Reconocer el dolor en los animales es un reto porque los animales no pueden comunicarse de la misma manera que las personas. Sin embargo, existen algunos comportamientos específicos de cada especie que pueden indicar dolor y ayudarnos a reconocerlo. Por ejemplo, los animales que son depredadores naturales, como los perros, se comportan de forma diferente cuando sienten dolor que los animales de presa, como los conejos y los caballos. Los animales de presa tienden a ocultar su dolor, haciendo que el reconocimiento del dolor sea aún más difícil en estas especies.
Al evaluar el dolor en los animales, los veterinarios tienen en cuenta los signos vitales, los cambios de comportamiento, las escalas de dolor y la historia clínica del animal.
Signos vitales
Los signos vitales, como la frecuencia cardiaca, la frecuencia respiratoria y la presión arterial, pueden utilizarse para evaluar las respuestas a un estímulo doloroso agudo, en especial durante una cirugía o después de un traumatismo grave. La medición de las constantes vitales también se puede utilizar para evaluar el dolor en algunas situaciones (como los caballos con cólico). Sin embargo, las mediciones de los signos vitales no diferencian entre las fuentes de dolor, como el dolor por la cirugía u otra causa. Además, los signos vitales pueden ser normales en animales que experimentan dolor crónico. Estos indicadores no son lo suficientemente específicos como para distinguir el dolor de otras tensiones como la ansiedad, el miedo o las respuestas físicas a ciertas afecciones médicas (como la anemia). En otras palabras, un animal todavía puede tener dolor incluso si su frecuencia cardiaca y su frecuencia respiratoria son normales.
Cambios de comportamiento
Reconocer los comportamientos inducidos por el dolor son difíciles o imposibles sin conocer los comportamientos normales de una especie o raza en particular. Los cambios de conducta asociados al dolor pueden ser sutiles y no se reconocen fácilmente durante las revisiones o exámenes rutinarios de los animales. Muchos animales enmascaran su dolor con comportamientos normales. Por ejemplo, los perros pueden mover la cola y saludar a las personas a pesar de sentir dolor. Además, los cambios de comportamiento en respuesta al dolor pueden ser muy diferentes de las respuestas típicas asociadas con las personas que sufren dolor. Un gato sentado tranquilamente en la parte posterior de la jaula después de una cirugía puede sentir dolor; sin embargo, un cuidador puede no reconocer el dolor si espera ver signos más activos de dolor, como andar de un lado a otro, agitación o maullidos.
En general, los signos de dolor crónico son menos obvios y más difíciles de reconocer que los signos de dolor traumático o quirúrgico. Los criterios que pueden usarse para evaluar el dolor crónico (p. ej., falta de actividad, disminución del apetito, pérdida de peso y falta de aseo) no son signos específicos de dolor. En cambio, estos signos apuntan solo a un problema subyacente que necesita ser diagnosticado. Sus observaciones sobre los cambios en la actitud de su mascota o la interacción con los miembros de la familia son esenciales para ayudar a su veterinario a evaluar el dolor crónico. La respuesta al tratamiento, como el aumento de la actividad tras la administración de un analgésico, puede revelar una relación entre el dolor y los cambios de comportamiento.
Una mascota con dolor por cáncer puede presentar algunos signos de dolor agudo (como en respuesta al crecimiento del tumor o después de la cirugía, la radiación o la quimioterapia) y algunos signos de dolor crónico. Si su mascota tiene cáncer, debe estar atento a los cambios de comportamiento asociados con el dolor agudo y crónico.
Escalas de dolor
Una escala de dolor es una herramienta que los veterinarios pueden utilizar para puntuar el dolor de un animal. La puntuación del dolor se obtiene mediante un cuestionario que incluye la siguiente información: especie, raza, edad, sexo, entorno y condiciones de vida, causa del dolor (como un traumatismo o una cirugía), parte del cuerpo afectada (como el abdomen o los músculos) y duración e intensidad del dolor. Es probable que las puntuaciones de dolor que tienen en cuenta los comportamientos específicos de cada especie sean más precisas que las escalas genéricas que dependen en gran medida de la evaluación e interpretación subjetivas. Los sistemas de puntuación específicos de cada especie pueden incluir ejemplos de posturas en diferentes niveles de dolor, descripciones de comportamientos, información sobre la respuesta al manejo y niveles de tensión corporal. Incluso si se estima correctamente la intensidad del dolor, puede ser difícil determinar el grado de afrontamiento del dolor por parte del animal. Los métodos actuales evalúan los efectos del dolor físico, pero no los efectos mentales o psicológicos del dolor que puede experimentar un animal.
Para más información
Consulte también el contenido para veterinarios sobre la evaluación del dolor en los animales.