Se cree que las grietas en la pared del casco se producen principalmente debido a fuerzas excesivas aplicadas sobre la pared del casco y el tejido germinal del rodete coronario. Se propone que el herraje no permite que la pared del casco se expanda normalmente al soportar el peso y que se forman habitualmente grietas en los cuartos en la colocación del clavo caudal, porque la pared del casco se deformará caudalmente al clavo pero no cranealmente a este. Esto colocaría fuerzas anormales sobre el tejido laminar y el tejido germinal del rodete coronario en ese punto, dando lugar a un defecto en el crecimiento del estrato córneo que aparece como una fisura. La misma fuerza excesiva en un cuarto puede ocurrir con una herradura en la que la rama es demasiado corta (ya sea debido a la colocación de una herradura que es demasiado pequeña o a un intervalo inapropiado entre el reajuste de la herradura), dando lugar a una presión excesiva y tensión de la pared en el punto donde la herradura termina en el cuarto. También se cree que las grietas de los cascos se producen en los caballos herrados debido al hecho de que el casco se expande de forma anormal entre las pestañas más medial y lateral, provocando la interrupción de la formación de túbulos en el rodete coronario.
El signo más obvio es una fisura en el tejido córneo que se origina desde el rodete coronario. Puede haber cojera, según el grado de inestabilidad de la pared o la presencia de sepsis submural. Si la infección está establecida, puede producirse una descarga purulenta y signos de inflamación y cojera.
En primer lugar, el tratamiento consiste en un recorte adecuado del casco para eliminar las fuerzas anormales en el rodete coronario y la pared. Una vez que el herrador y el veterinario están satisfechos de que el casco está respondiendo al recorte correctivo y al herraje (incluida la aplicación de una herradura), se debe desbridar la grieta (por lo general con una herramienta giratoria) y tratar cualquier humedad o sepsis con el antiséptico apropiado y/o agentes astringentes (p. ej., yodo al 2 %) hasta que la grieta esté seca. A continuación, se aplican múltiples alambres a través de la grieta para estabilizarla. Los alambres se pueden colocar alrededor de tornillos metálicos colocados en la pared del casco a cada lado de la grieta o a través de pequeños orificios perforados a través del tejido córneo de la pared del casco en cada lado y saliendo a través de la grieta. La grieta puede rellenarse con un acrílico elástico o con masilla, pero es fundamental que no haya humedad ni sepsis. Se puede colocar un tubo fenestrado entre la parte más profunda de la grieta y el acrílico para permitir el drenaje. Entonces se venda el casco hasta que exista sea evidente la formación de tejido córneo nuevo.