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Transmisión de las zoonosis entre animales y personas

PorAnna Rovid Spickler, DVM, PhD
Revisado/Modificado feb 2023

Los agentes zoonóticos se adquieren por las mismas vías responsables de la transmisión de patógenos entre animales. Habitualmente, la transmisión implica el contacto estrecho con un animal, por lo general a través de la inhalación, la ingestión u otros mecanismos, lo que da lugar a la contaminación de las membranas mucosas, la piel dañada o, en algunos casos, la piel intacta.

  • Los líquidos corporales, las secreciones y excreciones y las lesiones son fuentes potenciales de infección. El contacto sin protección con los tejidos durante las necropsias a menudo conlleva un alto riesgo de transmisión.

  • En ocasiones están implicados los aerosoles, especialmente en espacios cerrados.

  • Los fómites pueden transmitir algunos agentes; la probabilidad de esta ruta está relacionada con la persistencia del microorganismo en el medio ambiente.

  • Algunos microorganismos se transmiten por ingestión de alimentos o agua contaminados y pueden infectar a un gran número de personas. Las fuentes de patógenos zoonóticos en las enfermedades transmitidas por los alimentos, incluyen la carne poco cocinada u otros tejidos animales (incluidos los mariscos e invertebrados), la leche y los productos lácteos no pasteurizados y las verduras contaminadas.

  • Los insectos vectores, que sirven como portadores biológicos o mecánicos, son importantes en la transmisión de algunos organismos.

El riesgo de contraer una zoonosis puede estar influido por muchos factores, incluyendo la vulnerabilidad del hospedador, las posibles vías de transmisión, el número de organismos excretados por el animal, la dosis infectiva y la capacidad del agente para cruzar la barrera entre especies. Algunos patógenos, como Bacillus anthracis, infectan fácilmente a las personas con una exposición apropiada; otras son zoonosis poco frecuentes incluso cuando la exposición es frecuente.

Las actividades de ocio y profesionales de una persona, los viajes y la propiedad de una mascota pueden definir su riesgo de adquirir ciertas zoonosis:

  • El contacto con el suelo durante la jardinería o los juegos infantiles conlleva un riesgo de infección con patógenos que residen temporal o permanentemente en el suelo, como Toxocara spp o Sporothrix schenckii.

  • La práctica veterinaria, las actividades agrícolas y la posesión de animales de compañía son peligros obvios.

  • Los animales de compañía no tradicionales (nuevos animales de compañía) tienen una probabilidad muy alta de infectarse con agentes zoonóticos, especialmente cuando se los captura directamente del medio silvestre. Durante un brote de viruela del simio en EE. UU., este virus se propagó desde los roedores africanos, importados como mascotas, a los perros de la pradera y luego a las personas.

  • Las actividades que acercan a las personas a la vida silvestre, como la caza, la pesca y las acampadas, pueden dar lugar a la exposición a organismos transportados por animales silvestres (p. ej., Francisella tularensis, Yersinia pestis y Leptospira spp) o transmitida por vectores artrópodos (p. ej., Borrelia burgdorferi o el virus del Nilo Occidental). Los cazadores, en particular, pueden entrar en contacto con patógenos en los tejidos animales durante el despiece.

  • Los perros, los gatos, los animales de producción o las aves también pueden acercar algunos patógenos de la fauna silvestre a los humanos. El animal puede infectarse directamente con el agente, ya sea clínica o subclínicamente, o puede actuar como hospedador transportador de artrópodos infectados como las garrapatas.

  • La popularidad del ecoturismo ha dado lugar a una mayor exposición a algunas enfermedades exóticas de la fauna silvestre.

  • Algunas zoonosis pueden estar relacionadas con prácticas culturales como el consumo de carne, pescado, gasterópodos o moluscos crudos.

Una vez que una persona se ha contagiado de una enfermedad zoonótica, a veces puede transmitirse de persona a persona. El riesgo varía según el agente específico, su capacidad para diseminarse fácilmente en los seres humanos y las vías de transmisión. A menudo, las personas con mayor riesgo son los trabajadores sanitarios y los familiares cercanos. Sin embargo, las enfermedades como la peste tienen el potencial de extenderse ampliamente en las poblaciones humanas bajo ciertas condiciones.

Algunas enfermedades zoonóticas no son contagiosas durante un contacto casual, pero pueden transmitirse por transfusión o trasplante de órganos, o de la madre al feto en el útero. Una variedad particularmente amplia de agentes, desde parásitos enquistados hasta virus latentes, son potencialmente transferibles a los trasplantes de órganos. Estos agentes, que pueden haber estado bien controlados en el donante, pueden reactivarse en el receptor, que está inmunodeprimido por los fármacos que se toman para prevenir el rechazo. La transfusión también puede eludir las barreras normales si el agente se encuentra en la sangre en el momento de la donación. El agente de la encefalopatía espongiforme bovina, por ejemplo, suele transmitirse de un hospedador a otro solo por ingestión de tejidos; sin embargo, puede hacerlo en sangre transfundida.

Puntos clave

  • El riesgo de contraer una enfermedad zoonótica puede estar influenciado por muchos factores que van desde la capacidad intrínseca del agente para saltar las barreras entre especies hasta factores recreativos y ocupacionales que aumentan la exposición.

  • Algunos agentes zoonóticos que infectan a los humanos pueden transmitirse de persona a persona.

Para más información

  • Consulte también la información para propietarios sobre la zoonosis.