La enfermedad ortopédica del desarrollo se manifiesta en la articulación escapulohumeral (hombro) principalmente como lesiones subcondrales parecidas a quistes (quistes óseos) que afectan a la glenoides de la escápula o como osteocondritis disecante de la cabeza humeral. Además, una afección casi exclusiva de los ponis miniatura, causada por displasia de la articulación y atribuible a hipoplasia de las superficies articulares, produce inestabilidad y artritis secundaria.
Lesiones similares a quistes subcondrales:
Los quistes óseos pueden desarrollarse en la cavidad glenoidea de la articulación del hombro. Pueden comunicarse o no con la articulación del hombro y responder de forma variable a la anestesia intraarticular. Aunque forman parte del complejo de la enfermedad ortopédica del desarrollo, los signos pueden no ser evidentes hasta que el animal está maduro. Al igual que otras manifestaciones de este síndrome, es posible que la cojera no se convierta en una característica hasta que el animal comience a trabajar (por lo general, con un ejercicio temprano). En ocasiones, los quistes óseos pueden ser una causa de cojera en un caballo viejo, habiendo permanecido inactivo durante la mayor parte de la vida del animal; la razón de estos casos de aparición tardía no está clara.
El diagnóstico se establece por localización con anestesia intraarticular, por exclusión de la enfermedad de las extremidades inferiores o, a veces, por gammagrafía. Las radiografías deben documentar la lesión, aunque algunos quistes son demasiado pequeños para ser vistos.
El tratamiento en los caballos jóvenes consiste en reposo con la esperanza de que el quiste se remodele para que no cause dolor; sin embargo, esto ocurre solo en raras ocasiones. La medicación intraarticular puede aliviar la cojera, pero normalmente solo de forma transitoria. Algunas preparaciones modificadoras de la enfermedad son prometedoras (p. ej., suero acondicionado autólogo) y algunos clínicos favorecen el uso de glucosaminoglucanos sistémicos. El desbridamiento quirúrgico es difícil en la mayoría de los casos, porque la localización del quiste y la lesión del cartílago articular que causa la osteoatritis secundaria pueden limitar su eficacia; sin embargo, puede tener mucho éxito. La inyección de corticoesteroides directamente en el quiste a través de un abordaje extraarticular podría ser apropiada, pero la falta de imágenes tridimensionales de esta región en los caballos hace que el abordaje sea difícil de planificar.
Osteocondritis disecante
La alteración del cartílago y del desarrollo óseo en la cabeza humeral puede dar lugar a debilidad dentro del cartílago articular que puede producir erosión o formación de un colgajo libre de cartílago. Normalmente, la parte caudal de la cabeza está afectada, o al menos es la parte más evidente en las radiografías. En otras articulaciones la osteocondritis disecante a menudo se puede tratar con éxito con desbridamiento artroscópico. Desafortunadamente, el acceso a la articulación del hombro está muy restringido y, en la mayoría de los casos, no se puede ver ni tratar la extensión completa de la lesión. La resolución clínica en todos los casos excepto en los más leves en caballos jóvenes es rara. Se ha probado el reposo y varios medicamentos, con poco éxito descrito.
Displasia escapulohumeral:
Aparentemente única en las razas miniatura, esta afección surge de un desajuste entre el tamaño de la cabeza glenoidea y humeral. Esto causa inestabilidad de la articulación y artritis secundaria. Aunque indudablemente es un problema del desarrollo, probablemente con un grado significativo de heredabilidad, muchos casos no se presentan hasta que el animal es adulto, y la historia es a menudo de cojera de inicio súbito. En la exploración física, la atrofia del músculo proximal de la extremidad es a menudo profunda y la cojera considerable. Estos factores, junto con la predisposición racial y el signo frecuentemente presente de resentimiento por la manipulación proximal de las extremidades, hacen que la localización sea sencilla. Las radiografías revelan la presencia de osteoartritis y subluxación variable de la articulación escapulohumeral. Las proyecciones oblicuas pueden mostrar una erosión profunda de la cabeza humeral en los casos graves. La destrucción generalizada de la articulación produce un "punto caliente" en una gammagrafía ósea, si se realiza. No existe un tratamiento sencillo. La mayoría de los casos se presentan en un estadio tan avanzado que incluso los cuidados paliativos son imposibles; en estas situaciones se debe considerar la eutanasia humanitaria. Se ha descrito la artrodesis quirúrgica, pero rara vez se realiza.