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Principios terapéuticos de la enfermedad cardiovascular en animales

PorSuzanne M. Cunningham, DVM, DACVIM-Cardiology;Kursten V. Pierce, DVM, DACVIM-Cardiology
Última revisión/modificación jun 2020

ver Farmacoterapia sistémica del sistema cardiovascular.

Aunque el tratamiento es específico de cada enfermedad, a continuación se presentan algunos objetivos generales del tratamiento de la enfermedad cardiaca:

  1. El estiramiento crónico de las fibras miocárdicas debería ser minimizado porque daña los cardiomiocitos, los hace consumir cantidades excesivas de oxígeno y provoca su muerte y reemplazamiento por tejido conectivo fibroso (remodelación).

  2. El líquido de edema debe ser evacuado porque hace que los pulmones estén húmedos, pesados y rígidos, y causa alteraciones de ventilación-perfusión, perjudica la difusión de oxígeno y fatiga los músculos de la ventilación.

  3. El gasto cardiaco debería ser mejorado y la cantidad de regurgitación (con mayor frecuencia regurgitación mitral) disminuirse. La mejora del gasto cardiaco facilita el flujo sanguíneo hacia los órganos importantes y la reducción de la regurgitación mitral disminuye el estiramiento y reduce las presiones de la aurícula izquierda y las venas pulmonares, reduciendo así la presión capilar pulmonar y la formación de edema.

  4. La frecuencia cardiaca y el ritmo deberían ser regulados. Un corazón que late demasiado lentamente no consigue expulsar la sangre suficiente, mientras que un corazón que late demasiado rápidamente no tiene tiempo de llenarse de forma adecuada (disminuye volumen sistólico) y consume demasiado oxígeno en un momento en el que hay un flujo sanguíneo coronario demasiado pequeño. Un corazón que late demasiado irregularmente puede deteriorarse hacia la fibrilación ventricular y la muerte súbita.

  5. La oxigenación de la sangre se debe mejorar. La oxigenación inadecuada conduce a una inadecuada energía para alimentar tanto la contracción como la relajación del miocardio. La oxigenación inadecuada del miocardio también puede llevar a una fibrosis miocárdica y arritmia.

  6. Se debe minimizar la posibilidad de tromboembolia. Los gatos con cardiomiopatías pueden enviar émbolos de la aurícula izquierda dilatada, que pueden bloquear ramas arteriales principales y producir isquemia y muerte.

  7. Las dirofilarias adultas y las microfilarias deben eliminarse. Las dirofilarias adultas pueden iniciar cambios graves en las arterias pulmonares que en último término impidan el flujo sanguíneo a través del pulmón.

Los objetivos finales del tratamiento de la enfermedad cardiovascular se alcanzan cuando el tratamiento resuelve los signos clínicos presentes, las frecuencias respiratoria y cardiaca no están aumentadas en reposo y hay buena calidad de vida para la mascota y el propietario. El tratamiento de la enfermedad cardiovascular puede incluir el tratamiento con medicamentos, procedimientos quirúrgicos o intervencionistas, ejercicio y modificaciones de la dieta, o una combinación de estos tratamientos.

Agentes terapéuticos habituales

La furosemida es un diurético de asa que disminuye la reabsorción de sodio, cloro y potasio en la rama ascendente gruesa del asa de Henle. También es venodilatador cuando se usa por vía IV. Es el medio más importante y eficaz para eliminar el líquido edematoso de los animales con insuficiencia cardiaca y a menudo la forma más rápida de salvar su vida en un corto periodo de tiempo. En casos de insuficiencia cardiaca refractaria, la diuresis con furosemida puede aumentarse empleando diuréticos derivados de las tiazidas (p. ej., hidroclorotiazida). Las tiazidas suprimen la reabsorción de sodio y agua de los túbulos distales renales. Cuando se usa un diurético de asa con un derivado de las tiazidas, la capacidad de los riñones de retener agua se reduce drásticamente y pueden producirse deshidratación e hipopotasemia. Esto puede manifestarse por un empeoramiento de la azoemia, y los valores renales deben vigilarse estrechamente en animales con múltiples diuréticos. La torsemida es un diurético de asa que es 10-20 veces más potente que la furosemida; se suele reservar para la insuficiencia cardiaca congestiva refractaria o en los casos de sospecha de resistencia diurética a la furosemida.

Tabla
Tabla

El pimobendán, un agente sensibilizante al calcio e inhibidor de la fosfodiesterasa, es un inodilatador (es decir, un inótropo positivo y un vasodilatador). Se ha demostrado que el pimobendán mejora la calidad de vida de los perros con ICC, retrasa la aparición de la insuficiencia cardiaca congestiva en perros preclínicos con enfermedad degenerativa de la válvula mitral basada en h y mejora la supervivencia en perros con insuficiencia cardiaca congestiva. El pimobendán no está aprobado para su uso en gatos, pero puede ser beneficioso en gatos con insuficiencia cardiaca (que no presentan signos de obstrucción del tracto de salida). La amrinona y la milrinona, análogos de la teofilina que bloquean otras formas de fosfodiesterasa, son potentes inodilatadores IV. Sin embargo, se han asociado con peores resultados en personas con insuficiencia cardiaca congestiva y no se usan con frecuencia.

El enalapril, el benazepril, el lisinopril y el ramipril son inhibidores de la ECA y se usan con frecuencia para la insuficiencia cardiaca en perros. Todos son igualmente eficaces en el bloqueo de la conversión de angiotensina I en angiotensina II. Minimizan la remodelación de los vasos sanguíneos y del miocardio. Son parte del tratamiento básico de la enfermedad cardiaca avanzada y la insuficiencia cardiaca.

El pimobendán y los inhibidores de la ECA han demostrado ser seguros y eficaces para tratar adecuadamente los perros con insuficiencia cardiaca. La furosemida y la digoxina están aprobados, pero sin datos probados de seguridad o eficacia. El uso de otros agentes para el manejo de la insuficiencia cardiaca o trastornos del ritmo está basado en pruebas anecdóticas o en informes médicos y experiencia clínica incontrolada.

La espironolactona es un diurético ahorrador de potasio que bloquea los efectos de la aldosterona. Como las tiazidas, ejerce su efecto principalmente en el túbulo contorneado distal. Aunque la espironolactona mantiene eficazmente los niveles de potasio, los datos sugieren que no induce un efecto diurético significativo. Sin embargo, la espironolactona reduce al máximo las modificaciones de los vasos sanguíneos y del corazón, y actúa como inhibidor de la ECA y como betabloqueante, se ha demostrado que reduce los signos y prolonga la vida de los humanos y quizás de los perros con insuficiencia cardiaca. La aldactazida, una combinación de diuréticos que consiste en espironolactona e hidroclorotiazida, puede usarse en casos de insuficiencia cardiaca congestiva refractaria. Los valores renales deben controlarse estrechamente debido al riesgo de empeoramiento de la azoemia y la insuficiencia renal con el tratamiento con aldactazida. La amilorida y el triamtereno también son diuréticos ahorradores de potasio; sin embargo, estos fármacos no se usan comúnmente en medicina veterinaria.

Tanto la procainamida como la quinidina, antiarrítmicos de clase I utilizados antiguamente para controlar arritmias ventriculares, han sido sucedidos por los antiarrítmicos de clase III sotalol y amiodarona, y por el antiarrítmico de clase IB mexiletina para el tratamiento de arritmias ventriculares malignas. El sotalol se usa para tratar taquiarritmias tanto supraventriculares como ventriculares, y es particularmente eficaz en el tratamiento de los Boxer con cardiomiopatía o displasia arritmogénica del ventrículo derecho, ya sea solo o en combinación con mexiletina. La amiodarona es útil para tratar todas las formas de arritmias, incluidas las arritmias ventriculares y el control de la frecuencia o la conversión de la fibrilación auricular o el aleteo auricular. La hepatotoxicidad y la disfunción tiroidea son efectos adversos potenciales de la amiodarona; por lo tanto, las enzimas hepáticas, los niveles séricos de amiodarona y los niveles tiroideos deben controlarse periódicamente durante todo el tratamiento. La lidocaína, un antiarrítmico de clase IB, se usa solo por vía IV para tratar las arritmias ventriculares en urgencias, como son la taquicardia ventricular sostenida o el fenómeno de R sobre T.

El atenolol, el propranolol, y el metoprolol son betabloqueantes orales, y el esmolol es un betabloqueante IV. Estos fármacos disminuyen la frecuencia cardiaca, suprimen las arritmias y regulan los receptores adrenérgicos. El carvedilol es un bloqueador alfa- y beta-adrenérgico que también capta radicales libres de oxígeno. Como los inhibidores de la ECA y la espironolactona, se ha demostrado que el carvedilol prolonga la vida y reduce los síntomas en personas con insuficiencia cardiaca; sin embargo, los betabloqueantes no se suelen recomendar para su uso en animales con insuficiencia cardiaca congestiva activa. Los betabloqueantes se usan a menudo para tratar perros con estenosis subaórtica o pulmonar y para la obstrucción dinámica del flujo de salida en gatos con cardiomiopatía hipertrófica.

El diltiazem es un bloqueante de los canales de calcio utilizado para disminuir la frecuencia ventricular en los animales con fibrilación auricular o taquicardia supraventricular por disminución de la conducción del nodo AV. También se usa ocasionalmente en gatos con cardiomiopatía hipertrófica y obstrucción del tracto de salida. El diltiazem se usa a menudo junto con la digoxina cuando la monoterapia no controla suficientemente la frecuencia cardiaca.

Los glucósidos digitálicos ejercen sus efectos inhibiendo la Na+/K+-ATPasa de membrana. Se aumenta el sodio intracelular, el cual activa la bomba Na/Ca que incrementa el calcio intracelular. La digoxina aumenta la fuerza de contracción miocárdica (en menor grado), disminuye la frecuencia cardiaca y mejora la función de los barorreceptores. La digoxina tiene un índice terapéutico estrecho; por lo tanto, los niveles séricos deben controlarse (y mantenerse en el extremo inferior del rango terapéutico) y los animales deben controlarse estrechamente para detectar signos de intoxicación (vómitos, diarrea, inapetencia, arritmogénesis).

La atropina y el glicopirrolato son medicamentos anticolinérgicos IV que bloquean los efectos del nervio vago sobre el nodo SA. Debido a que el nervio vago disminuye la descarga del nodo SA y la frecuencia cardiaca, estos compuestos aceleran la frecuencia cardiaca y pueden ser útiles cuando el corazón late demasiado lentamente, como en el bloqueo AV, síndrome del seno enfermo o en la bradicardia por anestesia.

El sildenafilo es un potente inhibidor de la fosfodiesterasa que se usa para tratar la hipertensión pulmonar de moderada a grave en perros. Se ha demostrado que el sildenafilo mejora la intolerancia al ejercicio y la calidad de vida en personas y perros con hipertensión pulmonar a través de la vasodilatación arterial pulmonar. También puede haber efectos beneficiosos adicionales sobre la remodelación vascular y la función cardiaca.

La nitroglicerina es un venodilatador que se suele aplicar en forma de pasta en la piel o las membranas mucosas; la venodilatación hace que la sangre se acumule en las venas periféricas dilatadas y en los órganos esplácnicos, disminuyendo la precarga ventricular izquierda y el edema pulmonar. El nitroprusiato de sodio es otro nitrato que es un dilatador venoso y arterial. El nitroprusiato puede administrarse IV para tratar la insuficiencia cardiaca congestiva fulminante aguda. Estos dos medicamentos nunca deben administrarse simultáneamente con el sildenafilo, porque puede producirse hipotensión potencialmente mortal.

El ácido acetilsalicílico, el clopidogrel, la dalteparina, la enoxaparina y la cumarina son antitrombóticos que pueden prevenir la tromboembolia en los gatos con cardiomiopatía. El rivaroxabán y el apixabán son inhibidores orales del factor Xa que pueden resultar útiles para la tromboprofilaxis en gatos y perros, aunque se necesitan más estudios para evaluar su dosificación y seguridad. La taurina y la L-carnitina son aminoácidos utilizados para prevenir y tratar la cardiomiopatía nutricional dilatada en los gatos y perros con deficiencias de los mismos.

La melarsomina se usa para matar las dirofilarias adultas; la ivermectina, la moxidectina, la milbemicina y la selamectina son fármacos preventivos utilizados para matar las larvas en estadio L3 y L4 y reducir lentamente las concentraciones de microfilarias. Se debe administrar doxiciclina para tratar Wolbachia, una bacteria intracelular que tiene una relación simbiótica con los gusanos del corazón. Tratando Wolbachia se consigue obtener gusanos adultos debilitados y poco productivos con una fecundidad reducida y contribuir a la muerte de las microfilarias.

Para más información

Consulte también la información para propietarios sobre el tratamiento de la enfermedad cardiovascular en perros, gatosy caballos.