Los huesos sesamoideos se mantienen en posición por las ramas del ligamento suspensor proximalmente y por varios ligamentos sesamoideos distalmente. A causa del gran estrés sobre el menudillo durante el ejercicio rápido, la porción abaxial de los huesos sesamoideos proximales es sensible a lesiones relacionadas con el estrés. La sesamoiditis es una afección clínicamente distintiva; sin embargo, está mal caracterizada patológicamente.
Los signos clínicos son similares pero menos graves que los resultantes de una fractura de los sesamoideos. Según la extensión de la lesión, habrá grados variables de cojera y tumefacción. El dolor y el calor serán evidentes a la palpación, y al flexionar la articulación del menudillo. La evidencia radiográfica de sesamoiditis implica osteofitos periarticulares, entesiofitos, osteólisis focal y canales vasculares agrandados (o defectos lineales en el margen abaxial de los huesos sesamoideos proximales). Existen escalas de graduación para la sesamoiditis y se observan especialmente los canales vasculares en las radiografías. La gravedad de la sesamoiditis en las radiografías se ha relacionado con una disminución en el rendimiento en carreras en un estudio. En otro estudio, cuando había signos radiográficos significativos de sesamoiditis, los caballos tenían un riesgo 5 veces mayor de desarrollar signos clínicos de lesión de la rama del ligamento suspensor con el inicio del entrenamiento.
El tratamiento recomendado es el reposo forzado y el tratamiento sintomático para combatir la inflamación y el dolor. La inserción de los ligamentos suspensores también debe evaluarse cuidadosamente mediante ecografía para detectar lesiones concomitantes.