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Principios de la terapia de la enfermedad neurológica

PorThomas Schubert, DVM, DACVIM, DABVP
Revisado/Modificado jul 2013

ver Farmacoterapia sistémica del sistema nervioso.

Control de las convulsiones:

En los perros y en los gatos, el estado epiléptico (convulsiones continuas o en racimo) puede interrumpirse con diazepam IV a una dosis de 0,5 mg/kg (sin sobrepasar los 10 mg en una vez). El pentobarbital sódico también puede usarse, hasta conseguir el efecto deseado sin sobrepasar los 3-15 mg/kg, IV, seguido de fenobarbital a 2-4 mg/kg, IV, cada 6 h. Una mejor alternativa es administrar propofol a una velocidad constante de 0,1-0,6 mg/kg/min, seguida de una dosis de carga de fenobarbital (si el animal no está ya con fenobarbital) de 2-4 mg/kg, IV, cada 6 h, para un total de cuatro dosis. El diazepam administrado a 0,5-1 mg/kg/h en infusión continua puede usarse para controlar un estado epiléptico persistente. Si el animal tiene una afección hepática preexistente que impide el uso de fenobarbital, se puede administrar levetiracetam a 40-60 mg/kg IV, SC o rectal, lo que da lugar a un nivel terapéutico en sangre que persistirá durante 9 h. Si ya se estaban administrando, los anticonvulsivos orales deben reanudarse cuanto antes.

El tratamiento anticonvulsivo de mantenimiento recomendado en perros y gatos es fenobarbital a 2-4 mg/kg, PO, cada 12 h, según la necesidad para controlar las convulsiones o para mantener los niveles séricos de 15-40 mcg/mL. Los perros pueden tratarse con bromuro de potasio (KBr), 22-44 mg/kg, PO con comida, hasta que la concentración sérica sea de 1500-3000 mcg/mL. Dado que el KBr tiene una semivida prolongada, si se inicia a niveles de mantenimiento, el nivel terapéutico en estado estable no se alcanzará hasta 3 meses después del inicio del tratamiento. El fenobarbital es adecuado para los animales con múltiples convulsiones semanales, ya que puede volverse clínicamente eficaz en 72 h, mientras que el KBr puede tardar varias semanas. La eficacia a largo plazo del fenobarbital y el KBr es aproximadamente la misma. Sin embargo, el KBr no se metaboliza en el hígado, por ello es preferible al fenobarbital en animales con enfermedad hepática. Los animales que toman fenobarbital suelen tener aumentados los niveles de enzimas hepáticas y colesterol y es esperable una disminución de los niveles tiroideos; esto es de esperar y a menudo no requiere tratamiento. El KBr también se ha relacionado con megaesófago y pancreatitis en perros. Si el KBr no está disponible comercialmente, puede prepararlo un farmacéutico especialista mezclando en agua cristales de KBr para obtener una concentración de 250 mg/mL o envasando los cristales en cápsulas de gelatina. Los niveles séricos de KBr se ven afectados por el contenido de sal de la dieta, por lo que esta debe ser constante; cuanto mayor sea el contenido de sal en la dieta, más rápido se excretará el bromuro por los riñones. El KBr ha demostrado mayor eficacia que el fenobarbital en perros con convulsiones en racimo y con convulsiones difíciles de controlar. El fenobarbital y el KBr pueden administrarse combinados. El diazepam no es un anticonvulsivo oral eficaz a largo plazo en perros debido a su corta semivida; sin embargo, un farmacéutico puede preparar supositorios rectales que contengan 0,5-2 mg/kg de diazepam para uso doméstico en perros con convulsiones en racimo, o la forma inyectable puede administrarse vía rectal a 1 mg/kg para evitar visitas a clínicas de urgencia. Los anticonvulsivos terciarios, el levetiracetam y la zonisamida, están ganando mayor aceptación. La zonisamida ha demostrado especialmente una buena eficacia en el control de las convulsiones en aquellos animales con una mala respuesta al fenobarbital y al KBr.

El uso de KBr en gatos ya no se recomienda porque puede causarles asma. El fenobarbital es el anticonvulsivo de elección en los gatos; si las convulsiones no están bien controladas, se añade levetiracetam. La acupuntura puede ser útil para controlar las convulsiones en todas las especies.

Lesión aguda de la médula espinal:

Una lesión medular aguda traumática, una hernia discal o una embolia fibrocartilaginosa que produzca paraplejia en perros deben tratarse agresivamente para asegurar la mejor posibilidad de curación. La solución de polietilenglicol (PEG) al 30 % puede administrarse vía IV a 2,2 mL/kg, y repetirse en 24 h. El PEG es un tratamiento más reciente que parece prometedor. Si la lesión se produjo más de 72 h antes del tratamiento, el beneficio del PEG es cuestionable. Para obtener un óptimo resultado, si está indicada, debe realizarse una cirugía de descompresión espinal lo antes posible, normalmente en menos de 24 h.

Fármacos antiinflamatorios:

Para el control de la inflamación del SNC en perros y gatos no asociada con virus u otro agente infeccioso, se puede administrar prednisona a dosis de 2 mg/kg cada 24 h PO. Para la prevención de las úlceras GI inducidas por esteroides, famotidina oral a dosis de 0,5-1 mg/kg, cada 12-24 horas; cimetidina a razón de 5-10 mg/kg, cada 12 horas; o misoprostol a 3 mcg/kg, cada 12 horas. Si se desarrollan úlceras gastrointestinales y se detecta melena, se administra sucralfato (500 mg para gatos y perros <20 kg; 1 g para perros >20 kg), PO, cada 6-8 h, con 2 h de separación de otros fármacos. Los AINE no deben administrarse nunca junto con esteroides, ya que es frecuente la ulceración GI. La dosis de todos los esteroides debe reducirse lentamente; se debe evitar una retirada brusca. La prednisona puede usarse como tratamiento de mantenimiento a largo plazo y en días alternos para evitar una supresión completa de la función adrenal. Otros agentes quimioterapéuticos usados para enfermedades inflamatorias del SNC como la MOD son la citarabina (50 mg/m2, SC, cada 12 h, durante 2 días, luego se repite a intervalos de 3-4 semanas), el micofenolato (10 mg/kg, PO, cada 12 h) y la ciclosporina (5 mg/kg, PO, cada 12 h).

Medicamentos antiedematosos:

Después de una cirugía craneal y en animales con tumores cerebrales o lesiones en la cabeza que causen deterioro del estado neurológico, se puede administrar manitol al 20 % (0,5-1 g/kg, IV) lentamente. El manitol no se administra en lesiones medulares. El uso de succinato sódico de metilprednisolona, tal y como se ha descrito anteriormente para lesiones agudas de la médula espinal, ya no se recomienda en personas y su uso en veterinaria está disminuyendo. Para el tratamiento paliativo de tumores cerebrales se puede usar prednisona oral.

Relajantes musculares:

El metocarbamol (15-20 mg/kg, PO, cada 6-8 horas) alivia los espasmos musculares de la protrusión del disco intervertebral y otras fuentes de irritación de la raíz nerviosa.

Terapia antimicrobiana:

Consúltense las exposiciones sobre infecciones específicas para conocer las recomendaciones de la terapia antimicrobiana.

Cuidados intensivos:

Los animales con paraplejia y tetraplejia necesitan cuidados intensivos. Se ha de mantener al animal sobre una superficie blanda y darle la vuelta cada 4-6 h para evitar úlceras de decúbito. Debe vaciarse la vejiga urinaria mediante la compresión o cateterización cada 6-8 h. En animales parapléjicos, se puede administrar diazepam para facilitar la relajación del esfínter urinario, lo que facilita el vaciado manual de la vejiga. Debe analizarse la orina para diagnosticar una posible cistitis. Se ha de mantener la piel limpia y sin orina ni heces para prevenir la dermatitis. Los animales tetrapléjicos pueden necesitar que se les alimente a mano con comida nutritiva y se les dé mucha agua. La extensión y flexión manual de las articulaciones y el masaje muscular ayudarán a retrasar las contracturas y la atrofia muscular en las extremidades paralizadas.