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Desarrollo de la infección

Revisado/Modificado feb 2020

    Las enfermedades infecciosas suelen estar causadas por microorganismos que invaden el organismo y se multiplican. La invasión por la mayoría de microorganismos comienza cuando se adhieren a las células del organismo. El hecho de que el microorganismo permanezca cerca del lugar de la invasión o se extienda a otros lugares depende de muchos factores, como la producción de toxinas, enzimas u otras sustancias. Por ejemplo, Clostridium tetani en una herida infectada produce una toxina que causa el tétanos. La intoxicación alimentaria está causada por toxinas producidas por organismos estafilocócicos que se encuentran fuera del cuerpo. La mayoría de las toxinas contienen componentes que se unen específicamente a moléculas de ciertas células (células diana).

    Después de invadir el organismo, los microorganismos comienzan a multiplicarse. Entonces puede suceder una de estas tres cosas: los microorganismos pueden continuar multiplicándose y sobrepasar las defensas del organismo, provocando la enfermedad; se puede alcanzar un estado de equilibrio, dando lugar a una infección crónica; o el organismo, con o sin tratamiento, puede destruir y eliminar el microorganismo invasor.

    Muchos microorganismos que causan enfermedades tienen propiedades que aumentan la gravedad de la enfermedad y los ayudan a resistir los mecanismos de defensa del organismo. Por ejemplo, algunas bacterias producen enzimas que descomponen el tejido, permitiendo que la infección se propague más rápidamente. Otros microorganismos tienen formas de bloquear los mecanismos de defensa del organismo, como interfiriendo en la producción de anticuerpos o linfocitos T (un tipo de glóbulo blanco). Otros tienen capas externas (cápsulas) que resisten la ingestión de los glóbulos blancos. Algunas bacterias se resisten a ser destruidas por sustancias que circulan en el torrente sanguíneo. Algunos incluso producen sustancias que contrarrestan los efectos de los antibióticos.

    Identificación de un organismo infeccioso

    Muchos microorganismos diferentes pueden causar una afección determinada (p. ej., la neumonía puede estar causada por virus, bacterias u hongos). Suele ser importante saber qué microorganismo específico está causando una enfermedad, porque el tratamiento es diferente para cada microorganismo.

    Hay muchas formas de identificar microorganismos. Tomar una muestra del lugar de la infección y examinarla bajo el microscopio suele ser el método más rápido para identificar microorganismos. A veces, los microorganismos pueden reconocerse por sus formas y colores característicos. Sin embargo, si los microorganismos son muy pocos o muy pequeños para verlos con el microscopio, es posible que no se encuentren.

    Otro método para identificar un microorganismo infeccioso es cultivarlo en el laboratorio para poder realizar pruebas químicas adicionales. El proceso de crecimiento del organismo se denomina cultivo. Se pueden cultivar muchos microorganismos de esta manera. Los microorganismos cultivados también pueden analizarse para determinar su sensibilidad a varios antibióticos, lo que puede ayudar a determinar qué fármaco utilizar para tratar a un animal infectado. Esta prueba es importante porque los microorganismos están desarrollando constantemente resistencias a los antibióticos que antes eran eficaces.

    Algunos microorganismos son muy difíciles de cultivar. Estas infecciones pueden identificarse encontrando anticuerpos frente a los microorganismos en la sangre u otros líquidos corporales del animal infectado (pruebas serológicas). Las pruebas basadas en anticuerpos se usan para identificar muchas infecciones, pero no siempre son fiables. Los anticuerpos pueden permanecer en el organismo durante muchos años después de que la infección haya desaparecido, por lo que un resultado positivo no siempre indica una infección activa, pero sí indica una exposición previa. Algunas nuevas pruebas, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), pueden identificar fragmentos del material genético (ADN) del microorganismo, que están presentes solo cuando el microorganismo está presente. Estas pruebas se suelen realizar solo cuando ya se sospecha una enfermedad en particular.