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Reducción del riesgo de cáncer

Última revisión/modificación may 2020

Hay cosas que los propietarios de mascotas pueden hacer para reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer en sus mascotas. El paso preventivo del cáncer más común es la esterilización o castración. Existe evidencia científica sobre los riesgos y beneficios de estos procedimientos tanto para gatos como para perros. En ambas especies, la esterilización reducirá el riesgo de desarrollar cáncer mamario en las hembras y cánceres testiculares en los machos, pero el momento de la esterilización para reducir el riesgo varía.

Existe evidencia de que la esterilización de las gatas antes del primer ciclo de celo (que puede aparecer tan pronto como a los 4 meses de edad) reduce sustancialmente el riesgo de cáncer mamario. Esto es importante porque la mayoría de los tumores mamarios en gatas son cánceres malignos agresivos, y la cirugía (incluso una mastectomía radical) rara vez tiene como resultado la curación. Además, los estudios han demostrado que no parece haber consecuencias negativas para la salud por esterilizar a las gatas a partir de las 6-14 semanas de edad. La castración de los gatos machos se suele usar para modificar el comportamiento y convertirlos en mejores mascotas; los tumores testiculares son benignos y no son frecuentes.

Para los perros, la situación no está tan clara. Las predisposiciones de raza para ciertos cánceres, problemas ortopédicos y otros problemas potenciales de salud deben tenerse en cuenta al planificar si se debe esterilizar y castrar a los perros. La esterilización de las perras antes de su primer ciclo de celo es más protectora frente al desarrollo de tumores mamarios, aproximadamente la mitad de los cuales serán cánceres malignos. Puede haber algunos beneficios al retrasar la esterilización o castración en los perros hasta que las placas de crecimiento de los huesos de las patas se hayan cerrado. La situación y los objetivos de cada perro y propietario de la mascota deben evaluarse con un veterinario para determinar el momento de la esterilización y castración.

Desafortunadamente, son raros los pasos comprobados similares para prevenir otros cánceres. Y hay algunos factores de riesgo, como la herencia genética, que son inevitables. Aunque sabemos muy poco acerca de la disminución de los riesgos de cáncer, existen algunas medidas que los propietarios de mascotas pueden tomar para reducir la posibilidad de que sus mascotas desarrollen cáncer. La mayoría de estos pasos implican elecciones de estilo de vida.

Buena nutrición y cuidados generales

No se ha demostrado que la dieta prevenga el cáncer en animales. Sin embargo, una nutrición adecuada y unos buenos cuidados generales no solo proporcionan lo que su mascota necesita para llevar una vida sana, sino que también facilitan la lucha del organismo de su mascota contra el cáncer y otras enfermedades. Para muchas especies de animales se han establecido pautas nutricionales a través de la investigación. Los productores comerciales de alimentos para mascotas han utilizado estas pautas para producir alimentos bien formulados; estos productos están fácilmente disponibles. La salud general y la calidad de vida de su mascota mejorarán cuando proporcione una dieta nutricionalmente apropiada. Aprenda sobre las necesidades nutricionales de su mascota y lea atentamente las etiquetas de los alimentos para mascotas para asegurarse de que el alimento que está proporcionando satisface esas necesidades.

La obesidad en las mascotas es un problema creciente en los EE. UU. y se ha asociado con una miríada de problemas de salud. El cáncer no es el problema más común asociado a la obesidad, pero es un problema evitable. Su veterinario puede enseñarle cómo evaluar la condición corporal de su mascota para que pueda ajustar la cantidad de alimento administrada para una salud óptima.

Reducción de los factores de riesgo conocidos

Reducir los riesgos conocidos de cáncer en el entorno de su mascota es un paso hacia la protección contra el cáncer que puede dar a los miembros de la familia que a menudo son los menos capaces de evitar tales riesgos. Por ejemplo, al controlar la exposición de su mascota a la luz solar y a la radiación ultravioleta, puede reducir significativamente el riesgo de cáncer de piel. Las áreas del cuerpo de un animal que tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de piel son las que tienen poco o ningún pelo o las que no tienen pigmentación (color). Por lo tanto, las áreas de mayor riesgo de cáncer de piel en gatos incluyen los párpados, la punta de la nariz y la punta de las orejas. Para los perros, el abdomen es un área vulnerable. Los animales con coloración clara o blanca son más propensos a desarrollar cáncer de piel que los animales con pelo oscuro. La piel o el pelo blanco o claro proporcionan menos protección contra los rayos ultravioleta de la luz solar.

Los propietarios de animales con pelo o piel blanca o clara deben proteger a sus mascotas de la exposición directa a la luz solar, especialmente durante las horas en que la radiación ultravioleta es más intensa. Los rayos ultravioleta son más intensos durante los meses de verano entre el mediodía y las 4:00 pm en muchos lugares del hemisferio norte. Mantener a las mascotas en el interior o en áreas bien sombreadas tanto como sea posible durante estas horas puede reducir significativamente el riesgo presentado por la radiación ultravioleta. Se necesita sentido común para aplicar estas pautas. La exposición corta a la luz solar, como durante los paseos o los "descansos para ir al baño", presenta poco riesgo; la exposición prolongada, como la de los animales que viven en el exterior, crea un mayor riesgo de cáncer de piel.

Entre los humanos, el tabaquismo y otro consumo de tabaco es una de las principales causas de cáncer. Fumar no solo es peligroso para el fumador; también pone en peligro la salud de otras personas expuestas al humo del tabaco (llamado fumadores pasivos). Esto significa que cualquier persona que viva en una casa con un fumador tiene un mayor riesgo de padecer problemas de salud, incluido el cáncer. Las mascotas que inhalan humo de tabaco ajeno tienen más probabilidades de desarrollar cáncer y otros problemas de salud que los animales que viven en un ambiente libre de humo. La decisión del propietario de dejar de fumar puede, por lo tanto, reducir las posibilidades de que las mascotas que viven en el hogar desarrollen cáncer.

Puede haber tóxicos en el ambiente doméstico (como pesticidas y herbicidas) que son cancerígenos conocidos. Se recomienda el almacenamiento seguro de todos los productos químicos y domésticos para evitar la exposición accidental.

Las vacunas pueden ser beneficiosas, pero en algunos casos pueden aumentar el riesgo de cáncer. Por ejemplo, el virus de la leucemia felina provoca cáncer en los gatos, pero ahora que disponemos de una vacuna contra el virus, esto se puede prevenir, especialmente si mantiene a su gato dentro de casa y alejado de los gatos potencialmente infectados por el virus. Por otro lado, algunas vacunas se han asociado con el desarrollo del cáncer. El más conocido es el desarrollo de sarcomas en los puntos de vacunación. Desde que se descubrió esto, los cambios en los esquemas de vacunación (recomendando menos vacunaciones a intervalos de tiempo más largos) y las nuevas formulaciones de los fabricantes de vacunas están ayudando a reducir este riesgo.

Detección precoz

Posibles signos de cáncer

Varios cambios en el comportamiento o la apariencia de una mascota, como los que se enumeran a continuación, pueden indicar el desarrollo de cáncer. Estos no siempre son signos de cáncer; sin embargo, prestar atención a estos cambios y comunicarlos a su veterinario tan pronto como se produzcan puede aumentar la posibilidad de que un cáncer se detecte y trate en una fase precoz.

  • Un bulto que crece o cambia.

  • Nódulos linfáticos inflamados.

  • Dilatación abdominal repentina.

  • Sangrado inexplicable por la boca, nariz o área genital.

  • Dificultad para respirar, masticar, tragar, orinar o defecar.

  • Úlceras o hinchazón persistentes.

  • Mal aliento u otro olor inexplicable.

  • Tos seca.

  • Resistencia reducida.

  • Vómitos o diarrea recurrentes.

  • Pérdida de peso o apetito.

  • Falta de interés por las actividades físicas.

  • Indicaciones de malestar físico, como cojera o rigidez.

Cuanto antes se detecte y diagnostique el cáncer, más fácil será su tratamiento y mejor será su resultado. Incluso si el cáncer no se puede evitar por completo, el tratamiento precoz ofrece la mejor posibilidad de supervivencia y de volver a una vida normal y saludable. El examen físico rutinario y minucioso realizado por un veterinario es la mejor manera de prevenir un cáncer mortal o debilitante en su mascota.

Todos los animales, especialmente los de mayor edad, deben considerarse en riesgo de padecer cáncer y someterse a exploraciones físicas por parte de un veterinario al menos una vez al año. Los exámenes deben incluir análisis de sangre y orina. Estas pruebas pueden dar lugar a la detección del cáncer aunque el animal no parezca, se sienta o actúe como enfermo. Algunos veterinarios usan mapas de piel para rastrear masas de piel que pueden ser benignas o malignas en las mascotas. Estos registros permiten al veterinario identificar rápidamente nuevas masas o el crecimiento inesperado de masas existentes y tomar una muestra para determinar si esas masas son cancerosas. El muestreo de las masas cutáneas es realizado fácilmente por un veterinario insertando una aguja en la masa y extrayendo algunas células. A continuación, las células se extienden sobre un portaobjetos de vidrio, se tiñen y se examinan al microscopio. El portaobjetos puede enviarse a un patólogo veterinario para revisar los tipos de células y determinar si la masa es más probable que sea benigna o maligna. Este es un método utilizado para detectar cánceres precozmente cuando el tratamiento es más fácil y tiene más probabilidades de producir remisión o curación.

Todos los propietarios de mascotas deben controlar su salud con regularidad. Algunos signos deben alertarle sobre un posible cáncer. Los cambios en el cuerpo, el apetito y los hábitos urinarios o intestinales de su mascota son signos de una posible enfermedad. También debe observar cambios en la personalidad, el comportamiento o los niveles de actividad. Tales cambios pueden ocurrir repentina o gradualmente con el tiempo. Estos cambios deberían alertarle para que su mascota sea examinada por un veterinario.

Es fundamental que un veterinario examine a su mascota de forma rutinaria para detectar el cáncer. En algunos casos, los veterinarios pueden utilizar tecnologías avanzadas de detección como rayos X, ecografía, resonancia magnética (RM), tomografía computarizada (TC) y examen del colon (una colonoscopia) para buscar el cáncer. Estas herramientas pueden ayudar al equipo veterinario de su mascota a detectar el cáncer en una fase precoz. El cribado, incluso cuando no hay ningún signo de cáncer, es crucial porque, al igual que en los humanos, cuanto antes se detecte el cáncer, mejor será el resultado del tratamiento.