Cortesía del Dr. William Thomas.
Cortesía del Dr. William Thomas.
Las lesiones medulares agudas suelen asociarse a fractura o luxación espinal. Las causas comunes en los perros y los gatos son accidentes de automóvil, heridas por mordeduras y heridas de bala. Las caídas son una causa frecuente en caballos. El ganado vacuno es propenso a lesiones en el parto. Las fracturas patológicas son habituales en el ganado vacuno, ovino y porcino por malnutrición u osteomielitis vertebral. La lesión medular está causada no solo por la lesión mecánica primaria, sino también por los cambios patológicos secundarios, que incluyen edema, hemorragia, desmielinización y necrosis. Los cambios secundarios se deben a factores bioquímicos, como la liberación de radicales libres, leucotrienos y prostaglandinas que agravan las lesiones en el tejido nervioso y comprometen el flujo sanguíneo a la médula espinal.
Los signos clínicos de traumatismo espinal suelen ser agudos y pueden progresar en casos de fracturas inestables o luxaciones. Las lesiones graves en la médula espinal toracolumbar pueden causar paraplejia con un tono extensor aumentado en las extremidades torácicas (síndrome de Schiff-Sherrington). Las radiografías suelen mostrar la existencia de fracturas vertebrales y luxaciones. Sin embargo, en los perros con traumatismo, las radiografías, en comparación con la TC, solo revelan ~75 % de las fracturas espinales, por lo que la TC y/o la RM están indicadas en animales con sospecha de traumatismo espinal y radiografías normales. Los animales con déficits neurológicos leves se suelen recuperar en 4-6 semanas de reposo en una jaula o establo y analgésicos. La reducción o la estabilización quirúrgica está indicada en las lesiones vertebrales inestables que causan disfunciones neurológicas graves. El pronóstico es reservado en caballos y ganado vacuno postrado. En animales que han perdido la sensibilidad profunda caudalmente a la lesión, el pronóstico para recuperar la función neurológica es malo.