Dado que las hormonas circulan en pequeñas cantidades por la sangre, su medida exacta requiere efectuar pruebas sensibles, por lo general en forma de inmunoensayo competitivo.
El método original es el radioinmunoensayo, que usa un anticuerpo dirigido contra la hormona y una forma de radiomarcador de la hormona. La hormona marcada compite con la hormona sin marcar por los sitios de unión de los anticuerpos.
Una curva estándar que contiene las cantidades conocidas de hormona se usa por comparación para calcular la concentración de la hormona en las muestras del paciente. El uso de marcadores radiactivos permite la detección de concentraciones bajas de hormona, que típicamente circulan en el rango picomolar (10–12) o nanomolar (10–9).
Los marcadores no radioactivos (p. ej., quimioluminiscencia), los ensayos tipo sándwich y los métodos de ELISA se han desarrollado para la medición hormonal. Los instrumentos en el punto de atención o en la clínica diseñados para la medición hormonal también son de uso común en las prácticas veterinarias.
Se siguen produciendo avances en los métodos en el punto de atención. Por ejemplo, una nueva plataforma de ensayo que utiliza tecnología de ondas acústicas masivas está disponible para medir la ACTH, el cortisol, la T4 libre y las concentraciones de hormona estimulante de la tiroides (TSH) canina y felina.
La medición con la máxima precisión en las especies veterinarias presenta algunos desafíos únicos, porque las concentraciones normales de una hormona específica pueden variar sustancialmente entre distintas especies. Por ejemplo, las concentraciones totales normales de T4 en perros y gatos son ~4 veces inferiores a las de los humanos.
La reactividad cruzada es una limitación preocupante. Las hormonas proteicas y polipeptídicas varían en su composición de aminoácidos y en otras formas estructurales (p. ej., patrones de glucosilación) a través de las distintas especies. Como consecuencia, los anticuerpos desarrollados contra una hormona en particular no pueden reconocer el material de otra especie.
Finalmente, aunque las hormonas esteroideas son estructuralmente idénticas a través de las distintas especies (el cortisol en perros es idéntico al de los humanos), las sustancias presentes en el suero de una especie dada pueden en ocasiones interferir en un ensayo, lo que conduce a resultados inexactos. En general, es importante que un laboratorio que proporciona la medición de una hormona en particular en una especie demuestre que la prueba es válida para la especie dada y que el laboratorio ha establecido los rangos normales.