La inflamación es la respuesta del organismo a una lesión o infección. En realidad, ayuda al organismo a combatir los invasores extraños, como las bacterias. Los signos clásicos de inflamación incluyen enrojecimiento, calor, dolor e hinchazón; la pérdida de función también puede indicar inflamación.
Sin embargo, la inflamación a veces puede volverse tan grave que tiene efectos negativos en el organismo. En estos casos, se pueden prescribir fármacos antiinflamatorios para ayudar a reducir o limitar la inflamación. En medicina veterinaria se utilizan varios tipos de antiinflamatorios, según la causa y la gravedad de la inflamación.
Antihistamínicos
Los antihistamínicos bloquean selectivamente los receptores específicos de la histamina en el organismo. Un tipo, conocido como antagonistas H1, ayudan a reducir el picor y la hinchazón asociados con la inflamación en ciertos trastornos de la piel, y también son útiles en el tratamiento de reacciones de hipersensibilidad inmediata, un tipo de alergia.
Corticoesteroides
Los corticoesteroides son el fármaco antiinflamatorio más utilizado. Pueden ser muy eficaces para suprimir o prevenir la inflamación, pero sus efectos también provocan la supresión de la respuesta inmunitaria, lo que puede aumentar el riesgo de infecciones.
Los corticoesteroides se pueden dividir en dos grupos: mineralocorticoides y glucocorticoides. Los mineralocorticoides son importantes para mantener el equilibrio electrolítico (sales). Los glucocorticoides desempeñan un papel importante en el metabolismo de los hidratos de carbono, las proteínas y los lípidos, la respuesta inmunitaria y la respuesta al estrés. Los glucocorticoides también pueden afectar al equilibrio de líquidos y electrolitos.
Los glucocorticoides se utilizan frecuentemente para tratar la alergia y la inflamación como las afecciones cutáneas que producen picor y las enfermedades alérgicas pulmonares y gastrointestinales. En las reacciones alérgicas de corta duración o en la dermatitis por alergia a las pulgas, estos fármacos pueden ayudar a aliviar el picor y limitar el autotraumatismo por el rascado hasta que se encuentre la causa subyacente. Los glucocorticoides también se utilizan en el tratamiento de la bronquitis alérgica crónica y el asma felina.
Fármacos antiinflamatorios no esteroideos
Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) tienen el potencial de aliviar el dolor y la inflamación sin los efectos secundarios inmunosupresores y metabólicos que tienen los corticoesteroides. Los AINE se prescriben a menudo para tratar la inflamación musculoesquelética, la osteoartritis, el dolor después de la cirugía y la laminitis y el cólico en los caballos.
Hay muchos AINE disponibles para su uso en perros, gatos y caballos. Algunos, como la aspirina y el paracetamol también se usan para tratar el dolor en las personas. Sin embargo, es muy importante no dar estos medicamentos a su mascota a menos que se lo indique un veterinario, ya que pueden tener efectos adversos graves en ciertas especies de animales. Por ejemplo, los gatos tienen dificultad para metabolizar la aspirina y esta permanece en su organismo durante mucho más tiempo que en los perros, por lo que rara vez se usa en esta especie. Además, el paracetamol nunca debe usarse en gatos.
Agentes condroprotectores
Hay ciertos compuestos que han sido identificados por tener un efecto protector contra la inflamación y la degeneración del cartílago que se produce en algunos tipos de artritis o inflamación de los tejidos. Dos de estos compuestos que son familiares para muchas personas son el condroitín sulfato y el ácido hialurónico, porque también se usan para tratar estas afecciones en las personas. La investigación todavía está en curso sobre la eficacia y el modo de acción de estos compuestos.