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Neoplasias de los nervios periféricos y de la unión neuromuscular en animales

PorWilliam B. Thomas, DVM, DACVIM-Neurology
Revisado/Modificado may 2021

Tumores de la vaina nerviosa en animales

Los tumores de la vaina nerviosa incluyen schwannomas (neurilemomas) y neurofibromas. Se producen en la mayoría de los animales domésticos, pero son más frecuentes en los perros y en el ganado vacuno. En los perros, los tumores a menudo surgen en los nervios del plexo braquial, y causan primero una cojera unilateral de la extremidad torácica y dolor que puede confundirse con una enfermedad musculoesquelética. El dolor puede detectarse al palpar la axila o abducir la extremidad; los tumores grandes pueden palparse. Finalmente se desarrolla atrofia muscular y monoparesia. La médula espinal puede estar comprimida por el tumor invasivo, lo que causa déficits neurológicos en otras extremidades. El nervio trigémino es el nervio craneal más frecuentemente afectado. Este proceso termina en una atrofia unilateral de los músculos masetero y temporal, y una disestesia o anestesia facial. Al final se puede desarrollar compresión del tronco encefálico.

Una escisión quirúrgica precoz puede ser curativa, aunque es frecuente la recidiva en el muñón proximal del nervio o nervios resecado(s). La radioterapia ayuda a retrasar la progresión. En el ganado vacuno es frecuente que accidentalmente se reconozcan los tumores de la vaina nerviosa al sacrificar a animales de avanzada edad. A menudo están afectados múltiples nervios, especialmente los nervios autonómicos y el par craneal VIII. Los nervios periféricos también pueden verse afectados por otros tumores, como el linfoma y la leucemia. (También ver Neoplasia del sistema nervioso y ver Tumores de las vainas periféricas nerviosas.)

Neuropatía paraneoplásica en animales

(También ver Trastornos paraneoplásicos del sistema nervioso.) La neuropatía paraneoplásica se asocia a una neoplasia no relacionada con la infiltración tumoral de los nervios. La más frecuente se da en perros con insulinoma, pero se ha asociado a diversos tumores, como el carcinoma broncogénico, el mieloma múltiple, el sarcoma y el adenocarcinoma. La patogenia no se conoce bien, pero puede estar relacionada con una respuesta inmunitaria dirigida contra el tumor que reacciona de manera cruzada con los componentes de los nervios. Clínicamente, hay para- o tetraparesia que progresa a lo largo de varias semanas con disminución de reflejos espinales y atrofia muscular. El diagnóstico se basa en la identificación del tumor subyacente, los hallazgos clínicos y electrodiagnósticos compatibles con la neuropatía y, en algunos casos, la biopsia del nervio. Los signos pueden mejorar con el tratamiento correcto del tumor subyacente.