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Vaginitis en pequeños animales

PorMushtaq A. Memon, BVSc, PhD, DACT
Revisado/Modificado nov 2013

    La inflamación de la vagina puede darse en perras prepuberales o adultas (sin castrar o castradas). Es poco frecuente en las gatas. Por lo general, la vaginitis se debe a una infección bacteriana que puede desarrollarse secundariamente a anomalías de la conformación tales como estenosis vestibulovaginales. La infección vírica (p. ej., herpes), los cuerpos extraños vaginales, la neoplasia, la hiperplasia de la vagina, los esteroides androgénicos (p. ej., mibolerona) o las afecciones intersexuales también pueden causar vaginitis.

    El signo clínico más frecuente es una descarga vulvar. También se puede observar lamido de la vulva, atracción de los machos y micción frecuente. No se observan signos de enfermedad sistémica, y el hemograma y el perfil bioquímico son normales. La ausencia de estas anomalías ayuda a diferenciar la vaginitis de la piometra de cuello uterino abierto, el diagnóstico diferencial más importante. La evaluación diagnóstica debe incluir una exploración digital de la vagina, vaginoscopia, citología y, si fuese necesario, cultivo del exudado, así como radiografías o ecografías abdominales para evaluar el útero. Se puede obtener un cultivo vaginal anterior empleando un hisopo de cultivo protegido y estéril. La vagina contiene flora bacteriana normal, por lo tanto, los resultados del cultivo se deben interpretar cautelosamente. Un crecimiento importante, especialmente de un microorganismo, es probablemente más significativo que un crecimiento ligero de varios microorganismos.

    Se deben corregir los factores predisponentes, tales como materiales extraños o anomalías anatómicas. La infección bacteriana puede responder al tratamiento local (es decir, a las duchas vaginales). Puede ser necesario recurrir a antibióticos bactericidas sistémicos de amplio espectro para las infecciones persistentes. Con frecuencia, los animales prepuberales no necesitan ningún tratamiento, ya que la vaginitis casi siempre se resuelve con el primer estro. Por lo tanto, sería conveniente demorar la ovariohisterectomía electiva en los animales afectados hasta después de su primer ciclo estral.