Síndrome del cordero araña
La condrodisplasia hereditaria, o síndrome del cordero araña, es una enfermedad musculoesquéletica hereditaria, semimortal, que afecta a los corderos, principalmente las razas Suffolk o Hampshire. Dado que el síndrome es un trastorno genético recesivo, un cordero solo se ve afectado si ambos padres transmiten la mutación. Por lo tanto, es fundamental identificar a los portadores, que son animales estructuralmente normales con una sola copia de la mutación. La localización del locus que causa el síndrome del cordero araña es a lo largo del extremo distal del cromosoma 6 ovino.
Esta mutación causa una inactivación del receptor 3 del factor de crecimiento de fibroblastos normal, que produce sobrecrecimiento esquelético en animales homocigotos para el gen. Los corderos tienen una desviación medial pronunciada del carpo y del corvejón y no pueden mantenerse en pie sin dificultad. Los cambios patológicos en el cráneo revelan una curvatura de la silueta dorsal, produciendo un aspecto de "nariz romana" y una elongación estrechada de los cóndilos occipitales. Las vértebras torácicas y lumbares son moderadamente cifóticas, produciéndose una curvatura de la línea dorsal. Las esternebras están desviadas dorsalmente, lo que provoca un aplanamiento del esternón. Las extremidades torácicas tienen una desviación medial de las articulaciones carpales, con un arqueo del radio y del cúbito, y un engrosamiento del cartílago de la placa de crecimiento. Las extremidades pélvicas tienen los corvejones desviados medialmente y las tibias arqueadas, las cuales también tienen placas de crecimiento engrosadas, irregulares. La atrofia muscular también predomina. La regulación del factor de crecimiento seudoinsulínico (IGF) hepático y de las proteínas captadoras de IGF puede estar implicado en las manifestaciones físicas de este trastorno. Se sugiere que este trastorno es heredado en un patrón recesivo autosómico simple.