Cortesía del Dr. Ronald Green.
Las fracturas de los huesos del tarso central y tercero ocurren con mayor frecuencia en caballos Standardbred o Pura Sangre Ingleses de carreras. Las fracturas suelen causar una cojera grave de inicio agudo. La cojera se exacerba por la flexión del tarso. Las fracturas agudas pueden estar asociadas con calor, tumefacción y dolor a la palpación sobre los huesos tarsales distales; puede haber derrame articular tarsocrural. El diagnóstico se establece mediante radiografía, pero las fracturas pueden no ser visibles hasta 7-14 días después de la lesión, cuando se produce la reabsorción ósea en la línea de fractura. La TC o la gammagrafía ósea pueden ser útiles para el diagnóstico si se sospecha una fractura, pero no es evidente radiológicamente. Pueden producirse configuraciones variables de fractura. Los caballos pueden tratarse quirúrgicamente con fijación con tornillos de tracción o de forma conservadora, según la configuración de la fractura. El pronóstico depende de la configuración de la fractura.