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Trastornos multifocales congénitos y hereditarios del sistema nervioso en animales

PorRebecca A. Packer, DVM, DACVIM-Neurology
Última revisión/modificación sept 2020

Grandes animales

El síndrome del ternero tembloroso es un trastorno neurodegenerativo que se observa en terneros Hereford. Los animales afectados muestran un marcado temblor en las primeras horas de vida, dificultad para levantarse, marcha rígida y pérdida de voz; los signos progresan a paraplejia espástica. Hay una excesiva acumulación de neurofilamentos dentro de las neuronas del sistema nervioso central, periférico y autónomo.

La deficiencia de vitamina A en cerdas puede producir incoordinación, ladeo de cabeza, parálisis de los miembros pélvicos, pedaleo y lesiones oculares en los lechones. Se observan anomalías graves en los ojos, el cráneo y el cerebro en terneros afectados congénitamente nacidos de madres con deficiencia de vitamina A. Dado que se trata de anomalías congénitas en la descendencia de cerdas o madres con déficit de vitaminas, no existe tratamiento para la descendencia afectada. El tratamiento de las cerdas y madres deficientes puede prevenir esta anomalía congénita en la descendencia.

Trastornos metabólicos generalizados y del almacenamiento lisosómico del sistema nervioso en animales

La enfermedad de la orina del jarabe de arce es una enfermedad autosómica recesiva que causa una aminoaciduria como resultado de una deficiencia de una enzima mitocondrial, la cetoácido descarboxilasa de cadena ramificada (BCKADH), en terneros Hereford. Los terneros afectados están embotados, se quedan en decúbito esternal 2-4 días y acaban teniendo opistótonos. Las lesiones histológicas son graves y consisten en un estado esponjoso generalizado del SNC.

Esfingolipidosis

La leucodistrofia de células globoides es una enfermedad hereditaria que presenta lesiones en el cerebelo, el puente, el bulbo raquídeo y la médula espinal, caracterizada por desmielinización y llamada así por la acumulación perivascular de macrófagos (células globoides). se ha descrito en ovejas Dorset de 4-18 meses de edad. Pueden observarse reflejos tendinosos exagerados, parálisis ascendente y signos cerebelares. La actividad de la enzima galactosilceramida beta-galactosidasa en los animales afectados es <6 % de los controles.

La gangliosidosis GM1 se ha visto en terneros consanguíneos Holstein. Los signos clínicos se vuelven evidentes en la primera semana de vida y consisten en depresión, balanceo de los cuartos traseros, aversión al movimiento y rigidez. La muerte se produce en 6-8 meses.

La gangliosidosis GM2 causa hipermetría y debilidad en los lechones Yorkshire durante los primeros 3 meses de vida. La muerte se produce en 4-6 meses.

Glucoproteinosis

La alfa-manosidosis (autosómica recesiva) se observa en las razas Angus, Murray Grey y Galloway. Produce ataxia, temblores de cabeza, agresividad y retraso en el crecimiento. También puede haber abortos y muerte neonatal. Los terneros más afectados mueren durante el primer año, a veces al poco de nacer. Los terneros afectados (homocigotos) presentan una deficiencia absoluta de alfa-manosidasa, y los heterocigotos una deficiencia parcial. La manosidosis puede controlarse identificando y eliminando a los heterocigotos basándose en las pruebas bioquímicas. Se han identificado dos mutaciones en el ganado vacuno, una letal y otra no letal (pero patológica).

La beta-manosidosis se produce en cabras Nubias y terneros Salers. Los signos clínicos pueden ser evidentes al nacer e incluyen incapacidad para mantenerse en pie, temblores intencionales, contracturas articulares, dismorfismos faciales, cráneo abovedado e hipotiroidismo. La afección suele ser mortal a las pocas horas del nacimiento, y algunos animales sobreviven de semanas a meses con cuidados de apoyo.

Mucopolisacaridosis

La mucopolisacaridosis bovina tipo IIIB se ha descrito en un rebaño de ganado vacuno. El inicio suele darse a partir de los 2 años de edad y consiste en ataxia progresiva, tambaleo y balanceo. Los síntomas progresan a lo largo de la vida del animal. La enfermedad está causada por una mutación sin sentido en el gen NAGLU.

Trastornos por depósito de glucógeno

La miopatía por almacenamiento de polisacáridos (PSSM)tipo I y tipo II es un trastorno hereditario autosómico dominante del almacenamiento de glucógeno identificado en varias razas de caballos, incluidos los caballos de sangre caliente, los Cuarto de Milla, los caballos de tiro de Cob Normand y Belgas, y otros. Una mutación de ganancia de función en el gen GYS1 se asocia a enfermedad. Las concentraciones de glucógeno muscular a menudo están aumentadas en el tipo I, y esta forma es una causa común de rabdomiólisis por esfuerzo. Los caballos de tipo II a menudo muestran rigidez y alteraciones en la marcha a pesar de los niveles normales de CK y AST, y pueden tener concentraciones aumentadas de glucógeno muscular. Los signos clínicos comienzan aproximadamente a los 6 años de edad con una disminución del rendimiento. Una dieta con ácidos grasos de cadena larga en contraposición a la triheptanoína o al aceite de maíz minimiza la estimulación de la insulina y los signos clínicos de la PSSM.

Otros trastornos de almacenamiento

La lipofuscinosis ceroide neuronal (enfermedad de Batten) se observa en ovejas, vacas y cabras, y se caracteriza por atrofia cerebral y retiniana y depósito de lipofuscina. Se han identificado varias mutaciones genéticas en los genes codificantes de lisosomas en varias especies y razas (CLN1, CLN5, CLN6, etc.). Los síntomas clínicos pueden variar entre especies. Las cabras Nubias jóvenes muestran signos cerebelares. Las ovejas Rambouillet presentan ceguera y estado mental alterado desde los 8 meses de edad. Los corderos Hampshire de 9-12 meses de edad presentan ceguera, depresión, temblores de la cabeza y extremidades torácicas y tics faciales, y mueren hacia los 30 meses de edad. El ganado vacuno Devon se queda ciego y débil hacia los 14 meses y muere a los 4 años de edad. Actualmente, no existe ningún tratamiento, aunque se están investigando terapias génicas.

Pequeños animales

La degeneración canina de múltiples sistemas se ha identificado en Kerry Blue Terriers y en Perros Crestados Chinos. Los signos clínicos reflejan disfunción del cerebelo y del tronco encefálico e incluyen ataxia, dismetría y festinación. El trastorno se hereda como un rasgo autosómico recesivo. El inicio de los signos clínicos es aproximadamente a los 4 meses, con una progresión grave hacia los 12-18 meses de edad. No existe ningún tratamiento.

La degeneración neuronal cromatolítica multisistémica causa una paraparesia en cachorros de Cairn Terrier que evoluciona rápidamente a una afección cerebelar con ataques de colapso cataléptico. La degeneración neuronal es generalizada en el encéfalo, la médula espinal y los ganglios sensitivos.

La degeneración neuronal multisistémica también se ha descrito en Cocker Spaniels pelirrojos y causa comportamiento anómalo y signos cerebelosos. Los cambios neuronales se hallan en diversos núcleos del tronco encefálico. Una afección parecida se ha visto en Caniches miniatura (3-4 semanas) con signos caracterizados por rodar de lado a lado, incapacidad para estar de pie o enderezarse a posición esternal, opistótonos, temblores de intención y falta de respuesta de amenaza asociados a degeneración neuronal en la corteza cerebral y el cerebelo.

La ataxia cerebelosa familiar con hidrocefalia en Bull Mastiffs es un trastorno hereditario que produce ceguera, comportamiento anormal y signos cerebelosos. Se han encontrado lesiones espongiformes y astrogliosis bilaterales en los núcleos cerebelosos profundos. Algunos casos descritos también muestran mielina anormal.

La leucodistrofia del Dálmata es una enfermedad hereditaria infrecuente que causa déficit visual con ataxia progresiva y tetraparesia a los 3-6 meses de edad. Hay una dilatación ventricular, cavitación de la sustancia blanca del cerebro y pérdida generalizada de mielina.

La axonopatía central en Scottish Terriers causa temblores, ataxia y paraparesia en los perros afectados. Muestra similitudes con las distrofias neuroaxonales. La histopatología muestra degeneración difusa en la sustancia blanca en el cerebro y la médula espinal. El inicio de los signos clínicos es a las 10-12 semanas de edad, y estos son progresivos. No existe tratamiento.

La leucodistrofia fibrinoide (enfermedad de Alexander) es una enfermedad hereditaria que afecta al cerebro y a la médula espinal, y se ha descrito en el Labrador Retriever, el Scottish Terrier, el Caniche miniatura, el Boyero de Montaña Bernés y el Bulldog Francés. La edad de aparición es de 2 meses a 4 años. Los signos clínicos incluyen ataxia progresiva y tetraparesia con cambios de la personalidad. Las fibras de Rosenthal se encuentran alrededor de los vasos sanguíneos del SNC, y la causa parece ser un trastorno funcional de los astrocitos. El pronóstico es malo. Se han identificado varias mutaciones, la mayoría de las cuales están asociadas con la proteína GFAP.

Se han descrito trastornos degenerativos espongiformes en perros jóvenes y gatos (como el Labrador Retriever, el Pastor de Shetland, el Samoyedo, el Silky Terrier, el Bull Mastiff, el Saluki, el Cocker Spaniel, mestizos de Pastor Belga Malinois, el Rottweiler, el Border Terrier y gatitos de las razas Mau Egipcio y Burmés), y se asocian a menudo a signos de ataxia/hipermetría, temblores de cabeza, contracturas intermitentes, anomalías posturales y cambios de comportamiento. La patología subyacente se relaciona con una degeneración esponjosa de las sustancias blanca o gris. La patogenia de estos trastornos es incierta, aunque se ha identificado una mutación genética para una familia de Pastores Ganaderos Australianos, Pastores de Shetland y Pastores Belgas. El pronóstico es malo.

La tetraplejia hereditaria y la ambliopía en Setter Irlandeses es una mutación letal homocigota autosómica recesiva. Los signos clínicos incluyen temblor de cabeza, deterioro visual, nistagmo, incapacidad para mantenerse en pie y convulsiones que comienzan en el nacimiento. A los animales se les llama "nadadores" debido a su método de moverse sobre sus vientres.

La encefalopatía del Husky de Alaska (síndrome tipo Leigh) es una enfermedad autosómica recesiva que se asemeja al síndrome de Leigh. La enfermedad está causada por una mutación en un gen transportador de tiamina (SLC19A3), que da lugar a una encefalopatía debida a una captación deficiente de tiamina. El inicio de los signos clínicos es de 7 meses a 2,5 años, y consisten en ataxia de inicio agudo, convulsiones, anomalías del comportamiento, ceguera, hipoalgesia facial y dificultad para comer. Las lesiones histológicas son bilateralmente simétricas y se identifican en el cerebro, el tálamo, los núcleos basales, el mesencéfalo, el puente, el bulbo raquídeo y el cerebelo. Se han descrito casos de Yorkshire Terriers con una enfermedad similar, aunque todavía no se ha identificado una mutación genética en esta raza.

La encefalopatía degenerativa de los Retrievers de Nueva Escocia es una enfermedad hereditaria autosómica recesiva que produce una disfunción neurológica y un trastorno del sueño de movimientos oculares rápidos (REM). El inicio de los signos clínicos es de 2 meses a 5 años. Las lesiones son bilateralmente simétricas y afectan a la sustancia gris en el cerebro. Los núcleos caudados están afectados principalmente, con distrofia axonal en el tronco encefálico y la médula espinal. Los signos clínicos son progresivos, y entre ellos destaca un trastorno del sueño REM, en el cual la función motora no es suprimida por el tronco encefálico durante el sueño REM. Los signos clínicos adicionales pueden incluir ansiedad y tendencias obsesivo-compulsivas, ataxia, tetraparesia e hipermetría leve. Se dispone de una prueba genética.

La aciduria L-2-hidroxiglutárica es una enfermedad metabólica hereditaria causada por una mutación en el gen L2HGDH. El diagnóstico se basa en el aumento de las concentraciones de ácido L-2-hidroxiglutárico en la orina en las pruebas de detección de ácidos orgánicos. Los signos clínicos pueden incluir convulsiones, ataxia, agresividad e hiperactividad, y aparecen aproximadamente a los 8 meses de edad. Las lesiones son bilateralmente simétricas y aparentes en la sustancia gris del tálamo, la corteza cerebral y el cerebelo. Se sabe que los Yorkshire Terriers, los Staffordshire Bull Terriers y los West Highland White Terriers están afectados, aunque no se ha descrito una mutación en los West Highland White Terriers.

Trastornos por almacenamiento lisosómico en animales

Este grupo de enfermedades clínicamente infrecuentes es el resultado de la deficiencia de una enzima esencial para el metabolismo de una proteína, un carbohidrato o un sustrato lipídico, o de la acumulación de un subproducto que puede ser tóxico para las células. Los signos clínicos suelen aparecer al principio de la vida, aunque en ocasiones se retrasa su aparición. Se han asociado a enfermedades específicas de razas determinadas, pero, en teoría, cualquier raza puede desarrollar cualquiera de estos trastornos, y muchas se han descrito en más de una raza. Debe esperarse una variación fenotípica considerable además de los signos clásicos descritos a continuación.

El pronóstico es malo para todos estos trastornos, aunque se están investigando activamente terapias génicas de sustitución. Las pruebas diagnósticas están limitadas, salvo en aquellas enfermedades en las que se ha identificado la enzima o mutación o se ha reconocido el patrón o los ácidos orgánicos. Actualmente, muchos trastornos de almacenamiento lisosomal tienen ADN o pruebas enzimáticas disponibles. Los hallazgos anormales en la RM pueden detectarse en algunos trastornos de almacenamiento lisosómico, pero no son sensibles ni específicos. Las pruebas suelen incluir cribado metabólico en orina, cribado de enzimas lisosómicas, histopatología para detectar características específicas en la biopsia tisular o pruebas de ADN para mutaciones conocidas. Se debe comprobar la disponibilidad de pruebas en los laboratorios de genética.

Esfingolipidosis

La leucodistrofia de células globoides (enfermedad de Krabbe) es una enfermedad hereditaria caracterizada por la pérdida de actividad de la enzima galactosilceramida beta-galactosidasa. La enfermedad se observa principalmente en Cairn Terriers y West Highland White Terriers, así como en otras razas de perros y gatos. Los signos clínicos son variables y multifocales y se observa una parálisis ascendente sola o combinada con una alteración cerebelosa. La muerte se produce al cabo de 2-3 meses del inicio de los signos. Pueden incrementarse las proteínas totales del LCR. Las grandes células globoides se distribuyen por toda la sustancia blanca de la médula espinal y el cerebro. El diagnóstico ante mortem puede establecerse mediante pruebas genéticas. La terapia génica viral adenoasociada ha mostrado cierta mejoría de los síntomas en perros.

La gangliosidosisGM1 (enfermedad de Derry) es una enfermedad mortal y progresiva causada por una mutación en el gen de la beta-galactosidasa (GLB1). La enfermedad se observa principalmente en gatos, sobre todo en razas orientales, y en el Beagle, el Perro de Agua Portugués, el Springer Spaniel, el Husky de Alaska y el Shiba Inu. Predominan los signos de disfunción cerebelar y puede desarrollarse opacidad corneal. El diagnóstico se establece mediante pruebas genéticas. La inyección intraventricular cerebral de la terapia génica del virus adenoasociado (VAA) puede producir una respuesta parcial.

La gangliosidosisGM2 o idiocia amaurótica familiar (enfermedad de Sandhoff, enfermedad de Tay-Sachs) se ha observado en el Braco Alemán de pelo corto, el Braco Japonés, el Shiba Inu, el Chin Japonés y en los gatos mestizos y Korat. Los signos clínicos que se ven a los 6 meses de edad incluyen cambios de comportamiento y perturbaciones visuales. Más tarde se desarrollan ataxia progresiva y demencia. En gatitos de ~3 meses se desarrollan signos de ataxia, hipermetría, temblores de cabeza y opacidad corneal. La enfermedad de Tay-Sachs se asocia a una mutación en el gen HEXA, y la enfermedad de Sandhoff a una mutación en el gen HEXB. Se dispone de una prueba genética para el diagnóstico ante mortem.

La enfermedad de Niemann-Pick es una enfermedad hereditaria en gatos causada por una mutación en el gen NPC2, y da lugar a una disfunción cerebelar con dilatación abdominal asociada debida a hepatoesplenomegalia. Los déficits neurológicos tienden a variar en los seis subtipos de esta enfermedad, y van desde signos cerebelosos graves (tipos A y C) a signos neuropáticos (variante tipo A). La infusión intratecal de 2-hidroxipropil-beta-ciclodextrina en gatos con tipo C1 puede estabilizar la enfermedad.

La glucocerebrosidosis (enfermedad de Gaucher) es un trastorno poco frecuente del Silky Terrier Australiano que produce signos multifocales, con predominio de ataxia cerebelosa, temblores e hiperactividad. La aparición de los síntomas clínicos se produce a los 4-6 meses de edad.

Glucoproteinosis

La fucosidosis del Springer Spaniel Inglés se ha descrito en Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido y América del Norte. Se caracteriza por signos de ataxia, cambio de personalidad, disfonía, disfagia, déficits auditivos/visuales y convulsiones. Los signos tienden a desarrollarse progresivamente desde los 6 hasta >24 meses de edad y la enfermedad es finalmente mortal. Una elevada proporción de linfocitos periféricos puede mostrar una vacuolización citoplasmática. Las pruebas de ADN están disponibles. El pronóstico es malo, y el único tratamiento disponible actualmente en perros, aunque poco práctico, es el trasplante de médula ósea. Se está investigando la infusión enzimática intraesternal.

La alfa-manosidosis se ha observado principalmente en gatos y ganado vacuno, y menos frecuentemente en cobayas. Los signos clínicos incluyen anomalías retinianas y esqueléticas, así como déficits neurológicos. Los signos cerebelosos son los déficits neurológicos más constantes, y los demás son algo variables. Se han identificado mutaciones en ganado vacuno y cobayas asociadas a esta enfermedad. La terapia génica basada en adenovirus administrada intratecalmente se ha mostrado prometedora en gatos.

La beta-manosidosis se identifica con más frecuencia en cabras, ganado vacuno y humanos. Se ha descrito el caso de un perro con neuropatía central y periférica como resultado de esta afección. La edad de aparición en los perros se desconoce, ya que este caso se encontró en un animal callejero con aproximadamente 1 año de edad. Se identificó una mutación por duplicación en el gen MANBA.

Mucopolisacaridosis (tipos I, II, III, VI y VII):

La mucopolisacaridosis es principalmente un trastorno de los gatos, aunque algunos subtipos afectan a los perros. Este trastorno se asocia a una cara aplanada, opacidad corneal y múltiples displasias óseas. El Sabueso Plott también puede verse afectado. Se han descrito varios tipos de esta enfermedad; el tipo VI se asocia a una mutación en el gen ARSB y suele estar asociado a paraparesia progresiva secundaria a protuberancias óseas focales dentro del canal vertebral. El tipo VII se asocia a mutaciones en el gen de la beta-d-glucoronidasa (GUSB), lo que da lugar a la acumulación de glucosaminoglucanos. Uno de los primeros signos del tipo VII es la iniciación fallida de los centros de osificación secundarios en las vértebras y los huesos largos. Los cambios esqueléticos no son progresivos después de los 9 meses de edad, y la cirugía descompresiva puede mejorar los déficits neurológicos. Se dispone de una prueba genética. La terapia de reemplazo enzimático o la terapia génica basada en adenovirus y retrovirus pueden tener algún beneficio en algunos tipos de mucopolisacaridosis.

Trastornos por depósito de glucógeno

La glucogenosis (tipos II, III, IV, VII) no está bien descrita. Las enfermedades por almacenamiento de glucógeno pueden causar debilidad muscular e intolerancia al ejercicio en perros y gatos jóvenes. Algunos ejemplos son las glucogenosis del tipo II (perros de Laponia), III (Pastores Alemanes y Akitas), IV (autosómica recesiva en los gatos Bosque de Noruega) y VII (Springer Spaniels Ingleses). Los signos clínicos suelen incluir miopatía generalizada, debilidad, intolerancia al ejercicio, temblores musculares o disfagia.

La mucolipidosis II es una enfermedad autosómica recesiva que afecta a los gatos Comunes Europeos de pelo corto y suele causar malformaciones esqueléticas. Los signos clínicos son evidentes desde el nacimiento e incluyen apatía, retraso del crecimiento, dismorfia facial y ataxia. Radiográficamente puede observarse ensanchamiento metafisario, arqueamiento radial, laxitud articular y fusión vertebral. La degeneración retiniana y la ceguera pueden ocurrir a los 4 meses de edad.

Otros trastornos de almacenamiento

La lipofuscinosis ceroide neuronal(enfermedad de Batten) es una enfermedad autosómica recesiva identificada en muchas razas, como el Setter Inglés, el Terrier Tibetano, el Pastor Ganadero Australiano, el Border Collie, el Bulldog Americano, el American Staffordshire Terrier, el Schnauzer miniatura, el Cocker Spaniel, el Chihuahua de pelo largo y el Border Collie, y en muchas otras razas de perros, así como en gatos Siameses. Los síntomas clínicos se caracterizan por cambios de comportamiento, agresividad y ceguera central. Algunos animales también pueden presentar ataxia, hipermetría, temblores o convulsiones. Esta es una enfermedad de inicio tardío, con signos clínicos que suelen aparecer entre los 12-24 meses de edad, y algunas formas aparecen antes o después. Los síntomas clínicos progresan lentamente durante varios años. La afección es un rasgo autosómico recesivo en muchas razas, como el Setter Inglés, el Terrier Tibetano, el Pastor Ganadero Australiano, el Border Collie, el Bulldog Americano, el American Staffordshire Terrier, el Schnauzer miniatura, el Cocker Spaniel, el Chihuahua de pelo largo y el Border Collie, y en muchas otras razas de perros, así como en gatos Siameses. Se han identificado mutaciones genéticas (CLN5, CLN7, CLN8, MFSD8, PPT1, etc.) en varias razas de perros, y hay pruebas genéticas disponibles para muchas razas. Al final, la enfermedad es mortal. No se dispone de tratamiento todavía, aunque se está investigando la terapia génica.

La enfermedad de Lafora se produce con mayor frecuencia en perros Teckel miniatura de pelo duro, pero también puede afectar a otras razas, como los Bassett Hounds, los Beagles, los Caniches, los Chihuahuas y los mestizos. Es más conocida en el Teckel miniatura de pelo duro, pero se han identificado mutaciones genéticas en el gen NHLRC1 en varias razas (Beagle, Chihuahua y Teckel miniatura de pelo duro), y el diagnóstico por pruebas genéticas está disponible. Los signos clínicos pueden incluir convulsiones mioclónicas de inicio tardío que, en algunos casos, pueden desencadenarse por estímulos visuales o auditivos. No suele haber otros hallazgos en la exploración clínica.