Cabalgamiento (superposición) de las apófisis espinosas
La localización más común del cabalgamiento de las apófisis espinosas es el segmento vertebral entre T10 y T18, aunque estas lesiones también se identifican entre L1 y L6. Pueden observarse hallazgos anómalos en la parte dorsal de las apófisis espinosas, donde su identificación es fácil; incluyen cabalgamiento y lesiones dominantes. Pueden identificarse diferentes grados (grado 1: estrechamiento del espacio interespinal; grado 2: densificación de los márgenes; grado 3: lisis ósea adyacente a los márgenes; grado 4: remodelación grave). También se pueden observar hallazgos anómalos en la parte ventral de las apófisis espinosas y pueden afectar a los ligamentos interespinales o estar asociados con osteoartrosis de las apófisis articulares. Su gravedad puede establecerse utilizando el mismo sistema de clasificación; su incidencia clínica parece mayor.
La incidencia del cabalgamiento de las apófisis espinosas parece variar según la disciplina/uso del caballo y los efectos biomecánicos de los movimientos y ejercicios específicos en el lomo. Estas lesiones se suelen encontrar con frecuencia en caballos de carreras y parecen ser toleradas en muchos de ellos. Son bastante raros en los Standardbreds, pero cuando están presentes, su probabilidad de causar dolor parece mayor. En los caballos de deporte se observan signos y una frecuencia intermedia. Se pueden encontrar cabalgamiento de las apófisis espinosas en caballos de carreras y deportivos sin dolor lumbar e incluso con movilización toracolumbar normal activa y pasiva. Por lo tanto, la importancia clínica de estas lesiones debe evaluarse cuidadosamente en cada caso. Una ayuda útil para el diagnóstico de esta afección puede obtenerse mediante inyección de anestésico local en los espacios interespinosos afectados. El tratamiento médico incluye inyecciones locales de esteroides y/o terapia de ondas de choque, así como la rehabilitación mediante ejercicios tolerados después de un calentamiento progresivo a un galope lento. Se ha recomendado el tratamiento quirúrgico para esta afección, siendo la más frecuente la resección quirúrgica de las apófisis espinosas afectadas y se ha descrito como eficaz en el tratamiento de esta afección. Se han descrito varias técnicas diferentes para este tratamiento quirúrgico.
Fracturas
A veces se observan múltiples fracturas de las apófisis espinosas de T4-T10 en caballos que se han encabritado y caído hacia atrás. Las crestas y los centros de osificación se fracturan y desplazan lateralmente. Después de que el dolor inicial y la reacción local han remitido, la recuperación es a menudo satisfactoria, sin un efecto permanente sobre el rendimiento, aunque una deformación persistente de la cruz puede requerir cierta adaptación de la montura.
Desmopatías
Las desmopatías agudas o subagudas pueden identificarse ecográficamente, porque muestran engrosamiento dorsoventral o transversal del ligamento, ecogenicidad alterada y alteración evidente del patrón longitudinal lineal. Se pueden observar tanto en el plano medio como asimétricamente. En lesiones antiguas o crónicas, el ligamento a menudo permanece más grueso, con una ecogenicidad reducida y un patrón arquitectónico irregular. Las imágenes hiperecoicas con o sin sombras acústicas son compatibles con la mineralización o calcificación del ligamento supraespinoso. La alteración de la superficie ósea de la parte superior de las apófisis espinosas indica desmopatía por inserción (entesopatía) del ligamento supraespinoso. La importancia de los hallazgos puede ser difícil de probar definitivamente, porque pueden observarse anomalías ecográficas tanto en caballos sanos como lesionados.