Las urgencias oftalmológicas (oculares) necesitan un diagnóstico rápido. El tratamiento debe ser apropiado y a menudo agresivo para salvar la visión del animal.
Proptosis traumática
La proptosis traumática es una protrusión del ojo fuera de la cavidad ósea (órbita) causada por una lesión. Puede aparecer después de un traumatismo directo (como por un atropello por un automóvil o un ataque de otro animal), que desplaza el globo ocular de la órbita. Los espasmos del párpado impiden que el globo ocular vuelva a su posición correcta. Entonces, la hemorragia y la hinchazón empujan el ojo más allá de la órbita. El ojo se seca y la visión puede empeorar o fallar.
El tratamiento consiste en la reposición quirúrgica del ojo en la cavidad. Las suturas y las endoprótesis colocadas durante la cirugía se retiran cuando se recupera el reflejo del parpadeo (por lo general entre 7 y 21 días). Las complicaciones potenciales incluyen desgarros corneales, lesión del nervio óptico, pérdida de visión, lesión muscular, inflamación e infección. La pérdida de visión es frecuente y puede recomendarse la extirpación del ojo (enucleación).
Hemorragia en el ojo
Si el traumatismo daña los vasos sanguíneos del ojo, se produce una hemorragia intraocular. También puede haber proptosis. Algunas partes del ojo pueden hincharse o el animal puede no ser capaz de cerrar los párpados.
El tratamiento suele incluir antibióticos tópicos y sistémicos (para todo el organismo), corticoesteroides u otros fármacos. Puede ser necesario coser los párpados superior e inferior para proteger la córnea hasta que se recupere el reflejo del parpadeo. El glaucoma es una complicación potencial.
Cuerpos extraños en el ojo
Los cuerpos extraños en el ojo son frecuentes en perros, gatos y caballos. Estos pueden ser materiales orgánicos, arena, fragmentos de metal, fragmentos de vidrio u otros objetos pequeños. Son frecuentes el enrojecimiento, lagrimeo y la hinchazón del ojo. Los párpados pueden sufrir espasmos, y el animal puede rascarse el ojo afectado. Puede ser necesario sedar al animal para su examen y tratamiento. Los cuerpos extraños suelen poder extraerse lavando el ojo con una solución salina o utilizando unas pequeñas pinzas que se asemejan a las de los pinceles. Las suturas pueden usarse para cerrar una herida, si está presente. Se pueden prescribir antibióticos tópicos y sistémicos (para todo el organismo), analgésicos y otros fármacos. La visión se suele restaurar después de la extracción del cuerpo extraño.
Lesiones penetrantes
Las lesiones debidas a objetos que penetran en el ojo son más comunes en perros y gatos. Los perdigones de plomo, las balas, las astillas y las espinas de las plantas (como los cactus) pueden causar este tipo de lesión. El ojo debe examinarse en busca de indicios de lesión en el cristalino y otros daños. La rotura del cristalino es frecuente en las lesiones por arañazos de gato. Si el cristalino ha sido penetrado, debe retirarse lo antes posible, ya que la perforación del cristalino da lugar a la rápida formación de cataratas. También pueden aparecer hemorragia, hinchazón y glaucoma. Los desprendimientos de retina son frecuentes y a menudo causan al menos una pérdida parcial de la visión.
El tratamiento tiene como objetivo controlar la hinchazón y mantener niveles normales de presión dentro del ojo. Se puede usar una variedad de fármacos, incluidos antibióticos y corticoesteroides.
Lesiones corneales
Las úlceras corneales pueden desarrollarse cuando el ojo no está suficientemente lubricado (la producción de lágrimas es inadecuada) o estar causadas por un traumatismo (arañazos u otras lesiones). Las úlceras pueden complicarse y ser graves si se producen infecciones. Si se observa cualquier aumento de lagrimeo, ojos entrecerrados, decoloración de la córnea, abultamiento de la córnea u otras anomalías, está justificada una visita al veterinario. Los perros, gatos y caballos son más propensos a desarrollar estos problemas, pero también se pueden observar en otros animales pequeños. Algunas afecciones requieren cirugía inmediata para salvar el ojo. Las posibles complicaciones son la cicatrización o pigmentación de la córnea y la formación de cataratas.
Las laceraciones o desgarros de la córnea son más comunes en perros y caballos y poco frecuentes en gatos. Las picaduras, los autotraumatismos y otros accidentes pueden penetrar en la córnea de forma parcial o total. Las laceraciones corneales de espesor parcial suelen ser muy dolorosas. Puede ser necesario cerrar la herida con suturas. Para proporcionar una protección y un apoyo, se puede cubrir la laceración suturada. Esto puede incluir coser los párpados cerrados temporalmente. Se deben prescribir antibióticos. Las complicaciones potenciales incluyen cicatrices corneales, cataratas, glaucoma y otras enfermedades oculares graves.
Glaucoma
El glaucoma se caracteriza por una mayor presión en el ojo y puede conducir a la pérdida de visión. Los síntomas de glaucoma precoz o moderado son sutiles y pueden pasar desapercibidos. La presión intraocular elevada que se desarrolla súbitamente puede observarse debido a una pupila dilatada, fija o lenta, a un edema corneal (nubosidad) o a un globo ocular duro. El dolor ocular debido al glaucoma puede notarse como un cambio de comportamiento en lugar de entrecerrar los ojos (espasmos del párpado). Algunas razas de perros tienen un mayor riesgo de glaucoma, pero las razas varían de un estudio a otro. Hay que consultar al veterinario para decidir si la monitorización regular de la presión ocular es adecuada para el perro. El glaucoma se diagnostica midiendo la presión en los ojos del animal, que se puede realizar durante los exámenes anuales de rutina. El procedimiento se llama tonometría. Los objetivos del tratamiento son reducir la presión rápidamente y conservar la mayor cantidad de visión posible. La medicación se suele probar primero, pero si el glaucoma no mejora, puede ser necesaria la cirugía. Puede ser necesaria la derivación a un oftalmólogo veterinario (especialista en ojos).
Luxación del cristalino
El cristalino del ojo puede luxarse y empujar hacia adelante. La luxación del cristalino suele afectar a los perros de mediana edad de las razas terrier. Es más frecuente en los Fox Terriers de pelo liso y duro y en los Jack Russell Terriers. El ojo puede sobresalir por el exceso de líquido y la presión intraocular elevada y aparecer rojo. El espasmo del párpado y el lagrimeo pueden ser evidentes. El tratamiento consiste en reducir la presión dentro del ojo a niveles normales y retirar el cristalino. Las complicaciones de la extracción del cristalino incluyen glaucoma y desprendimiento de retina.
Pérdida aguda de la visión
La pérdida aguda de visión puede producirse con muchos trastornos oculares, enfermedades cerebrales o nerviosas, o enfermedades generalizadas. La ceguera puede ser repentina. Por lo general, la visión se pierde en ambos ojos al mismo tiempo, pero puede darse la pérdida de visión en un ojo. Para que la pérdida de visión sea aguda, deben estar implicadas grandes cantidades de retina. El nervio óptico puede estar dañado. La evaluación de la visión requiere un examen completo. Sin embargo, dado que la evaluación del campo visual no puede realizarse en animales, son necesarias pruebas subjetivas de visión. El veterinario puede realizar pruebas de la respuesta de su mascota a luces intermitentes, objetos en movimiento y otras imágenes. Puede ser necesaria la derivación a un oftalmólogo veterinario.
Inflamación del nervio óptico
Hay dos tipos principales de inflamación que afectan al nervio óptico. Una, la papilitis, es una cabeza del nervio óptico inflamada que se puede observar con un oftalmoscopio. En la otra, la neuritis óptica retrobulbar, las pupilas del animal están dilatadas y la ceguera es común. La inflamación generalmente se debe a una enfermedad diseminada no diagnosticada. Se realizan exámenes, análisis de sangre y otros procedimientos diagnósticos para confirmar la neuritis óptica y para determinar la causa, y el tratamiento se dirigirá a resolverla. Durante el curso del tratamiento, su veterinario observará si las pupilas vuelven a su tamaño normal y responden a la luz. Pueden pasar varios días hasta que se recupere la visión. Desafortunadamente, en algunos casos, la neuritis óptica puede causar ceguera permanente.
Degeneración o desprendimiento de la retina
En la degeneración retiniana adquirida súbita, la visión se pierde durante varios días. Las pupilas suelen ser mucho más grandes de lo normal y no responden bien a la luz. Los perros de mediana edad son los más afectados. Los perros con enfermedad hepática y ciertos trastornos hormonales pueden ser más sensibles. No hay un tratamiento eficaz.
El desprendimiento de retina puede causar pérdida de visión en uno o ambos ojos. Una vez que se detecta el desprendimiento de retina, el tratamiento inmediato puede ayudar a restaurar la visión. Algunas razas, como el Shih Tzu, son más propensas al desprendimiento de retina. La anomalía del ojo del Collie también puede estar relacionada, pero esta forma de desprendimiento de retina suele ser tratable. El traumatismo puede causar desprendimiento de retina. Ciertas enfermedades, como la hipertensión en gatos y perros, también contribuyen. Algunos desprendimientos de retina implican agujeros y desgarros en la retina. Puede ser necesaria la derivación a un oftalmólogo veterinario.
Para más información
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