La rotura completa de un ligamento cruzado suele ser una lesión catastrófica que produce cojera grave e inestabilidad articular. Las distensiones y la rotura parcial de los ligamentos cruzados craneal y caudal pueden producir cojera variable según la gravedad de la lesión. A veces hay derrames de las articulaciones femororrotuliana o femorotibial. La cojera suele mejorar con la anestesia intraarticular de las articulaciones femorotibiales. En algunos caballos los cambios radiográficos pueden ser evidentes en los sitios de unión del ligamento con formación de entesiofitos o áreas focales de radiolucidez. La ecografía de los ligamentos cruzados es difícil, pero puede mostrar algunas lesiones. Sin embargo, en muchos caballos, el diagnóstico solo se confirma mediante un examen artroscópico.
El tratamiento conservador, que implica reposo, AINE sistémicos y corticoesteroides intraarticulares, está indicado en caballos con lesiones agudas. Si los caballos no responden al tratamiento conservador se recomienda la cirugía artroscópica para desbridar las fibras ligamentarias sueltas y desgarradas.
El pronóstico del retorno a la función atlética depende de la gravedad de la lesión. Los caballos con rotura completa tienen un pronóstico grave. Los caballos con lesiones de moderadas a graves tienen un mal pronóstico para volver a la función atlética, mientras que los caballos con lesiones leves tienen un pronóstico favorable.