Los fármacos que afectan a la función del músculo esquelético pertenecen a varias categorías. Algunos, como los agentes bloqueantes neuromusculares, se usan durante la cirugía para producir parálisis. Otros, como los relajantes del músculo esquelético, reducen la rigidez y los espasmos musculares asociados a diversas afecciones neurológicas y musculoesqueléticas. Además, hay varios fármacos que influyen en los procesos metabólicos y de otro tipo del músculo esquelético, incluidos los nutrientes necesarios para el funcionamiento normal del músculo y que se utilizan para prevenir o atenuar las afecciones musculares degenerativas. Por ejemplo, el selenio y la vitamina E se utilizan para prevenir o tratar distrofias musculares como la enfermedad del músculo blanco en potros. Los fármacos esteroideos, no esteroideos y otros antiinflamatorios también se suelen utilizar para tratar las afecciones inflamatorias a corto y largo plazo que afectan al músculo esquelético. Los esteroides anabolizantes promueven el crecimiento y el desarrollo muscular y se administran en casos seleccionados en los que se ha producido un deterioro muscular grave como complicación de otra enfermedad.