Las protectoras de animales pueden recibir accidentalmente animales que posteriormente son reconocidos como víctimas potenciales de maltrato, o pueden servir como un recurso al que los investigadores policiales locales pueden recurrir para documentar el estado de una víctima animal en casos de negligencia o crueldad animal. Los veterinarios de las protectoras de animales pueden desempeñar un papel en el manejo de las pruebas y en el alojamiento de los animales sobrevivientes mientras los procedimientos penales están pendientes. Los veterinarios que trabajan en cualquier entorno deben conocer la normativa local sobre crueldad animal, las lesiones típicas y las condiciones que constituyen maltrato animal, los requisitos de declaración y los principios básicos del manejo de la evidencia.
Los casos típicos de maltrato animal incluyen actos de comisión (abuso), cuando alguien hace algo para dañar a un animal (p. ej., traumatismo contundente o agudo, ahogamiento, electrocución), actos de omisión (abandono), cuando alguien no proporciona al animal los cuidados necesarios (p. ej., no proporciona una nutrición adecuada, un refugio o una atención veterinaria) y crímenes de perversión (p. ej., peleas de animales organizadas o en escena, abuso sexual de animales). Los veterinarios deben familiarizarse con la normativa local sobre crueldad animal, dónde declarar los casos sospechosos y los procesos judiciales típicos en su jurisdicción.
Todos los veterinarios tienen las habilidades necesarias para realizar exámenes forenses adecuados y documentar sus hallazgos. La presunción puede ser que alguien más u otra agencia sea más adecuada para realizar el examen, pero el veterinario receptor tiene el deber de documentar el estado del animal en la presentación inicial. En los casos de maltrato animal ilegal, el animal en sí, así como cualquier cosa dentro o derivada del animal o su entorno, puede considerarse evidencia.
Existe una conciencia creciente del vínculo entre la crueldad animal y los crímenes violentos contra las personas, y los departamentos locales de aplicación de la ley están investigando cada vez más las denuncias de maltrato animal. Los veterinarios de los refugios están en una posición única para ser un recurso comunitario para documentar casos de sospecha de abuso animal por parte de las autoridades locales.
Cuando se proporciona atención veterinaria para aliviar el dolor y el sufrimiento, es apropiado documentar cualquier paso tomado para tratar al animal y preservar la evidencia de su estado durante el periodo de tratamiento. Cuando existe una necesidad simultánea de documentar la evidencia y tratar el dolor y el sufrimiento, el bienestar del animal debe ser la principal consideración del veterinario. Sin embargo, en la mayoría de los casos de maltrato animal, y especialmente en la mayoría de los casos de abandono, los pasos iniciales de documentación pueden realizarse sin alterar la evidencia.
Dependiendo de la estructura local de la justicia penal, la sospecha de maltrato animal puede ser declarada más apropiadamente a la oficina del alguacil, al departamento de policía, al control de animales o a una agencia humanitaria. En general, los veterinarios se consideran expertos en un tribunal de justicia debido a su conocimiento, habilidad, experiencia, formación y educación, y por tanto, pueden testificar en forma de opinión.