Alojamiento para anfibios

Los anfibios que se mantienen como mascotas necesitan unas condiciones ambientales adecuadas para mantenerse sanos. Las condiciones más importantes son la temperatura del agua y del aire. Los anfibios no regulan su temperatura corporal como lo hacen los mamíferos, haciéndolos muy sensibles al clima y la temperatura. Como animales de sangre fría, los anfibios regulan su temperatura corporal yendo y viniendo entre las diferentes temperaturas de su entorno. El rango de temperaturas necesarias para mantener la salud varía según las especies. Las infecciones y la mala alimentación son problemas habituales en los anfibios tropicales mantenidos a temperaturas inferiores a las ideales. Se debe colocar un termómetro y un medidor de humedad en el recinto para que pueda controlar fácilmente el entorno. La mayoría de los anfibios rinden mejor a temperaturas de 16 °C a 21 °C, con una humedad del 75 % al 80 %. Sin embargo, los anfibios tropicales pueden necesitar temperaturas (de 24 °C a 27 °C) y humedades (del 85 % al 90 %) ligeramente más altas. Su veterinario o la tienda donde compró su anfibio deben poder decirle el rango apropiado para su mascota.

Tanque de anfibios

Para la mayoría de los anfibios terrestres, la humedad también es muy importante. Los anfibios necesitan la humedad para evitar que sus organismos se desequen. Los anfibios acuáticos pueden mantenerse en acuarios con zonas apropiadas para la natación. Incluso los anfibios terrestres necesitan un recipiente poco profundo con agua en el recinto. También se puede proporcionar humedad incorporando pequeños arroyos, cascadas o humidificadores ultrasónicos en los recintos o rociando frecuentemente con un espray.

La piel de un anfibio es semipermeable, lo que significa que el animal puede absorber fácilmente el agua del entorno a través de la piel. Sin embargo, esto significa que también puede absorber fácilmente sustancias potencialmente nocivas. Por tanto, el agua debe estar limpia y libre de tóxicos como el cloro, el amoníaco, los nitritos, los pesticidas y los metales pesados.

El cloro se puede extraer del agua corriente colocando el agua en un barril y haciéndola circular a través de un filtro de carbono 24 horas antes de su uso. Algunos suministros de agua municipales pueden utilizar productos químicos llamados cloraminas para la desinfección. Este tipo de agua debe tratarse con agentes declorantes específicos, tras lo cual el agua puede filtrarse para eliminar el cloro y el amoníaco. El agua embotellada puede o no ser segura para su uso. Lea atentamente la etiqueta del agua embotellada. En caso de duda, haga que analicen el agua en busca de sustancias químicas problemáticas antes de usarla para su anfibio. Se deben realizar pruebas básicas de calidad del agua una vez a la semana para los anfibios acuáticos. Esto incluye controlar la temperatura, el nivel de pH y la dureza y la prueba de los niveles de amoníaco, nitrito y nitrato. Los kits de prueba de agua de acuario se pueden comprar en las tiendas de mascotas y se pueden utilizar para comprobar periódicamente la calidad básica del agua. La filtración biológica proporcionada por los filtros de depósito externos o los filtros de subgrava ayuda a mantener la calidad del agua en los hábitats acuáticos.

Entre las sustancias que pueden utilizarse para cubrir el suelo de un recinto se encuentran la grava, la tierra, el musgo Sphagnum y el lecho orgánico. La grava debe ser demasiado grande para que su mascota se la trague o lo suficientemente pequeña como para que la elimine fácilmente con las heces. No deben utilizarse sustratos con aditivos químicos como fungicidas. Pueden utilizarse sustancias como lechos de madera dura sin tratar y hojarasca, pero los lechos de cedro y pino contienen aceites tóxicos y deben evitarse. Algunos anfibios no toleran pH bajos y pueden desarrollar una irritación de la piel si entran en contacto con musgo de turba y musgo Sphagnum. Se recomienda calentar los suelos a 93 °C durante 30 min para matar cualquier ácaro o parásito. Congelar las sustancias a menos de 0 °C también es eficaz para eliminar muchos organismos infecciosos.

Los anfibios necesitan una ventilación adecuada (de uno a dos cambios de aire fresco por hora) para prevenir enfermedades. Los recintos de tipo acuario deben estar equipados con una parte superior segura que contenga múltiples orificios para la ventilación. Se recomiendan plantas vivas para los anfibios terrestres porque purifican el aire, eliminan los desechos orgánicos del suelo, filtran la luz, generan humedad y proporcionan lugares para esconderse y posarse. Las plantas acuáticas reponen el oxígeno del agua, eliminan los desechos, proporcionan escondites y a menudo son una fuente de nutrición para las larvas de anfibios.

Se recomienda la iluminación de espectro completo (disponible en la mayoría de las tiendas de animales) con bombillas que emitan luz ultravioleta B biológicamente activa para prevenir las enfermedades óseas metabólicas. Las bombillas deben cambiarse cada 6-8 meses o de acuerdo a las normas del fabricante.

Mantener limpia la casa de los anfibios es importante para prevenir enfermedades. La comida y el agua se deben cambiar a diario. Los alimentos no consumidos y los residuos deben retirarse diariamente. En un ambiente acuático establecido, al menos el 10 % del agua debe cambiarse semanalmente. Los musgos y los lechos de madera dura proporcionan un excelente hogar para los microorganismos que ayudan a limpiar el medio ambiente. Por esta razón, se recomienda cambiar pequeñas porciones de material de cama o musgo cada pocas semanas, según sea necesario. Se puede usar lejía (30 mL por litro de agua) para desinfectar las herramientas y los materiales de alojamiento. se recomienda un mínimo de 30 min de contacto. Después del contacto con lejía, las herramientas deben enjuagarse a fondo con agua fresca y preferiblemente secarse antes de su uso. Los humidificadores y los pulverizadores deben desinfectarse semanalmente para eliminar las bacterias potencialmente causantes de enfermedades. Deben usarse guantes desechables al limpiar un recinto anfibio para evitar la diseminación de enfermedades.