemia regenerativa, la médula ósea responde adecuadamente a la disminución del número de glóbulos rojos aumentando la producción de nuevas células sanguíneas. En una anemia no regenerativa, la médula ósea responde inadecuadamente a la mayor necesidad de glóbulos rojos. Las anemias debidas a hemorragias o a la destrucción de los glóbulos rojos existentes suelen ser regenerativas. Las anemias que están causadas por una disminución de la hormona que estimula la producción de glóbulos rojos o por una anomalía en la médula ósea son no regenerativas.

Signos y diagnóstico

Los signos de anemia en animales dependen de la gravedad, la duración (a corto o a largo plazo) y la causa subyacente de la enfermedad. La anemia súbita puede ocasionar un shock e incluso la muerte si se pierde más de un tercio del volumen de sangre rápidamente y no se reemplaza. Después de una rápida pérdida de sangre, el animal suele presentar un aumento de la frecuencia cardiaca, encías pálidas y presión arterial baja. La causa de la pérdida de sangre puede ser obvia, por ejemplo, una lesión grande. Si no se encuentran indicios de hemorragia externa, su veterinario buscará una fuente de pérdida de sangre interna u oculta, como una rotura de tumor en el bazo, una úlcera de estómago, un trastorno hemorrágico o parásitos. Si se están destruyendo glóbulos rojos, el animal puede presentar ictericia (un color amarillento del blanco de los ojos, la piel o las encías). Los animales con anemia prolongada han tenido tiempo de adaptarse y sus signos suelen desarrollarse más lentamente. Estos incluyen pérdida de energía, debilidad y pérdida de apetito. Los animales afectados tendrán hallazgos similares de la exploración física, como encías pálidas, aumento de la frecuencia cardiaca, posiblemente un aumento de tamaño del bazo, o un soplo cardiaco.

Una parte importante del diagnóstico de la anemia es una historia clínica completa. Las preguntas que puede hacer un veterinario incluyen cuánto tiempo han estado presentes los signos, si hay historia de exposición a tóxicos como rodenticidas, metales pesados o plantas tóxicas, qué tratamientos y vacunaciones se han aplicado al animal, dónde ha viajado y cualquier enfermedad previa.

Un hemograma es otra herramienta diagnóstica que su veterinario utilizará para obtener información sobre la gravedad de la anemia, el grado de respuesta de la médula ósea y el estado de otros tipos de células sanguíneas. Se debe realizar una prueba para evaluar el tamaño y la forma de los glóbulos rojos y para detectar parásitos de los glóbulos rojos (algunos de los cuales se describen más adelante en este capítulo).

¿Cómo se realizan los recuentos de células sanguíneas?

Se toma una muestra de sangre y se coloca en un tubo de ensayo que contiene un anticoagulante para evitar que se coagule. A continuación, se envía a un laboratorio.

El proceso se suele realizar con equipos automatizados. La sangre se mezcla bien y se coloca en una gradilla especial sobre el analizador. Este instrumento tiene muchos componentes diferentes para analizar diferentes elementos en la sangre. El analizador de recuento celular cuenta el número de glóbulos rojos y blancos y de plaquetas. Los resultados se imprimen o se envían a un ordenador para que los revise un técnico.

Debido a que un contador celular automatizado muestra y cuenta tantas células, los resultados son muy precisos. Sin embargo, ciertas células anormales en la sangre pueden identificarse incorrectamente. Para asegurarse de que los resultados son correctos, un técnico revisa el frotis de sangre en un portaobjetos e identifica cualquier célula anormal o parásito sanguíneo presente.

Además de contar, medir y analizar glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, los analizadores de sangre automatizados también miden el tamaño medio y la cantidad de hemoglobina en los glóbulos rojos. Esta información puede ser útil cuando se trata de identificar la causa de una anemia.

Se pueden usar pruebas adicionales de sangre y orina para evaluar el funcionamiento de los órganos internos. Si se sospecha pérdida de sangre dentro del estómago o los intestinos, puede ser útil un examen microscópico de las heces del animal para buscar cantidades ínfimas de sangre y parásitos. Las radiografías pueden ayudar a identificar enfermedades ocultas, como una moneda en el estómago de un cachorro que produce intoxicación por zinc y anemia. Los hematomas o hemorragias pueden ser signos de una enfermedad o afección que afecta a la capacidad de la sangre para coagularse e indican la necesidad de realizar una prueba llamada perfil de coagulación. Si se sospecha enfermedad hemolítica (una afección en la que hay destrucción de glóbulos rojos), se pueden realizar otras pruebas. Un análisis de sangre para agentes infecciosos también puede ser útil para definir la causa de la anemia.

Se suele realizar una evaluación de la médula ósea en cualquier animal con una anemia no regenerativa inexplicada. El muestreo de la médula ósea requiere sedación o anestesia.

Anemia por pérdida de sangre

La pérdida de sangre repentina y grave puede causar shock e incluso la muerte si se pierde más del 30-40 % del volumen sanguíneo total y la afección no se trata rápidamente con fluidos intravenosos o transfusiones de sangre, o ambos. Las causas obvias de pérdida grave incluyen una lesión importante o una cirugía. Si la razón de la pérdida de sangre no es evidente, su veterinario buscará otras causas, como afecciones que afecten a la capacidad de coagulación de la sangre, tumores que sangran, úlceras de estómago o parásitos. Los parásitos internos, como los anquilostomas en perros, pueden dar lugar a una grave pérdida de sangre, especialmente en cachorros. La pérdida de pequeñas cantidades de sangre a largo plazo acaba produciendo anemia por deficiencia de hierro. Esto da lugar a glóbulos rojos anormalmente pequeños y a una falta de hemoglobina. En los animales jóvenes esto se produce a menudo por parásitos (p. ej., pulgas, piojos o parásitos intestinales), pero en animales mayores es más frecuente la hemorragia a partir de úlceras de estómago o tumores.

Anemia hemolítica

Las anemias hemolíticas se producen cuando se destruyen los glóbulos rojos. Suelen ser regenerativas. Los tóxicos, los traumatismos de los glóbulos rojos, las infecciones, los defectos del sistema inmunitario y los defectos de la membrana de los glóbulos rojos pueden causar anemias hemolíticas.

Anemia hemolítica inmunomediada

En los perros, la causa más frecuente de anemia hemolítica es inmunomediada. Este tipo de anemia puede producirse por sí sola o como resultado de tumores, infecciones, fármacos o vacunas. El organismo deja de reconocer los glóbulos rojos como propios y desarrolla anticuerpos frente a los glóbulos rojos circulantes, produciendo su destrucción.

Los perros con anemia hemolítica inmunomediada suelen presentar ictericia, a veces tienen fiebre y pueden tener un bazo agrandado. Pueden mostrar signos leves de desarrollo lento y no parecen tener ningún dolor, o pueden padecer repentinamente una crisis grave. Su veterinario adaptará el tratamiento a los signos clínicos del animal. Se tratará cualquier infección subyacente y se suspenderá cualquier tratamiento farmacológico innecesario. Debe instaurarse una fluidoterapia que se suplementará con transfusiones sanguíneas si es necesario. También se administran fármacos para inhibir el sistema inmunitario con el fin de detener la destrucción de los glóbulos rojos.

El bloqueo de un vaso sanguíneo en los pulmones por un trozo que se ha desprendido de un coágulo sanguíneo (conocido como tromboembolismo pulmonar) es un riesgo para los perros con anemia hemolítica inmunomediada. La causa primaria es desconocida, pero el riesgo puede disminuir con el tratamiento de apoyo con fluidos y transfusiones de sangre. Los fluidos son importantes para mantener los riñones funcionando adecuadamente y para protegerlos de las concentraciones elevadas de bilirrubina circulante (el pigmento amarillo rojizo en la sangre que causa ictericia). Si el riesgo de formación de coágulos sanguíneos es alto, también se puede administrar medicación anticoagulante.

La anemia hemolítica inmunomediada es una afección médica grave que causa la muerte en el 20-75 % de los animales afectados. El riesgo de muerte depende de los signos que se observen, pero la disminución rápida de los recuentos de glóbulos rojos, los recuentos de glóbulos blancos de moderados a altos, los hematomas anormales y la coagulación excesiva pueden indicar un riesgo mayor. El veterinario de su mascota puede necesitar derivar a su perro a un especialista en medicina interna.

Hemólisis aloinmune

La hemólisis aloinmune se produce cuando los anticuerpos atacan los glóbulos rojos de otro individuo de la misma especie. La isoeritrólisis neonatal es un ejemplo de esta enfermedad y rara vez se observa en perros. Se produce cuando los cachorros maman de una madre cuyo calostro (el líquido amarillento rico en anticuerpos y minerales que se produce después del parto y antes de producir leche verdadera) contiene anticuerpos contra los glóbulos rojos del recién nacido. Los anticuerpos se desarrollan en la madre durante las transfusiones de sangre no compatibles. Los neonatos con isoeritrólisis neonatal son normales al nacer pero desarrollan una anemia hemolítica grave en un plazo de 2 a 3 días y se vuelven débiles e ictéricos. Un veterinario puede realizar pruebas para confirmar el diagnóstico. El tratamiento consiste en suspender la ingestión de calostro mientras se brindan terapias de apoyo con transfusiones. La isoeritrólisis neonatal puede evitarse retirando el calostro de la propia madre del cachorro y dando calostro libre de anticuerpos. Un veterinario puede realizar una prueba para comprobar si hay hemólisis aloinmune antes de que el recién nacido reciba calostro materno.

Hemólisis microangiopática

La hemólisis microangiopática se produce cuando los glóbulos rojos se dañan debido a un flujo turbulento a través de vasos sanguíneos anómalos. Puede observarse en perros con infestaciones graves por el gusano del corazón, tumores en los vasos sanguíneos (p. ej., hemangiosarcoma), torsión del bazo y coagulación intravascular diseminada, una afección en la que se desarrollan pequeños coágulos en todo el torrente sanguíneo, bloqueando los vasos sanguíneos pequeños y agotando las plaquetas y los factores de coagulación necesarios para controlar la hemorragia. El tratamiento requiere la corrección de la enfermedad subyacente.

Causas metabólicas de la hemólisis

En los perros con diabetes, lipidosis hepática (un trastorno del metabolismo de las grasas en el hígado) y síndrome de realimentación (anomalías químicas y de líquidos que se producen durante la recuperación del ayuno o la inanición) se observa una deficiencia de fósforo en la sangre, que produce la destrucción de los glóbulos rojos. El tratamiento recomendado es proporcionar fósforo adicional, ya sea por vía oral o por inyección, según la gravedad de la enfermedad.

Tóxicos (fármacos, plantas, químicos)

Muchas clases de fármacos pueden causar anemia si se ingieren accidentalmente o si su uso prescrito no se controla estrechamente. Estos incluyen medicamentos humanos y animales comunes, como el paracetamol, la aspirina, el naproxeno, la penicilina y muchos otros antibióticos y agentes antiparasitarios. Otros tóxicos causantes de anemia incluyen plantas como el roble, el arce rojo y el helecho; alimentos como habas y cebollas; productos químicos, y metales pesados como cobre, plomo, selenio y zinc. Siempre es importante proporcionar una historia clínica lo más completa posible al veterinario cuando se sospecha anemia, para ayudar a identificar la causa.

Infecciones

Muchas infecciones causadas por bacterias, virus u otros organismos pueden causar anemia, por daño directo a los glóbulos rojos (que conduce a su destrucción) o por efectos sobre los elementos que producen glóbulos rojos en la médula ósea. En los perros, por ejemplo, se sabe que las infecciones que involucran a ciertos microorganismos del género Ehrlichia y Babesia causan anemia.

Enfermedades hereditarias

Diversos trastornos hereditarios de los glóbulos rojos causan anemia. Se observan déficits de piruvato cinasa (una enzima) en Basenjis, Beagles, West Highland White Terriers, Cairn Terriers y otras razas. La deficiencia de fosfofructocinasa (enzima) se produce en los Springer Spaniel Ingleses. Las deficiencias en estas enzimas acortan la vida media de los glóbulos rojos y producen una anemia regenerativa. En los perros con déficit de fosfofructocinasa, la destrucción súbita de glóbulos rojos está causada por un pH alto creado tras una excitación o ejercicio excesivos. Si estas situaciones se minimizan, estos perros pueden tener una esperanza de vida normal. No existe ningún tratamiento para el déficit de piruvato cinasa, y los perros afectados tienen una esperanza de vida más corta debido a anomalías de la médula ósea.

Anemias no regenerativas

Las anemias no regenerativas pueden estar causadas por deficiencias nutricionales, enfermedad crónica, enfermedad renal o enfermedades de la médula ósea.

Deficiencias nutricionales

Las anemias debidas a deficiencias nutricionales se desarrollan cuando los nutrientes necesarios para la formación de glóbulos rojos no están presentes en cantidades adecuadas. La anemia se desarrolla gradualmente y al inicio puede ser regenerativa, pero acaba volviéndose no regenerativa. La inanición causa anemia por una combinación de deficiencias de vitaminas y de minerales, así como un equilibrio negativo entre energía y proteínas. Las deficiencias que tienen mayores probabilidades de causar anemia son las de hierro, cobre, vitamina B12, vitamina B6, riboflavina, niacina y vitamina E.

El déficit de hierro es la deficiencia más frecuentemente observada en perros. Casi nunca tiene origen nutricional: se produce más frecuentemente después de una pérdida de sangre ( ver Anemia por pérdida de sangre). Los animales jóvenes no tienen mucho hierro almacenado, y la leche contiene muy poco hierro. Su veterinario puede recomendar suplementos orales de hierro para los recién nacidos anémicos. Su veterinario también buscará cualquier fuente oculta de pérdida de sangre y la tratará si es necesario.

Las deficiencias en vitamina B son poco habituales. Algunos fármacos, como los anticonvulsivos y los fármacos que interfieren en el metabolismo de la vitamina B, pueden causar anemia. La mala absorción de vitamina B12 se ha descrito en el Schnauzer gigante. Estos perros responden a las inyecciones de vitamina B12.

Anemia de enfermedad crónica

La anemia causada por una enfermedad a largo plazo (crónica) se suele clasificar como leve o moderada y no regenerativa. Es la forma de anemia más frecuente observada en animales. La anemia puede producirse después de una inflamación o infección prolongada, un tumor, enfermedad hepática o trastornos hormonales como hiper- o hipoadrenocorticismo (trastornos de la glándula adrenal) o hipotiroidismo (una glándula tiroides hipoactiva). Las proteínas llamadas citocinas, que se producen por las células inflamatorias, llevan a descensos de la disponibilidad de hierro, y de la capacidad de la médula ósea para regenerarse, lo que da lugar a anemia. El tratamiento de la enfermedad subyacente lleva a la corrección de la anemia. También hay medicamentos disponibles que estimulan la producción de glóbulos rojos, pero pueden causar efectos secundarios.

Enfermedad renal

Una enfermedad renal de larga duración es una causa frecuente de anemia no regenerativa en animales. Los animales con enfermedad renal producen menos cantidad de una hormona renal llamada eritropoyetina que estimula el desarrollo de glóbulos rojos en la médula ósea, provocando anemia. Para el tratamiento se ha utilizado una forma sintética de la hormona. Los animales que reciben el tratamiento necesitan suplementos de hierro para mantener la producción de glóbulos rojos.

Enfermedades de la médula ósea

Las enfermedades o el fallo de la médula ósea por cualquier causa pueden producir anemia no regenerativa y una reducción en el número de todos los tipos de células sanguíneas: rojas, blancas y plaquetas. Cuando la médula está afectada de forma generalizada, se ven afectados primero los glóbulos blancos, seguidos de las plaquetas y, por último, los glóbulos rojos.

La anemia aplásica (anemia en la que la capacidad de la médula ósea para generar todas las células sanguíneas está reducida) se ha descrito en perros. La mayoría de los casos no tienen una causa conocida, pero algunos están causados por infecciones, tratamiento farmacológico, tóxicos o irradiación corporal total. El sistema inmunitario también puede estar implicado en el desarrollo de esta enfermedad. La enfermedad se diagnostica tomando una muestra de médula ósea. Para tratar la afección se debe determinar y eliminar la causa subyacente. También pueden ser necesarios cuidados de apoyo, como antibióticos y transfusiones, y medicamentos que inhiben el sistema inmunitario. Se pueden usar fármacos que estimulen la médula ósea hasta que esta se recupere. Si la enfermedad no tiene causa conocida o si la recuperación de la médula es improbable (p. ej., intoxicación por fenilbutazona en perros), el trasplante de médula ósea es de ayuda si hay un donante adecuado disponible. Sin embargo, el trasplante de médula ósea puede no estar disponible en todas las áreas.

En la aplasia pura de glóbulos rojos solo se ven afectados los glóbulos rojos o los elementos que producen los glóbulos rojos. Se caracterizan por una anemia no regenerativa con reducción grave de los elementos que producen los glóbulos rojos en la médula ósea. Se ha descrito en perros. Los casos que están relacionados con el sistema inmunitario a menudo responden al tratamiento que suprime el sistema inmunitario. Los tratamientos de apoyo, como las transfusiones de sangre, pueden estar indicados para los casos graves. Se ha descrito que una hormona sintética que estimula la producción de células sanguíneas causa aplasia pura de glóbulos rojos en algunos perros. La interrupción del tratamiento hormonal puede llevar finalmente a la recuperación en algunos animales.

Las leucemias primarias son un tipo de cáncer en el que los glóbulos blancos anormales reemplazan a las células sanguíneas normales. Esto provoca anemia y falta de glóbulos blancos y plaquetas normales. Las leucemias primarias son poco frecuentes, pero se han descrito en perros. Las leucemias pueden desarrollarse en la médula ósea o el sistema linfático y se clasifican en agudas (repentinas y a menudo graves) o crónicas (de larga duración, con signos que suelen ser menos graves). Las leucemias agudas, en las que la médula ósea está llena de células sanguíneas inmaduras, suelen responder mal a la quimioterapia. En los animales que sí responden, los tiempos de remisión suelen ser cortos. En la leucemia linfoblástica aguda en perros, la tasa de respuesta a la quimioterapia para el tipo más frecuente de leucemia aguda es de alrededor del 30 %, con cerca de la mitad de los perros con una supervivencia de al menos 4 meses. Otros tipos de leucemia aguda son menos frecuentes y responden aún menos al tratamiento. Las leucemias crónicas, en las que hay un gran aumento de la producción de una línea de células sanguíneas, tienen menos probabilidades de causar anemia y responden mejor al tratamiento.

La mielodisplasia (también llamada síndrome mielodisplásico) es un trastorno de la médula ósea en el que el crecimiento y la maduración de las células productoras de sangre en la médula ósea son defectuosos. Esto produce anemia no regenerativa o escasez de glóbulos blancos o plaquetas. Se considera un síndrome preleucémico (que se produce antes de que la leucemia se desarrolle por completo). La mielodisplasia se produce en perros, gatos y personas. La enfermedad puede producirse como resultado de mutaciones en las células madre o estar causada por tumores en otros órganos o por tratamiento farmacológico. Algunos perros responden al tratamiento con hormonas sintéticas y esteroides. El tratamiento de soporte con transfusiones puede ser útil. Las tasas de supervivencia varían porque la mielodisplasia puede evolucionar hacia la leucemia. Muchos animales con esta enfermedad se eutanasian o mueren por infección, hemorragia o anemia.

La mielofibrosis causa fallo de médula ósea después de que los elementos normales de la médula se reemplacen por tejido fibroso (cicatricial). Puede ser la enfermedad inicial o producirse como resultado de cáncer, anemia hemolítica inmunomediada ( ver Anemia hemolítica inmunomediada), irradiación entera del cuerpo o anemias hereditarias. El diagnóstico puede establecerse por biopsia de la médula ósea, un procedimiento que requiere anestesia. El tratamiento depende de la causa subyacente, pero suele implicar la supresión del sistema inmunitario. Dado que la supresión del sistema inmunitario aumenta las posibilidades de que su mascota contraiga otras enfermedades, siga cuidadosamente las recomendaciones de su veterinario para controlar la exposición a los agentes causantes de enfermedades.

Para más información

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